Las personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) y/o de la hepatitis B (VHB) tienen sólo un 55% de probabilidades de supervivencia cinco años después de someterse a un trasplante de hígado, según un estudio llevado a cabo en un único centro hospitalario francés cuyos resultados fueron presentados en el transcurso del Encuentro de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado recientemente en San Francisco (EE UU).
Es bien sabido que la progresión de la fibrosis a estadios de cirrosis se produce de forma rápida en personas coinfectadas por VIH y VHC. Afortunadamente, en la actualidad, el trasplante de hígado es también una opción terapéutica para aquellos pacientes coinfectados cuya hepatopatía se encuentra en fase terminal. Sin embargo, la mortalidad continúa siendo elevada en esta población de pacientes: un estudio de 2005 halló una tasa de supervivencia de sólo un 25% cinco años después del primer episodio de descompensación hepática en comparación con una tasa de un 44% observada en los pacientes monoinfectados por VHC.
Según los investigadores de este nuevo estudio francés, existen datos limitados sobre la supervivencia de las personas coinfectadas que se someten a un trasplante hepático. Entre los datos conocidos, destacan, por ejemplo, los de la cohorte española de pacientes coinfectados trasplantados que revelaron una supervivencia a cinco años de un 44% en comparación con un 77% observado en el seguimiento de los pacientes monoinfectados por VHC (véase La Noticia del Día 13/02/09). Dada la frecuencia cada vez mayor de personas con VIH que se someten a un trasplante y la recurrencia de la infección por VHC en el nuevo hígado que reciben los pacientes trasplantados, resulta importante conocer con detalle no sólo los resultados de esta intervención sino también las características de la reemergencia de la hepatitis C con el fin de poder mejorar en un futuro la eficacia de la intervención y, por consiguiente, la supervivencia de los pacientes.
En el estudio presentado en la AASLD, un grupo de investigadores evaluaron las tasas de supervivencia y el grado de recurrencia de la infección por VHC en 105 personas con VIH que se sometieron en un trasplante hepático en su centro hospitalario. Un 83% de las personas de esta cohorte eran hombres; un 61% estaba infectado por el genotipo 1 del VHC; la puntuación mediana en la escala MELD fue de 16 [siglas en inglés de modelo de enfermedad hepática terminal, una herramienta que permite calcular y clasificar la gravedad de los candidatos a trasplante de hígado en lista de espera]; y el tiempo mediano de espera para trasplante fue de 4,9 meses.
Entre las indicaciones de trasplante de hígado, figuraron cirrosis asociada al VHC (56%), carcinoma hepatocelular (19%), cirrosis asociada al virus de la hepatitis B (VHB; 7,6%), cirrosis asociada al VHC y al VHB (4,7%); y otras causas (14%).
Los resultados del estudio muestran una tasa general de supervivencia para toda la cohorte de un 55% a los cinco años tras el trasplante. Dicha tasa fue de un 45% en los pacientes con cirrosis asociada al VHC; de un 49% en aquéllos con carcinoma hepatocelular; y de un 100% en los pacientes con cirrosis asociada al VHB. Nueve pacientes se habían sometido a un retrasplante.
Se produjeron 40 muertes, de las cuales 20 fueron debidas a la recurrencia del VHC; 5 fueron consecuencia del carcinoma hepatocelular; 5 fueron por sepsis ; y 2, como consecuencia de infartos de miocardio. Los casos restantes de fallecimiento fueron respondieron a otras causas.
Tras el trasplante, se administró tratamiento contra el VHC (interferón pegilado alfa-2a y ribavirina) a 36 de las 58 personas que tuvieron una recurrencia de la infección por VHC en el nuevo injerto. Se registraron las siguientes tasas de respuesta: 24 pacientes fueron respondedores nulos; 6 fueron respondedores parciales; y sólo 6 lograron una respuesta virológica sostenida.
Como consecuencia de los no muy buenos resultados de supervivencia a cinco años tras el trasplante y las tasas de respuesta al retratamiento de la hepatitis C inferiores al nivel esperado, los investigadores se muestran doblemente preocupados por cómo podrían afectar estos y otros hallazgos al futuro de la intervención en la población coinfectada. Tal y como señalan los expertos, los recursos destinados al trasplante de órganos son cada vez más limitados y el número de personas con VIH que requerirán un trasplante de hígado en el futuro se incrementará como consecuencia del éxito del tratamiento antirretroviral, que ha permitido aumentar la esperanza de vida de estos pacientes.
Por tal motivo, resulta crucial mejorar los resultados de dicha intervención en personas coinfectadas, objetivo que podría conseguirse si en los criterios de acceso a la lista de espera en el protocolo de trasplante hepático se tuviesen más en cuenta la especificidad y gravedad de la enfermedad hepática en personas con VIH; si se mejorase la selección de recipientes y donantes; y, sobre todo, si se dispusiese a corto plazo de nuevos y mejores tratamientos frente al VHC que permitiesen eliminar el virus en los casos de recurrencia de la hepatitis C.
Fuente: Medscape / Elaboración propia
Referencia: Duclos-Vallée J, Tateo M, Teicher E, et al. Results of Liver Transplantation in a Large Cohort of more than 100 HIV Infected Patients – A Monocentric Experience. 62nd Annual Meeting of the American Association for the Study of Liver Diseases (AASLD 2011). San Francisco, November 4-8. 2011. Abstract 4.
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