Cada vez son más los indicios que muestran que la interrupción de la terapia antirretroviral basada en el recuento de células CD4 es una estrategia potencialmente peligrosa. Según un nuevo análisis de uno de los estudios más grandes que evaluó esta estrategia, el SMART, y cuyos resultados se publicaron en la edición de 1 de diciembre de 2008 de Clinical Infectious Diseases, interrumpir el tratamiento antirretroviral se relacionó con una tasa casi tres veces más elevada de muertes no asociadas a sida en personas coinfectadas por VIH y el virus de la hepatitis B y/o C (VHB y/o VHC) que en personas infectadas sólo por el virus de la inmunodeficiencia humana. El incremento de la tasa de mortalidad, sin embargo, no parece asociarse a la enfermedad hepática.
El ensayo SMART (siglas en inglés de Estrategias para el Manejo de la Terapia Antirretroviral) fue un estudio que incluyó a más de 5.000 personas con experiencia en el uso de tratamiento antirretroviral con un recuento de CD4 a nivel basal superior a 350 células/mm3. Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para o bien empezar y continuar tomando tratamiento o para interrumpir la terapia cuando tuvieran un recuento de CD4 por encima de las 350 células/mm3 y reanudarla cuando éste descendiera a 250 células/mm3. El estudio fue paralizado en enero de 2006, después de que se hiciera patente que los participantes en el brazo de interrupción del tratamiento no sólo tenían una tasa más elevada de enfermedades oportunistas o muerte por cualquier motivo, sino también más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, hepáticas o renales graves (véanse La Noticia del Día 12/01/06 y 01/12/06).
La interrupción de la terapia antirretroviral podría ser más perjudicial para las personas coinfectadas que para las monoinfectadas sólo por VIH. El estudio SMART ofrece la oportunidad de comparar los resultados clínicos asociados y no asociados al VIH en los participantes coinfectados por VIH y VHB y/o VHC y en los sólo infectados por VIH que realizaron una interrupción de la terapia antirretroviral sobre la base del recuento de células CD4. Éste es, precisamente, el objetivo del análisis retrospectivo de los datos del estudio SMART que ahora se publican.
Los pacientes fueron clasificados como coinfectados por VIH y VHB si eran positivos al antígeno de superficie de la hepatitis B durante más de seis meses, y coinfectados por VIH y VHC si daban positivo a la prueba de anticuerpos del VHC. De los 5.472 participantes con VIH inscritos entre enero de 2002 y enero de 2006, un total de 930 (17%) estaban coinfectados por VHB y/o VHC: 120 (2,2%) eran positivos al VHB, 796 (14,5%) al VHC y 14 (0,3%) tenían VHB y VHC. De los 930 pacientes coinfectados, 483 formaron parte del brazo de interrupción del tratamiento (VHB: 66; VHC: 411; VHB-VHC: 6) y 447, del brazo de tratamiento continuo (VHB: 54; VHC: 385; VHB-VHC: 8). El estudio comparó los resultados de los 930 participantes coinfectados con los de 4.542 monoinfectados por VIH.
El grupo de participantes coinfectados de la rama de tratamiento continuo obtuvo mejores resultados que aquéllos que formaron parte de la rama de tratamiento intermitente. Entre todos los pacientes que formaron parte de este último grupo, la tasa de muertes fue casi tres veces más elevada en los coinfectados por VIH y VHB y/o VHC que en los monoinfectados por VIH; aunque la población de personas coinfectadas suponía sólo un 17% de los participantes totales del estudio SMART, casi la mitad de las muertes no asociadas a sida se produjo en este grupo.
Tras una investigación más en detalle, el equipo de investigadores halló que las muertes no relacionadas con sida más habituales en el grupo de coinfectados estuvieron asociadas con suicidio y uso de drogas. Además, cuando los responsables del estudio evaluaron la gravedad de la enfermedad hepática en el grupo de participantes coinfectados que fallecieron, observaron que ésta era, en general, bastante leve, lo que les hizo pensar que otros factores distintos a las hepatitis y a la enfermedad hepática llevaron a este aumento de las muertes observado.
Los autores de este análisis del SMART reconocen que el grupo de personas coinfectadas difería en muchos aspectos importantes del grupo de participantes con sólo VIH: los primeros tenían más probabilidades de ser negros, de mayor edad, y de tener una historia de abuso de alcohol. Por otro lado, los responsables del estudio no tuvieron acceso a datos sobre el uso de drogas inyectables que, generalmente, se da con más frecuencia en esta población de pacientes coinfectados.
A pesar de estas limitaciones, los autores subrayan que los datos sugieren de modo convincente que las interrupciones del tratamiento podrían ser especialmente arriesgadas para personas coinfectadas por VIH y VHB y/o VHC, dado el aumento de riesgo de muertes no asociadas a sida observado.
Fuente: Aidsmeds / Elaboración propia
Referencia: Tedaldi E, Peters L, Neuhaus J et al. Opportunistic Disease and Mortality in Patients Coinfected with Hepatitis B or C Virus in the Strategic Management of Antiretroviral Therapy (SMART) Study. Clinical Infectious Diseases 47(11): 1468-1475. December 1, 2008.
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