Un estudio austríaco ha concluido que el virus de la hepatitis C (VHC) podría hallarse en cantidades elevadas en los fluidos rectales y nasales de las personas con carga viral plasmática del VHC elevada. El estudio fue presentado en el Encuentro Anual de la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés), celebrado la semana pasada en San Francisco (EE UU).
Estos hallazgos refuerzan los resultados de estudios previos que ya habían detectado un mayor riesgo de transmisión del VHC al compartir “rulos” para esnifar cocaína (véase La Noticia del Día 16/09/2008) y apoyarían la hipótesis de que para la transmisión sexual del VHC no es necesario el sangrado. Estudios previos habían mostrado que en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH), en el contexto de la coinfección por el VIH y el VHC, el virus hepático podía detectarse en el semen y se asociaba a una mayor carga viral sanguínea (véase La Noticia del Día 15/12/2016).
El presente estudio midió la carga viral del VHC en el fluido rectal de 47 adultos con el VHC (23 de los cuales eran HSH, diecisiete eran hombres heterosexuales y siete eran mujeres). De las 47 personas, un total de 42 estaban coinfectadas por el VIH. Como criterio de inclusión se contempló tener carga viral detectable del VHC en sangre. La mediana de la carga viral del VHC en sangre fue de 6,03log UI/mL. El 32% de los participantes tenían infección aguda por el VHC siendo, la mayoría de estos casos, hombres gais, bisexuales y otros HSH.
Los fluidos rectales y nasales fueron obtenidos con bastoncillos. Se excluyó a todos aquellos participantes con infecciones nasales o rectales que pudieran contaminar el bastoncillo con restos de sangre. El fluido rectal se obtuvo de la membrana mucosa que recubre el recto.
El 70% de los participantes aportaron, al menos, una muestra rectal o nasal con carga viral del VHC detectable. Se detectó una tendencia a obtener resultados positivos en las muestras nasales (62% del total) superior a la observada en las muestras rectales (47% del total).
La mediana de la carga viral plasmática del VHC de las personas que obtuvieron resultados positivos en las muestras nasales o rectales era superior a la de aquellas que obtuvieron resultados negativos (6,28log UI/mL y 4,08 log UI/mL; respectivamente; p <0,001).
La mediana de la carga viral de las muestras nasales positivas (2,76 log UI/mL) fue superior a la de las muestras rectales positivas (1,78 log UI/mL). Estos niveles fueron considerados por los investigadores como suficientes para transmitir el virus.
La detección del VHC en las muestras rectales o nasales fue independiente del estado serológico al VIH, del tiempo transcurrido tras la infección por VHC y de la vía de adquisición del virus hepático.
El 32% de los participantes proporcionaron información sobre posibles riesgos implicados en su adquisición del VHC, así como en la transmisión del virus durante los 6 meses previos. El 69% de los participantes reportó uso de drogas intranasales (y casi la mitad de estas personas reportaron haber compartido “rulos” para esnifar).
El 31% manifestó haber usado drogas inyectables, aunque solo el 6% manifestó haber compartido equipos de inyección de drogas.
Dos tercios de los participantes reportaron haber practicado sexo anal receptivo, aunque solo el 6% manifestó usar condones frecuentemente.
Los resultados del presente estudio evidencian que el VHC puede estar en concentraciones suficientes para su transmisión en fluidos nasales y rectales sin la necesidad de la presencia de sangre. Además, se registran entre los participantes prácticas tales como compartir materiales para el uso intranasal de drogas o en sexo anal sin preservativos, las cuales, a la luz de los resultados del estudio, podrían haber condicionado la adquisición del VHC y favorecer su futura transmisión.
A la luz de estos resultados parece imprescindible incorporar la información proporcionada por el presente estudio en los programas de prevención de la hepatitis C, especialmente en aquellos que se centran en el uso de drogas, la transmisión sexual o –de forma muy destacada- en los que se dirigen a prevenir la transmisión de infecciones en el contexto de la combinación de sexo y drogas (como los programas dirigidos al ChemSex).
Fuente: Infohep / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Chromy D et al. HCV-RNA is readily detectable in nasal and rectal fluids of patients with high viremia. AASLD Liver Meeting, San Francisco, abstract 202, 2018.
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