Los resultados preliminares anunciados en la Conferencia sobre Prevención de las ITS en EE UU 2014, celebrada recientemente en Atlanta, revelan que los casos de gonorrea resistente a fármacos han disminuido desde 2011, registrándose un brusco descenso entre 2012 y 2013. Dicha disminución fue especialmente notable en el caso de la población de hombres que practican sexo con hombres (HSH), que tradicionalmente presentaban las tasas más elevadas de gonorrea resistente. Por su parte, una nota en la publicación británica BMJ también apuntaba a un descenso en los casos de estas infecciones bacterianas en el Reino Unido.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) atribuyen este descenso en los casos de gonorrea resistente en este país a dos recientes revisiones de las directrices de tratamiento que recomiendan el uso de una terapia más intensa y desaconsejaron el uso de un antibiótico frente al cual la bacteria que provoca la enfermedad desarrollaba resistencia con rapidez.
Sin embargo también advierten de que la bacteria responsable de la infección ha acabado desarrollando resistencia a todos los tipos de antibióticos utilizados para tratar la infección y que existe la posibilidad real de que acabe siendo una enfermedad intratable si no se descubren nuevas opciones de tratamiento y se aumentan los esfuerzos preventivos.
La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual debida a una bacteria que provoca dolor y secreción en la uretra en los hombres y dolor vaginal y pélvico en las mujeres (aunque hasta el 50% de ellas no experimenta síntomas). Afecta a una persona de cada 500-1000 (según el país), aunque las tasas son más elevadas en el caso de la población de HSH.
En el caso de las personas que practican sexo anal receptivo, puede producir dolor y secreción en el recto. También puede afectar a la garganta. Los síntomas iniciales suelen desaparecer por sí mismos, pero los casos no tratados pueden acabar produciendo complicaciones graves tanto en hombres como en mujeres.
El tratamiento actual de la gonorrea incluye uno de los antibióticos de la familia de la cefalosporina más otro de otra familia. Sin embargo, entre 2006 y 2010, la proporción de gonorrea resistente al fármaco cefixima (una cefalosporina, entonces estándar de tratamiento) pasó de menos del 0,1% al 1,4%.
En aquel momento, el tratamiento recomendado de la gonorrea consistía en una dosis oral de 400mg de cefixima o una dosis intramuscular del fármaco relacionado ceftriaxona. En diciembre de 2010, debido al riesgo de resistencias, los CDC cambiaron el régimen recomendado pasando a aconsejar una dosis doble de fetriaxona intramuscular o, como alternativa, cefixima más otro antibiótico, azitromicina (o doxiciclina como segunda opción).
Las tasas de resistencia siguieron siendo elevadas, por lo que los CDC realizaron una segunda revisión en 2012, eliminando por completo la recomendación de cefixima y añadiendo azitromicina o doxiciciclina a la dosis doble inyectable de ceftriaxiona. Estas modificaciones, junto con el mayor grado de cumplimiento de las clínicas de salud sexual de dichas normativas, han llevado a un descenso notable de los casos de gonorrea multirresistente.
En EE UU, la proporción de casos resistentes a cefixima descendió del 1,4% en 2011 al 0,9% en 2012 y finalmente al 0,4% en 2013. En cuanto a la población de HSH, la incidencia de gonorrea resistente a cefixima pasó del 3,0% en 2011 al 0,8% en 2013 en ese mismo país.
Respecto al segundo fármaco, la proporción de gonorrea resistente a azitromicina fue del 0,6% en el año 2013.
Además de los cambios en las directrices, se ha mejorado el grado de cumplimiento de las mismas en las clínicas. Antes de 2010, sólo el 35% de las clínicas trataban la gonorrea tal y como se recomendaba, mientras que el 53% la estaban “sobretratando”, ya que prescribían más antibióticos de los que recomendaban los CDC, algo que podría ser una de las causas de la aparición de resistencias. Tras la aprobación de las directrices de 2012, el 82% estaban realizando la prescripción según las directrices y sólo el 6% estaban “sobretratando” al paciente.
En cuanto al Reino Unido, un blog en el British Medical Journal señala que la gonorrea resistente a cefixima pasó del 3% en 2011 al 1,6% en 2012 (y del 17% al 7% en ese mismo periodo en la población de HSH). No obstante, hay que señalar que la definición de susceptibilidad a cefixima es distinta en ambos países.
Por último, la publicación británica advierte que este efecto debido al uso más cuidadoso de los actuales antibióticos podría ser pasajero.
Fuente: Aidsmap/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Kircaldy RD et al. Cephalosporin antimicrobial susceptibility of Neisseria gonorrhoeae in the United States, 2009-2013. US STD Prevention Conference, abstract 6A2. 2014.
Newton J et al. Adherence to gonorrhea treatment guidelines in San Francisco. US STD Prevention Conference, abstract TP17. 2014.
Goode L. Gonorrhoea antimicrobial resistance: is UK antibiotic stewarding policy showing “some success”? Sexually Transmitted Infections blog. See http://blogs.bmj.com/sti/2014/05/14/gonorrhoea-antimicrobial-resistance-is-uk-antibiotic-stewarding-policy-shows-some-success/
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