Elevada incidencia de ateroesclerosis en un grupo de personas de mediana edad con un buen control de la infección por el VIH

Probablemente se deba a la interacción tanto de los factores de riesgo tradicionales de la enfermedad arterial coronaria como de otros relacionados con el propio VIH

Miguel Vázquez
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Casi la mitad de las personas adultas con el VIH con carga viral indetectable presentaban aterosclerosis (confirmada mediante angiografía) según los resultados de un estudio danés publicado en Open Forum Infectious Diseases. La presencia de cualquier tipo de aterosclerosis y enfermedad arterial coronaria obstructiva entre los pacientes con el VIH se asoció con la presencia de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales, el uso de inhibidores de la proteasa y el tiempo transcurrido desde el diagnóstico del VIH.

A medida que las personas con el VIH se hacen mayores, aumenta la tendencia a padecer enfermedades crónicas no definitorias de sida, entre que las que destacan las enfermedades de tipo cardiovascular. De hecho, la aterosclerosis es una de las comorbilidades más frecuentes en personas con el VIH, e incluso las directrices estadounidenses y europeas han clasificado el VIH como un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica.

Para arrojar más luz sobre este tema, un equipo de investigadores danés decidió llevar a cabo un estudio para determinar si existía una correlación entre el aumento de los niveles de marcadores inflamatorios y el desarrollo (y gravedad) de la enfermedad arterial coronaria (en la que se produce el estrechamiento, o incluso la obstrucción, de las arterias coronarias). Así, entre marzo de 2015 y diciembre de 2016, se consiguió contar con la participación de 1.099 personas con el VIH mayores de 18 años del Estudio sobre comorbilidad en la infección por el VIH de Copenhague (COCOMO, en sus siglas en inglés). Se realizó una angiografía coronaria a 724 personas y 686 tenían carga viral indetectable.

En el examen final se usaron datos procedentes de 669 personas, cuyo promedio de edad fue de 51 años, siendo el 89% hombres. Se detectaron indicios de aterosclerosis en 300 personas (45%) y 84 (13%) tenían un nivel mínimo de aterosclerosis y 97 (14%), aterosclerosis leve. Además, 119 personas (18%) presentaban un cuadro de enfermedad arterial coronaria obstructiva, de las que el 44% tenía estenosis moderada, el 25% estenosis grave, el 10% tenía al menos un segmento coronario ocluido y el 20% se había sometido a una angioplastia coronaria con anterioridad.

Los autores realizaron diversos análisis multivariable teniendo en cuenta los factores de riesgo tradicionales de enfermedad arterial coronaria, como la edad, el sexo, el consumo de tabaco, la diabetes o la hipertensión. Los resultados revelaron que la presencia de aterosclerosis estuvo relacionada de forma significativa con la edad, el ser de sexo masculino, la hipertensión, el consumo de tabaco en el momento, la dislipemia y tener un índice de masa corporal (IMC) superior a 30 kg/m2 (es decir, por encima del umbral que se considera obesidad).

Por otro lado, los factores asociados a la enfermedad arterial coronaria obstructiva fueron similares, con la excepción de ser de sexo masculino y el IMC. Además, las personas con puntuaciones de riesgo de Framingham (FRS, en sus siglas en inglés, una herramienta de medición del riesgo de enfermedad cardiovascular) altas presentaban un mayor riesgo tanto de aterosclerosis (cociente de probabilidades [CP]: 13,51; intervalo de confianza del 95% [IC95]: 8,12 – 22,49) como de enfermedad arterial coronaria obstructiva (CP: 11,47; [IC95]: 6,34 – 20,75), en comparación con las personas con puntuaciones bajas en dicha escala.

En lo que se refiere a factores de riesgo relacionados con el virus, el tiempo transcurrido desde el diagnóstico del VIH y el uso de fármacos de la familia de los inhibidores de la proteasa se asociaron con la presencia de enfermedad arterial coronaria obstructiva. También hay que señalar que el riesgo de aterosclerosis fue menor entre las personas que tenían unos recuentos más elevados de CD4.

La patogénesis de la enfermedad arterial coronaria en personas con el VIH probablemente refleje la existencia de una compleja interacción entre los factores de riesgo tradicionales junto con otros asociados al propio VIH, que pueden acelerar el desarrollo de la aterosclerosis.

Por su parte, al realizar un análisis univariable, se comprobó que tener unos niveles de interleuquina 6 (IL-6) y de proteína C-reactiva de alta sensibilidad (dos marcadores de inflamación) por encima de 2 mg/L se relacionaron con el desarrollo de algún tipo de aterosclerosis, mientras que sólo los niveles elevados de IL-6 se asociaron con la enfermedad arterial coronaria obstructiva. Tras tener en cuenta factores de confusión como la edad o el sexo, presentar unos niveles elevados de IL-6 siguió estando relacionado con la enfermedad arterial coronaria obstructiva, pero no con aterosclerosis de ningún tipo. Además, ni los niveles de IL-1β ni los de proteína C-reactiva de alta sensibilidad se asociaron con el desarrollo de aterosclerosis coronaria.

En sus conclusiones, los autores del estudio reconocieron como limitaciones la elevada presencia de hombres de origen escandinavo en la muestra y el diseño transversal del ensayo.

Fuente: Infectious Disease Advisor / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Knudsen AD, Fuchs A, Benfield T, et al. Coronary artery disease in persons with HIV without detectable viral replication. Open Forum Infect Dis. Published online May 31, 2023. doi:10.1093/ofid/ofad298

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