La dislipemia, o elevaciones de lípidos, es un efecto secundario relacionado con el tratamiento con inhibidores de la proteasa (IP). Esta afección podría ser tratada con más eficacia con la prescripción de fármacos reductores de lípidos que con la estrategia basada en cambiar un IP por los no análogos (ITINN) nevirapina o efavirenz. Ésta es la conclusión a la que llega un estudio de distribución aleatoria cuyos resultados se han publicado en la edición del 1 de julio de la revista AIDS.
El uso de terapias reductoras del nivel de lípidos ya se viene utilizando con algunos pacientes para tratar la dislipemia. Sin embargo, las posibles interacciones entre los IP y las estatinas, junto con el coste y el aumento de pastillas añadidos, han favorecido a que muchos médicos prefieran cambiar, cuando sea posible, a un régimen que contenga un ITINN. No obstante, esta estrategia de cambio quizá tampoco es la mejor solución, ya que podría resultar en una pérdida del control virológico y la magnitud de la reducción del nivel de lípidos podría no ser lo suficientemente grande como para disminuir sustancialmente el riesgo de eventos cardiovasculares.
El presente estudio, llevado a cabo por la Universidad de Boloña (Italia), distribuyó aleatoriamente a 132 personas con niveles de lípidos elevados a o bien cambiar el IP de su régimen TARGA por los ITINN nevirapina (n=29) o efavirenz (n=34), o bien permanecer con su régimen con IP y añadir o pravastatina (n=36) o bezafibrato (n=31). El seguimiento de estudio abierto duró 12 meses.
Todos los participantes con VIH de este estudio estaban tomando su primer régimen TARGA, tenían una situación inmunológica y virológica estable, eran naïve a los ITINN y tenían una combinación de hiperlipemia: hipertrigliceridemia (>200mg/dl) y hipercolesterolemia (>250mg/dl). El nivel basal medio de triglicéridos fue de 293mg/dl y el nivel de colesterol total fue de 266mg/dl, con niveles de triglicéridos significativamente más elevados en el grupo que tomaba lopinavir/ritonavir (358 mg/dl) a nivel basal.
A los doce meses se produjo una diferencia significativa en los niveles de lípidos. Las personas tratadas con fármacos reductores del nivel de lípidos experimentaron un descenso de un 44% en los triglicéridos, en comparación con un descenso medio de un 18% en el grupo tratado con ITINN (p<0,01). Los niveles de colesterol total disminuyeron substancialmente más en personas tratadas con los medicamentos reductores de lípidos que en aquellas que cambiaron a ITINN (-41% frente a -19%, p<0,01), y un patrón similar también se observó para el colesterol LDL.
Los niveles de triglicéridos alcanzaron un registro normal en el 50% del grupo tratado con los fármacos reductores de lípidos en comparación con el 19% del grupo tratado con ITINN (OR, cociente de posibilidades, 4,62, p<0,01). El perfil de tolerabilidad y eficacia viro-inmunológica fue comparable en todos los brazos del estudio.
Aunque los autores sugieren que la terapia reductora de lípidos es apropiada sólo cuando se ha intentado, o desaconsejado como inapropiado, cambiar de dieta, tratamiento o hacer ejercicio, es probable que estos hallazgos abran el debate sobre el tratamiento de las elevaciones de lípidos en todos los pacientes, como consecuencia de la magnitud de la reducción del nivel de lípidos y la normalización alcanzada en comparación con estudios anteriores.
Fuente: NAM (www.aidsmap.org) / AIDS
Referencia: Calza L et alii, Substitution of nevirapine or efavirenz for protease inhibitor versus lipid-lowering therapy for the management of dyslipidemia. AIDS 19: 1051-1058, 2005.
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