Los líderes mundiales en la respuesta frente al VIH pisan el acelerador para lograr que el VIH deje de constituir una amenaza para la salud pública en el año 2030

Acabar con el VIH pediátrico sigue constituyendo un reto crucial, que evidencia la existencia de errores políticos en la toma de decisiones y desigualdades urgentes de atender

Miguel Vázquez
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Los miembros de la Junta Coordinadora de Programa de ONUSIDA han reafirmado su compromiso de poner fin a la pandemia de VIH para 2030 en su 55 reunión, que tuvo lugar en Nairobi (Kenia). Es la primera vez en 18 años que se esta reunión se celebra en África, en un momento en que ONUSIDA se encuentra ocupada en el desarrollo de la próxima Estrategia Mundial sobre el Sida y en la creación de apoyo político para poder cumplir los nuevos objetivos del VIH para 2030. En la Junta Coordinadora de Programa de ONUSIDA cuenta con la participación de la sociedad civil, los copatrocinadores y los Estados miembro de las Naciones Unidas para ayudar a trazar las estrategias en la respuesta al VIH, incluido el desarrollo de la próxima Estrategia Mundial sobre el Sida, la visión para 2030 y más allá.

En la inauguración del encuentro (que estuvo presidido por Kenia, con Brasil en la vicepresidencia y Países Bajos como relator), la directora ejecutiva de ONUSIDA hizo un llamamiento para hacer que las personas con el VIH puedan acceder a los mejores recursos que ofrece la ciencia para la prevención y el tratamiento del VIH, con independencia de en qué lugar del mundo se encuentren. Para ella, se trata no solo de una cuestión de sostenibilidad para acabar con dicha enfermedad, sino también de justicia social, derechos humanos y salud pública. Una de las sesiones del encuentro se centró en el Liderazgo en la respuesta al VIH y, en ella, activistas comunitarios y representantes de la sociedad civil indicaron la necesidad de facilitar el acceso a los medicamentos innovadores para que puedan llegar a las personas que más los necesitan.

Por su parte, los países declararon su solidaridad con ONUSIDA y algunos de ellos aprovecharon la reunión para anunciar compromisos de financiación a dicho organismo. Así, Francia anunció un compromiso de aportar 1,8 millones de euros para la financiación de la respuesta al VIH en el sudeste asiático, mientras que Países Bajos anunció que haría una contribución de 23 millones de euros a ONUSIDA para 2025. Dinamarca también declaró un acuerdo financiero plurianual para 2024-2029, con una contribución anual prevista de 40 millones de coronas danesas.

La Junta no solo destacó la necesidad de aumentar los esfuerzos para cumplir los objetivos de 2025, sino que también acordó acelerar el trabajo del Programa Conjunto sobre sostenibilidad. También se ofreció información actualizada sobre el trabajo que se está realizando en un Programa Conjunto de ONUSIDA en el contexto de la sostenibilidad de la respuesta al VIH, que se espera que permita trasladar recomendaciones en la próxima reunión de la Junta Coordinadora de Programa que permitan la reforma del modelo operativo del Programa Conjunto.

La última jornada de la reunión en Kenia dedicó un segmento temático a cómo abordar las desigualdades en la población infantil y adolescente para acabar con el VIH en 2030. Los miembros de la Junta trataron de dilucidar el mejor modo de abordar los retos pendientes en la respuesta a la pandemia en dicha población y expusieron estrategias, innovaciones y éxitos obtenidos en otros programas para acelerar la prevención, el tratamiento, la protección, la atención y el apoyo relacionados con el VIH en mujeres embarazadas, niños y adolescentes.

Se trata de un aspecto relevante, ya que en 2023 se registraron unas 120.000 nuevas infecciones en la franja de edad de 0 a 14 años y se estima que ese año hasta 1,4 millones de niños tenían el VIH, el 86% de ellos en el África subsahariana y cada 8 minutos moría un niño de una enfermedad relacionada con el sida. A pesar de ello, apenas el 57% de esta población recibía tratamiento antirretroviral, en comparación con el 77% en el caso de las personas adultas.

Al respecto, una joven representante de REAJIR+ (siglas en inglés de Red de Niños, Adolescentes y Jóvenes Positivos Innovando para la Renovación, de Togo) declaró en la reunión que las personas jóvenes eran capaces de hacer lo necesario y que estaban dispuestas a comprometerse. Según ella, lo que estaba provocando la muerte de la población infantil, adolescente y joven no era el sida, sino unas políticas, intervenciones y programas inadecuados.

Para la directora ejecutiva de ONUSIDA, el hecho de que en un momento en que existen tratamientos eficaces y en que es posible prevenir la transmisión del VIH a los niños, cada nueva infección constituye un fracaso político colectivo. A su juicio, se trata de un fracaso que se debe abordar en todos los niveles de la respuesta al VIH para eliminar la brecha existente entre las políticas y su aplicación.

Fuente: ONUSIDA/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Nota de prensa de ONUSIDA 13/12/2024: Global leaders commit to accelerating global efforts to end AIDS as a public health threat by 2030

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