Desde el inicio de la pandemia, muchas personas con VIH han usado suplementos vitamínicos para ayudar al organismo frente al desgaste propio de la infección. En países como Estados Unidos su uso está muy extendido, mientras que en España no es mayoritario. El tema no está exento de controversia y los posibles beneficios de la suplementación no están tan claros como cuando los mismos minerales y vitaminas se injieren a través de la dieta.
Ahora, un metanálisis de varios estudios alimenta de nuevo la polémica, al concluir que el uso de suplementos de vitamina D parece disminuir el riesgo de muerte –por cualquier causa– durante un tiempo medio de seguimiento de 6 años. Este trabajo, que incluye datos de 18 estudios previos, ha sido publicado en el número de 10 de septiembre de 2007 de Archives of Internal Medicine.
Según el artículo, algunos estudios anteriores sugirieron que las deficiencias de vitamina D podrían estar asociadas a un mayor riesgo de cáncer, enfermedades del corazón y diabetes, dolencias que cuentan con un 60-70% del total de muertes en países ricos. “Si la asociación establecida entre la vitamina D y estas enfermedades fuera sólida, las intervenciones dirigidas a promover el uso de vitamina D deberían tener como resultado un descenso de la mortalidad”, sugieren los autores.
Philippe Autier, de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, con sede en Lyon (Francia), y Sara Gandini, del Instituto Europeo de Oncología, ubicado en Milán (Italia), buscaron ensayos de reparto aleatorio y con control sobre suplementos de vitamina D publicados antes de noviembre de 2006. Analizaron 18 estudios distintos que incluían un total de 57.311 participantes y evaluaban dosis de vitamina D de 300 a 2.000 UI, con una dosis media de 528 UI. La mayor parte de suplementos en el mercado contienen entre 400 y 600 IU.
Durante un periodo medio de seguimiento de 5,7 años, un total de 4.777 participantes murieron: aquellas personas que tomaron vitamina D tuvieron un riesgo de morir un 7% más bajo que aquellos que no lo hicieron. En los 9 estudios en los que se recogió muestras de sangre, se observó que aquellas personas que tomaban suplementos tenían una media de 1,4 a 5,2 veces más cantidad de vitamina D que aquellos que no los tomaban.
Según los autores, “los mecanismos por los que la suplementación con vitamina D produciría un descenso de la mortalidad total no están claros”, y apuntan que la vitamina D podría inhibir algunos mecanismos mediante los que proliferan las células cancerosas, o potenciar la función de los vasos sanguíneos o del sistema inmune.
En sus conclusiones, los autores aseguran que la toma de dosis normales de vitamina D parece estar asociada con descensos en las tasas de mortalidad total. Asimismo, señalan que la relación entre el estado basal de vitamina D, las dosis de la suplementación y las tasas de mortalidad total está por investigar.
El metanálisis “añade un nuevo capítulo en la acumulación de evidencias sobre el papel beneficioso de la vitamina D en la salud”, escribe Edward Giovannucci, de la Universidad de Harvard, Boston (EE UU), en un editorial que acompaña al artículo. Y sugiere: “La investigación sobre la vitamina D debería continuar para dilucidar los beneficios específicos, las dosis y los niveles óptimos de vitamina D. No obstante, si tenemos en cuenta el cuerpo total de evidencias acumuladas sobre la asociación de ciertas enfermedades con la falta de vitamina D, más los resultados de este metanálisis, es lógico pensar que debería integrarse en el estándar de cuidados médicos una actitud más proactiva que facilitara identificar, prevenir y tratar los déficit de vitamina D”.
Se puede obtener vitamina D a través de alimentos como la leche, la yema de los huevos, el pescado graso, los aceites de pescado y también tomando el sol. La vitamina D es conocida por su papel en la formación del tejido óseo, al regular el paso del calcio a los huesos.
Las personas mayores, a partir de los 50 años, son las que tienen mayor riesgo de presentar niveles bajos de vitamina D. Con la edad, la piel pierde la capacidad de convertir la vitamina D en su forma activa, y los riñones, que también participan en este proceso, pueden ver también su función comprometida con el paso de los años. Es por ello que a muchas personas mayores se les recomienda la toma de suplementos de vitamina D.
El hacerse mayor con VIH es un tema que cada día toma más relevancia, hasta el punto que conferencias científicas recientes como la XI EACS de Madrid le ha dedicado sesiones enteras. En este sentido, un estudio de reparto aleatorio y con control en personas con VIH y edad avanzada ayudaría a esclarecer el impacto del uso de vitamina D en la mortalidad asociada al VIH/SIDA.
Fuente: NATAP
Referencias: L.Lang et al. Vitamin D Supplements Appear to Be Associated With Lower Mortality Gastroenterology. Nov 2007.
P. Authier, S. Gandini et al. Vitamin D supplementation and total mortality: a meta-analysis of randomized controlled trials," Arch Intern Med 2007; 167: 1730-1737; 1709-1710.
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