Un estudio español presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada recientemente de forma virtual debido a la pandemia de la COVID-19 ha concluido que entre los años 2015 y 2019 las tasas de infección activa por el virus de la hepatitis C (VHC) en personas con el VIH en España disminuyeron en un 90% gracias a la alta efectividad de los antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés) frente al VHC y el haber logrado finalmente un acceso efectivo a dichos tratamientos tras unos inicios complicados que generaron amplias movilizaciones que finalmente dieron sus frutos, al menos en España (véase La Noticia del Día 21/04/2016).
Para monitorizar cómo la prevalencia de infección activa por el VHC iba disminuyendo a medida que aumentaba el acceso a los DAA, los autores del presente estudio realizaron analíticas para medir la prevalencia de anticuerpos frente al VHC (que permiten identificar si una persona se ha expuesto al virus) y la de ARN del VHC (que permiten identificar infecciones activas) en personas con el VIH en el año 2019 y compararon estos estudios con los resultados de cuatro estudios similares realizados de forma anual entre los años 2015 y 2018 (véanse La Noticia del Día 26/05/2016 y 15/11/2017). Cabe tener en cuenta que el acceso a tratamientos basados exclusivamente en DAA comenzó en España en la segunda mitad de 2014 (de forma restringida) y no fue hasta junio del año 2017 que se dio acceso a dichos fármacos a todas las personas diagnosticadas de infección activa por el VHC.
El presente estudio contó con participantes de 41 hospitales españoles. El número de participantes por hospital se seleccionó de forma proporcional a la cantidad de personas a las que daban servicio y dichos participantes fueron seleccionados de forma aleatoria.
La población de referencia de los hospitales seleccionados era de 41.973 personas con el VIH y la muestra finalmente seleccionada fue de 1.325 personas. El 28,6% de los participantes obtuvieron resultado positivo en la prueba de anticuerpos.
El 79% de quienes dieron positivo a la prueba de anticuerpos tenían como vía más probable de adquisición de la infección el uso de drogas intravenosas y el 8% las relaciones sexuales entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH). El 92% de las personas con resultado positivo en la prueba de anticuerpos no tenían ya infección activa por el VHC.
De las 376 personas con resultado positivo a la prueba de anticuerpos, el 77% se habían curado tras un tratamiento con antivirales, el 15% se habían curado de forma espontánea, el 8% seguían con infección activa (obtuvieron resultado positivo en la prueba de detección de ARN del virus) y una persona no llegó a realizar la prueba de ARN (por lo que se desconoce si tenía o no infección activa). Once de las 29 personas con infección activa se encontraban en tratamiento con DAA en el momento de participar en el estudio.
A partir de todos estos datos y asumiendo que, dada la alta eficacia de los DAA, 10 de las 11 personas en tratamiento curarán su infección por el VHC, los investigadores estimaron que la prevalencia de infección activa entre las personas con el VIH en España sería del 1,4%.
Entre la razones esgrimidas para que 18 de los pacientes con infección activa no estuvieran recibiendo tratamiento se encontraron decisiones médicas (n=5), pérdidas durante el seguimiento (n=3), rechazo del paciente (n=2) y razones desconocidas (n=4).
De las 29 infecciones activas, un total de 24 eran crónicas, una aguda y cuatro de duración desconocida.
El 5,4% del total de personas incluidas en el estudio tenía cirrosis hepática asociada al VHC. Solo 3 de estas personas con cirrosis presentaba infección activa por el VHC, mientras que las 68 restantes se habían curado con antirretrovirales.
Al comparar los datos del presente estudio con los de los otros estudios realizados en los años previos, se observó que la prevalencia de la infección activa por el VHC en personas con el VIH en España pasó del 22% en el año 2015 al 2% en el año 2019, lo que supone una reducción del 90% en cuatro años (p <0,001).
De forma coherente con estos datos, el porcentaje de personas con VIH y VHC que recibieron tratamiento antiviral pasó del 54% en 2015 al 95% en 2019 (p <0,001).
En lo que respecta a la prevalencia de resultados positivos en la prueba de anticuerpos, esta pasó del 38% en 2015 al 29% en 2019, una disminución menos marcada pero también significativa (p <0,001).
Los resultados del presente estudio muestran el enorme impacto que ha tenido dar acceso general a los tratamientos con DAA a todas las personas con infección activa por el VHC, un hecho que hace que el país se encare hacia alcanzar los objetivos mundiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de acabar con la hepatitis C como amenaza para la salud pública en 2030 (véase La Noticia del Día 08/07/19). Por otro lado, será importante ir observando en los próximos años cómo evolucionan las personas que, aun habiendo curado la hepatitis C, siguen con cirrosis hepática, ya que la reversión de la cirrosis no siempre es posible y aún podría suponer un importante reto para el sistema sanitario lograr que estas personas tengan un buen estado de salud y calidad de vida.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt)
Referencia: Fanciulli C, Berenguer J, Arenzana CB, et al. HIV/HCV COINFECTION TRENDS IN SPAIN (2015-2019). CROI 2021 March 6-10
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