Las personas con el VIH no vacunadas frente a la COVID-19 tendrían una probabilidad cuatro veces superior de experimentar COVID persistente que aquellas personas sin el VIH no vacunadas frente a la COVID-19. Este es el principal hallazgo de un estudio estadounidense presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada recientemente en modo virtual por la pandemia de la COVID-19.
Los investigadores, cuyo estudio aún se encuentra en fase de revisión, manifestaron que la presencia de inflamación crónica junto a una función inmunitaria alterada –características frecuentes en el contexto de la infección por el VIH– podrían contribuir al mayor riesgo observado de COVID persistente. No obstante, aunque tanto los investigadores como el resto de expertos que participaron en la sesión manifestaron que aún queda mucho que aprender sobre el tema. En todo caso, los investigadores comentaron que los datos de su estudio sugieren que las personas con COVID-19 deberían ser tratadas de manera intensiva al inicio de los síntomas para reducir la carga viral del SARS-CoV-2 y minimizar el riesgo de evolución a COVID persistente.
La COVID persistente es un conjunto de síntomas heterogéneos que se mantienen durante meses –que incluso podrían ser años– en algunas personas tras la COVID-19 aguda causada por el SARS-CoV-2. Entre dichos síntomas persistentes se encontrarían tos, fiebre, fatiga, problemas respiratorios, pérdida de olfato, insomnio, problemas de concentración, disfunción cognitiva, dolor muscular, dolor articular, mareos y palpitaciones.
Un estudio británico previo halló que un 5% de las personas que habían padecido COVID-19 todavía tenía algún síntoma a los 3-4 meses de padecerla y que, además, los síntomas tendían a persistir si pasados 3 meses no habían desaparecido. El riesgo de COVID persistente en superior en personas mayores, mujeres, personas con comorbilidades, personas con índice de masa corporal (IMC) elevado y personas con estatus socioeconómico bajo. Haber padecido una COVID-19 inicial más grave también sería un factor de riesgo de persistencia. Cabe destacar que la vacunación reduce el riesgo de COVID persistente.
El presente estudio comparó los biomarcadores de tipo inmunitario y los síntomas de 39 personas con el VIH convalecientes de COVID-19 contraída antes de vacunarse con los de un grupo control de 43 personas sin el VIH seleccionadas por edad, sexo, historial de hospitalización por COVID-19 y tiempo tras la infección para que dichas características fueran similares a las observadas en el grupo de seropositivos.
Las personas con el VIH tenían una mediana de la edad de 54 años, el 95% eran hombres, el 38% de etnia blanca, el 36% de etnia latinoamericana, el 18% de etnia afroamericana y el 5% de etnias del Pacífico. El 26% eran fumadores. Las personas del grupo control eran en mayor porcentaje de etnia blanca (el 60%) y solo el 2% eran fumadores activos, por lo que estas dos características diferirían entre ambos grupos comparados.
El 13% de los participantes con el VIH y el 17% de aquellos sin el VIH experimentaron COVID-19 grave y fueron hospitalizadas. Solo una persona de cada grupo requirió ventilación mecánica y en ningún caso se utilizaron medicamentos específicos frente a la COVID-19.
En el estudio se definió COVID persistente como la presencia de síntomas de COVID-19 más de 6 semanas después del diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2.
La mediana del tiempo tras el diagnóstico en el momento de la evaluación de síntomas fue de 124 días. Los principales síntomas de COVID persistente fueron fatiga (42% de los casos), problemas de concentración (42%), problemas de sueño (34%), problemas de visión (21%) y dolor muscular (24%). Cada uno de estos síntomas se dio con el doble de frecuencia en el grupo con VIH. El resto de síntomas registrados se dieron con una frecuencia similar en ambos grupos.
Todos los participantes con el VIH tomaban tratamiento antirretroviral. Solo dos de ellos tenían carga viral detectable y la mediana del recuento de CD4 eran de 596 células/mm3.
Los análisis inmunológicos mostraron algunas diferencias entre las personas con o sin el VIH. Las personas con el VIH tenían niveles de linfocitos T CD8+ de memoria inferiores en un 70% a los observados en los controles (indicando una menor capacidad de respuesta frente al SARS-CoV-2) y mayores niveles de expresión de la molécula PD-1 (un biomarcador que predice una respuesta menos eficiente de las células CD4). No obstante, no se observaron diferencias en los niveles de anticuerpos frente al SARS-CoV-2 en los dos grupos comparados.
Las personas con el VIH presentaron una menor relación CD4/CD8 (0,94 y 2,0 en personas con o sin el VIH), algo frecuente en el contexto de la infección por el VIH. Tener un cociente CD4/CD8 bajo es indicativo de una función inmunitaria menos preservada.
Según la definición utilizada de COVID persistente, las personas con el VIH presentaron un riesgo de padecer COVID persistente que era 4 veces el observado en personas seronegativas. Si se tomaba como definición de COVID persistente tener 3 o más síntomas, el riesgo era de 2,72 veces el observado en seronegativos.
Tener mayores niveles de PD-1 en las células CD4 de memoria se asoció al padecimiento de COVID persistente. Otros biomarcadores tales como IP-10 y la interleuquina 6 (IL-6) también se relacionaron con un mayor riesgo de padecer COVID persistente.
Los resultados del presente estudio muestran que las personas con el VIH no vacunadas frente a la COVID-19 presentarían un riesgo muy superior al de la población general de padecer COVID persistente, lo que pone de manifiesto la necesidad de una cobertura vacunal de este grupo poblacional lo más amplia posible, hecho que debería implicar a los profesionales sanitarios, trabajadores sociales y entornos comunitarios de cara a favorecer la vacunación frente al SARS-CoV-2 en personas con el VIH.
Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencias:Peluso M et al. Post-acute sequelae and adaptive immune responses in people living with HIV recovering from SARS-CoV-2 infection. MedRxiv, published online 14 February 2022.
Deeks S. Putting Long COVID in context. Session: Long COVID – From Bench to Bedside and Beyond. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, 2022.
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