Según los resultados de una encuesta internacional realizada en países de ingresos medianos y altos a personas con el VIH que están tomando tratamiento antirretroviral, una tercera parte de los encuestados nunca había mantenido una conversación con su médico en la que este le informase del mensaje ‘indetectable es igual a intransmisible’ (I=I). Los resultados de la encuesta han sido publicados en la revista Sexually Transmitted Infections y muestran que transmitir a los pacientes el mensaje I=I en la consulta se relaciona con mejores resultados en salud, como, por ejemplo, una mejor adherencia al tratamiento o sentirse más cómodo a la hora de revelar el estado serológico al VIH.
A lo largo de la última década varios estudios, entre los que se incluyen el PARTNER 1 y 2 (véanse La Noticia del Día 15/07/2016 y La Noticia del Día 27/04/2018) han confirmado de forma rotunda que una persona con el VIH en tratamiento antirretroviral y con la carga viral indetectable no transmite el VIH a su pareja o parejas sexuales. El mensaje de I=I supone un incentivo para que las personas con el VIH quieran iniciar y mantener la adherencia al tratamiento, lo que se traduce en beneficios para la salud individual y poblacional. Poco a poco, con los años, asociaciones de pacientes, organizaciones internacionales y países se han ido acogiendo a este mensaje transmitiéndolo por varias vías (véase La Noticia del Día 23/07/20). Sin embargo, no todos médicos del VIH y profesionales sanitarios se atreven en la actualidad a mantener una conversación con sus pacientes sobre este importante mensaje y sus implicaciones a todos los niveles.
Para averiguar qué información disponen las personas con el VIH y de dónde la reciben, los investigadores inscribieron a 2.389 participantes de los cuales el 29% eran mujeres, el 29% eran mayores de 50 años y el 23% eran personas que habían recibido su diagnóstico en los dos años anteriores. Al ser una muestra de conveniencia, los participantes de este estudio no representan la amplia población de personas con el VIH, siendo aquellos que disponen de más información los que tuvieron más probabilidades de ser inscritos en este estudio,
El 47% de los encuestados residían en 25 países de Europa, el 22% en América del Norte, un 9,6% en Asia, un 9,3% en América Latina, un 7,5% en Sudáfrica y un 5% de Australia. Las edades de los participantes oscilaban entre los treinta y cuarenta años. Tres cuartas partes tenían una formación universitaria.
Por lo que respecta a la fuente que les informó sobre el mensaje I=I, el 66,5% de los participantes indicaron haberlo hecho a través de su médico mientras que el 21,1% se había informado por otra fuente. El resto, el 12,3%, desconocía el mensaje. No se encontró variación en estas repuestas según la edad o el año del diagnóstico. Dentro del grupo que tenían educación secundaria, el 73% si había mantenido una conversación con su médico sobre I=I mientras que el porcentaje disminuía a 63% entre aquellas personas con educación universitaria. Por otro lado, en cuanto a la orientación sexual, los hombres gais o bisexuales tuvieron más probabilidades de haber hablado con sus médicos del mensaje I=I que los hombres y mujeres heterosexuales (71%, 58% y 65%, respectivamente). Las personas que mantenían sexo ocasional eran más conscientes de este mensaje (75%) que otras personas.
Al desagregar los resultados por países, se pudo observar que en China, Japón, Corea del Sur y Taiwán el 51% de las personas habían hablado de I=I con sus médicos. Un porcentaje mayor (61%) se obtuvo en países de América Latina como Argentina, Brasil, Chile y México. Los países en los que se registró un mayor número de personas que habían hablado del mensaje I=I con sus médicos fueron Australia (80%), Austria (84%) y Suiza (87%).
Hablar con el médico sobre el mensaje I=I se relacionó también con otros indicadores de salud. En este sentido, siete de cada diez participantes que habían recibido dicho mensaje comentaron que sus médicos los involucraban de forma activa en la toma de decisiones médicas sobre el tratamiento, se interesaban por lo potenciales efectos de la medicación que estaban tomando o les explicaban las nuevas opciones de tratamiento disponibles o futuras.
Por otro lado, se detectaron relaciones sólidas entre hablar sobre el mensaje I=I con el médico y otros resultados de salud favorables. Si la información procedía de otras fuentes, estas relaciones no se mostraron tan sólidas.
Al ser una encuesta transversal, los hallazgos fueron asociaciones más que efectos causales. El 77% que era conocedor del mensaje I=I mantenían la carga viral indetectable mientras que entre aquellos que no lo conocían, dicho porcentaje descendía a un 56%. Esto podría ser debido a que los pacientes que reciben dicha información estarían más motivados a adherirse a sus tratamientos. Del mismo modo, la relación podría ser al revés: algunos médicos solo podrían optar por discutir el mensaje I=I una vez que la carga viral del paciente hubiese alcanzado la indetectabilidad.
El estudio halló una adherencia subóptima al tratamiento en un 35% de los participantes que desconocían el mensaje, en un 29% de los que habían conocido el mensaje a través de otra fuente y en un 20% de aquellos lo conocían a través de su médico.
Al pedirles a los participantes que calificaran en una escala de cinco puntos su estado de salud, el 65% de los que habían hablado sobre I=I con sus médicos indicaron que era “bueno” o “muy bueno”. Este porcentaje descendió a un 55% en los participantes en los que el mensaje I=I lo conocieron a través de otras fuentes y a un 45% en aquellas personas que lo desconocían. Esta relación se mantuvo también al preguntarles por su grado de comodidad a la hora de hablar con sus médicos sobre sus preocupaciones sobre la transmisión del VIH (66%, 55% y 36%, respectivamente).
Los encuestados también fueron preguntados por su comodidad para revelar su estado serológico. El porcentaje más elevado (33%) de personas que indicaron sentirse más cómodos para hacerlo fue el de aquellas que habían hablado con sus médicos sobre I=I con un 33%. Los seguían el 27% de aquellos que conocían el mensaje a través de otras fuentes y, por último, el 20% de los que desconocían I=I. Por el contrario, el 67% de este último grupo habían escondido o disimulado su medicación antirretroviral en los últimos meses, reduciéndose al 61% entre los que su fuente de información eran otra distinta a su médico y al 55% entre los que si procedía de su proveedor.
Un editorial que acompaña al artículo dos médicos del VIH señalan que mantener conversaciones actualizadas sobre el mensaje de I=I ayudan a eliminar actitudes estigmatizantes que son perjudiciales directamente para la salud del paciente. Estas discusiones deben estar libre de prejuicios y estereotipos para que la persona con el se sienta cómoda a la hora de hablar sobre sus inquietudes y poder mantener una mejor adherencia al tratamiento antirretroviral. En este sentido, piden que las guías clínicas del VIH recomienden incluir el mensaje I=I en la educación al paciente, creando herramientas concretas que podrían facilitar la conversación en la consulta y generando una mayor concienciación social a través de mensajes de salud pública.
Fuente:AIDSMAP / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Okoli C et al. Undetectable equals untransmittable (U = U): awareness and associations with health outcomes among people living with HIV in 25 countries. Sexually Transmitted Infections.
Calabrese SK & Mayer KH. Stigma impedes HIV prevention by stifling patient–provider communication about U = U. Journal of the Interanational AIDS Society 23: e25559, 2020.
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