El uso de tratamiento antirretroviral se asocia con un ligero aumento de peso y del índice de masa corporal (IMC), especialmente en aquellas personas que antes de iniciarlo eran delgadas o de edad avanzada. Éste es el principal resultado de un estudio italiano publicado en la edición online de la revista Open Forum Infectious Diseases, el pasado mes de noviembre.
Las personas con el VIH tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular en comparación con la población general. Por ello, el control y la corrección de los factores de riesgo modificables de enfermedad cardiovascular y metabólica, incluyendo el IMC y el peso, resultan cruciales.
Estudios previos no han hallado una correlación entre tener un IMC elevado y riesgo de infarto de miocardio en pacientes con el VIH. No obstante, es sabido que un IMC elevado es un factor de riesgo de diabetes mellitus, la cual, a su vez, es un factor de riesgo de infarto de miocardio tanto en la población general como en personas con el VIH. La terapia antirretroviral puede asociarse con cambios de peso y la investigación ha mostrado que los aumentos de peso en personas con el VIH que toman tratamiento antirretroviral es un factor de riesgo de diabetes en estos pacientes.
Estudios recientes han destacado el posible papel que pudiera tener dolutegravir (Tivicay®; también en Triumeq®) en el aumento de peso, y el papel de raltegravir (Isentress®) en los cambios en la composició de la grasa corporal. Una de las limitaciones de estos estudios previos es que los investigadores no ajustaron los resultados de la observación –aumento de peso en pacientes que tomaban un régimen que incluía uno de estos dos inhibidores de la integrasa– de acuerdo con determinados factores de confusión, como por ejemplo el IMC basal del paciente y el estadio de enfermedad avanzada, por lo que la interpretación de los resultados podría estar sesgada. Otros factores que podrían desempeñar un papel en el aumento de peso serían los trastornos psicológicos y emocionales, los trastornos alimenticios y los malos hábitos nutricionales, la edad, etc.
Con el fin de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, los investigadores del estudio SCOLTA –un estudio de cohorte observacional de farmacovigilancia de los tratamientos antirretrovirales a largo plazo– analizaron los datos de 755 pacientes con el VIH incluidos en la cohorte que habían iniciado un régimen antirretroviral que incluía uno de los tres inhibidores de la integrasa comercializados raltegravir (n=382), dolutegravir (n=225), elvitegravir (n=148; incluido en Stribild® y Genvoya®). A los 755 pacientes identificados se les realizó el seguimiento con el fin de identificar potenciales efectos secundarios asociados a los fármacos recopilando cada 6 meses datos clínicos y de laboratorio, incluido el peso corporal. Para evitar potenciales factores de confusión, se incluyó solo a pacientes pretratados que llevaban tomando, como mínimo, un año el mismo régimen antirretroviral. Como grupo control, los investigadores analizaron a pacientes que estaban tomando un régimen que incluía el inhibidor de la proteasa darunavir (n=145; Prezista®; también en Rezolsta®) o el no análogo de nucleósido rilpivirina (n=218; Edurant®; también en Eviplera® y Odefsey®). En total, se analizaron 1.118 pacientes.
Los participantes del estudio tenían una mediana de edad de 46 años; el 71% eran hombres y el 40% tenía la carga viral detectable. El 19,2% tuvo un recuento de CD4 nadir inferior a 200 células/mm3 y un 38,1% de los participantes estaba en el estadio A de la clasificación de los CDC, un 30,5% en el estadio B y un 31,4% en el estadio C. Por lo que respecta al IMC, los participantes se clasificaron en diferentes categorías: el 6% tenía un peso bajo (IMC <18,5); el 61% presentaba un peso dentro de la normalidad (IMC:18,5 – 24,9); el 27% tenía sobrepeso (IMC ≥ 25,0 – 29,9); y el 7% presentaba obesidad (IMC ≥30). La mediana del IMC fue de 23,7 (rango, 12,5 – 39,1) y un 31% de los participantes tuvieron o lipodistrofia o lipoatrofia en el momento de entrada al estudio.
Los resultados muestran que en todos los participantes se produjo un aumento de 0,19 del IMC 6 meses después del inicio del tratamiento que estaban tomando y de un 0,25 12 meses después (en ambos casos p<0,0001). Asimismo, un aumento en el IMC conlleva un aumento de peso.
Para ajustar los resultados por los diversos factores de confusión que podrían haber tenido un impacto sobre el aumento de peso, los investigadores realizaron análisis adicionales. De nuevo, todos los regímenes se asociaron con un ligero aumento de peso. Además, no se observaron diferencias en los cambios del IMC entre los participantes que tomaron un régimen basado en cualquiera de los inhibidores de la integrasa, el inhibidor de la proteasa darunavir o el no análogo de nucleósido rilpivirina.
Sin embargo, los investigadores sí que hallaron una asociación entre tener una edad avanzada al inicio del estudio y/o un bajo IMC y el posterior aumento de peso.
Con todo, pese a que los resultados del presente estudio sugieren que los diferentes regímenes comúnmente utilizados, incluyan o no inhibidores de la integrasa, producen un ligero aumento de peso resultará necesario confirmar estas conclusiones con los resultados de futuros ensayos de distribución aleatoria y con grupo control que incluyan a una amplia variedad de pacientes con el VIH, entre los que se incluyan pacientes de edad avanzada.
Fuente: The Body Pro/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Taramasso, L.; Ricci E.; Menzaghi B.; et al. Weight gain: a posible side effect of all antiretrovirals. Open Forum Infect Dis. 2017 Fall; 4(4): ofx239.Published online 2017 Nov 3.
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