CROI 2012: Un nuevo fármaco se muestra eficaz contra la diarrea asociada al VIH

Se trata de un compuesto de origen herbal que no precisa absorción sistémica

Juanse Hernández
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Un novedoso compuesto de origen herbal, conocido como crofelemer, reduce de forma significativa la frecuencia de la diarrea secretora en personas con VIH. Los resultados de este prometedor medicamento fueron presentados en el transcurso de la XIX Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada durante el mes de marzo en Seattle (EE UU).

La diarrea secretora, causada por la acción de patógenos infecciosos, toxinas o el uso de fármacos antirretrovirales, es un problema importante para muchas personas seropositivas.

Crofelemer es una proantocianidina extraída de la savia de una planta de la selva amazónica (Crotonlechleri​​) que es utilizada por los curanderos tradicionales para tratar una variedad de enfermedades entre las que se incluye la diarrea. Su mecanismo de acción es novedoso, ya que no precisa de absorción sistémica. Su efecto tiene lugar a nivel local en el intestino,donde regula la absorción de agua. Este hecho lo diferencia de los fármacos utilizados actualmente en el tratamiento de la diarrea asociada a la terapia antirretroviral, que deben ser absorbidos de forma sistémica y actúan sobre la motilidad intestinal, hecho que, junto a algunos efectos adversos derivados de su empleo, hace que no sea recomendable usarlos de forma prolongada.

Por su acción local, crofelemer no interacciona con otros medicamentos dado que no se absorbe ni llega a la sangre. Además, no se han descrito alteraciones en la absorción de antirretrovirales debidas a la presencia del fármaco en el aparato digestivo.

Durante la XIX CROI, se dieron a conocer los resultados de la fase III del estudio ADVENT, un ensayo que evalúa la seguridad y eficacia de crofelemer en el tratamiento de la diarrea secretora crónica en personas con VIH. El estudio incluyó un total de 376 participantes que habían experimentado deposiciones acuosas durante, como mínimo, cinco días de los siete precedentes al momento de inscripción en el ensayo.

Los pacientes, que en su mayoría eran hombres (84,1%) y de mediana edad (44,8 años), estaban tomando tratamiento antirretroviral y tenían un recuento de CD4 superior a 100 células/mm3. En ninguno de ellos se observaron indicios de la presencia de patógenos intestinales.

En la primera fase del estudio, los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir durante cuatro semanas comprimidos de crofelemer de 125, 250 o 500mg dos veces al día o placebo. La dosis de 125mg fue seleccionada para la segunda fase del ensayo, en la que se evaluó el fármaco en un mayor número de participantes durante cinco meses.

Los investigadores examinaron la respuesta semanal, definida como la proporción de pacientes con dos deposiciones acuosas o menos por semana, y la respuesta mensual, que se definió como la tasa de participantes con dos deposiciones acuosas (o menos) por semana durante, como mínimo, dos semanas en un mes.

Los resultados en la primera fase del estudio muestran tasas de respuesta mensual de un 20,5% en el grupo de 125mg de crofelemer, de un 9,3% en el de 250mg, y de un 19,6% en el de 500mg, en comparación con tan sólo un 2,0% en el grupo que recibió placebo.

En la segunda fase, un 16,3% de los participantes a los que se administró la dosis de 125mg de crofelemer obtuvieron respuesta mensual frente a un 11,4% de los que tomaron el placebo.

Combinando los datos de las dos fases del ensayo, las tasas generales de respuesta mensual fueron de un 17,6% en el grupo de 125mg de crofelemer y de un 8% en el grupo de placebo, una diferencia de un 9,6% que fue estadísticamente significativa (p= 0,0096).

Las personas que habían recibido el placebo en la primera fase del estudio y que después pasaron a tomar la dosis de 125mg de crofelemer durante la segunda experimentaron beneficios significativos tras un mes de tratamiento (36% frente a un 9%; p <0,0001).

Cuando se combinaron los datos de las dos fases del ensayo, los participantes a los que se administró crofelemer en comparación con los que recibieron placebo tuvieron una incidencia menor de efectos secundarios de cualquier tipo (27% frente a 33%), de efectos secundarios graves (2% frente a 3%), y de interrupción del tratamiento como consecuencia de los efectos adversos (0% frente a 3%).

Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores concluyen: “Crofelemer a dosis de 125mg [dos veces al día] redujo de forma significativa la diarrea secretora en personas con VIH y tuvo un perfil de seguridad similar al del placebo. Estos resultados son coincidentes con su acción intestinal selectiva y su mínima absorción sistémica”.

La Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) ha decidido revisar de manera preferente la solicitud de aprobación de crofelemer y se espera que esta se produzca en junio de este año (véase La Noticia del Día 17/02/2012). De ser así, crofelemer se convertiría en el primer fármaco comercializado para tratar la diarrea de forma específica en pacientes con VIH.

La compañía está evaluando también el uso de este fármaco en el tratamiento del síndrome de intestino irritable, de infecciones gastrointestinales (incluido el cólera) y de la diarrea pediátrica.

Fuente: Elaboración propia / Hivandhepatitis.
Referencia: MacArthur R,Hawkins T,Brown S,etal. ADVENT Trial: Crofelemer for theTreatment of Secretory Diarrhea in HIV+ Individuals.19th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Abstract 752.

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