En los último años la hepatitis C (VHC) se ha convertido en una de las causas más frecuentes de enfermedad hepática en personas infectadas con VIH. En algunos países como España esta enfermedad está siendo motivo de fallecimiento de muchas personas coinfectadas con VIH y VHC.
Se estima que en el mundo un 40% de los casi 40 millones de personas que viven con VIH también está infectado por VHC, cifra aún más elevada en países donde el uso de drogas inyectables tuvo un papel fundamental en la expansión de la epidemia del VIH. Sabemos que el VIH acelera la progresión de enfermedad por VHC y que muchos países o no tienen acceso al tratamiento (interferón y ribavirina) y prevención de la hepatitis C, o éstos son muy limitados.
Pese haberse convertido en un problema de salud pública de primera magnitud no deja de ser paradójico que en la XVI Conferencia Internacional del SIDA el programa oficial dedique solamente una sesión específica para tratar la coinfección. Así lo ha hecho notar un asistente a la sesión que en el turno de preguntas ha tomado la palabra para expresar su perplejidad ante la escasa respuesta mundial a la comorbilidad con VIH y VHC.
Durante la sesión, I. Eramova, de la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, ha presentado los esfuerzos que su institución está realizando para abordar la coinfección en la región. Desde mayo de 2005 se han realizado dos protocolos europeos sobre el manejo clínico de las coinfecciones VIH/VHC y VIH/VHB (véanse La Noticia del Día 02/03/05 y 02/03/05), que tienen como finalidad ofrecer orientación clínica a los médicos. Los protocolos proporcionan algoritmos de diagnóstico dependiendo de la disponibilidad de recursos y orientación para el manejo clínico de las personas coinfectadas que todavía no necesitan tratamiento y para aquellas que lo necesitan sólo para la hepatitis o sólo para el VIH/SIDA, y para aquellas que lo necesitan para ambas patologías.
Si bien estos protocolos, que son la primera incursión de la OMS en el tema de la coinfección, proporcionan documentos de referencia para el manejo clínico de estas dos infecciones, serán necesarios nuevos pasos para dar una respuesta integral a la coinfección, como por ejemplo incrementar el acceso a la prevención y el tratamiento de la hepatitis tomando conciencia de que la enfermedad hepática es una cuestión de salud pública. Para ello se requerirá del desarrollo de estrategias de reducción de precios de los medicamentos para las hepatitis y las pruebas diagnósticas y un mayor acceso a la vacuna para el VHB.
Fuente: Elaboración propia.
I. Eramov, M. Munz, D. Salmon, J.-E. Malkin, “Reducing HIV/hepatitis co-infection in Europe”, XVI International AIDS Conference Toronto Canada, 13 – 18 August 2006, abstract
WEAX0105.
Juanse Hernández
Eficacia del tratamiento anti-VHC en pacientes coinfectados
Un estudio presentado en la XVI Conferencia Internacional del SIDA muestra que después de 24 semanas de tratamiento para la hepatitis C aguda con interferón pegilado alfa-2b y ribavirina la mayoría de pacientes (94%) consiguió una respuesta virológica sostenida, definida como ARN de VHC negativo 24 semanas después de finalizar el tratamiento.
El estudio tenía como objetivo evaluar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de 1,5mcg/kg semanales de interferón pegilado alfa-2b y 800-1000mg diarios de ribavirina durante 24 semanas en personas con VIH y VHC.
Se trató a un total de 32 pacientes con ARN de VHC detectable 12 semanas después del diagnóstico. Todos los pacientes tuvieron un recuento de CD4 superior a 200 células/mm3 y una carga viral del VIH inferior a 200 copias/ml. Los participantes habían adquirido el VHC principalmente a través del uso de drogas inyectables (91%). La mayoría permanecía virológicamente estable por el uso de TARGA (81%); la mediana de ARN de VHC al inicio del tratamiento fue de 775300 IU/ml. La distribución de genotipos (GT) del VHC fue la siguiente: GT 1/4 = 28% y GT 2/3 = 72%. Un 79% eran hombres y la media de edad fue de 29 años (rango 19-39). A las cuatro semanas se observó un respuesta virológica y bioquímica precoz (normalización de las transaminasas hepáticas y ARN de VHC negativo) en 14 pacientes (44%), y a las 12 semanas 30 personas (94%) tenían ARN de VHC negativo. Dos pacientes (6%) no completaron la terapia hasta los tres meses como consecuencia de una depresión grave. Al final del período de 24 semanas de tratamiento, un 94% de los pacientes tenía ARN de VHC negativo, y permaneció negativo 24 semanas después del fin del tratamiento.
A pesar de que el número de participantes no fue muy elevado y que los genotipos predominantes en esta cohorte fueron los más susceptibles al tratamiento, los genotipos 2 y 3, factores ambos que podrían haber sesgado el resultado, los datos muestran, de nuevo, que el tratamiento con peg-interferón alfa-2b y ribavirina se muestra eficaz para el tratamiento de la coinfección VIH y VHC.
Fuente: Elaboración propia.
A. Kruk, N. Polovinkina, “Efficacy of a 24 week course of acute HCV treatment with peg-interferon a-2b and ribavirin in HIV-infected patients”, XVI International AIDS Conference Toronto Canada, 13 – 18 August 2006, abstract WEAX0105.
Juanse Hernández
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