CROI 2012: Deterioro de la función pulmonar asociado al VIH

Se observa una progresión más acelerada en personas con viremia no controlada

Juanse Hernández
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Según los resultados de un estudio presentado la semana pasada en Seattle (EE UU) en el transcurso de la XIX Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), la infección por VIH es un factor de riesgo independiente de enfermedad pulmonar.

Aunque es cierto que los resultados de este estudio ponen de manifiesto que las personas con VIH -sobre todo aquellas con cargas virales elevadas- muestran una deterioro mucho más rápido de la función de los pulmones que la población no infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana, los hallazgos también evidencian que el tabaquismo continúa siendo muy común entre personas con VIH y, por lo tanto, es un importante factor de riesgo cuyo potencial abordaje debería ser considerado.

Es bien sabido que la infección por VIH incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva. Esta afección incluye dolencias en los pulmones caracterizadas por inflamación de las vías respiratorias y dificultades para respirar, como por ejemplo, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC; enfisema y bronquitis crónica). No incluye, sin embargo, enfermedades infecciosas tradicionalmente asociadas con sida, tales como neumonía por Pneumocystis o tuberculosis.

De acuerdo con los resultados de un estudio del año 2000, existe una mayor prevalencia de enfisema en pacientes con VIH fumadores que en personas fumadoras seronegativas. Otra investigación del año 2006 puso en evidencia que la infección por VIH incrementa de forma independiente en un 47% el riesgo de desarrollar EPOC.

Otro estudio transversal del año 2011, realizado por el mismo equipo de investigadores que el ensayo hecho público la semana pasada en la CROI, halló que tener una carga viral de más de 200.000 copias/mL se asoció con un aumento de 3,4 veces del riesgo de desarrollar EPOC. La investigación incluyó a más de 4.000 usuarios de drogas intravenosas, de los que aproximadamente una cuarta parte tenían VIH.

Con el fin de explorar más a fondo la función pulmonar en pacientes con VIH en comparación con personas seronegativas, este grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE UU) volvieron a efectuar un análisis, esta vez longitudinal, de la cohorte ALIVE (siglas en inglés de Sida relacionado con experiencias intravenosas), un estudio de base comunitaria en usuarios de drogas inyectables.

Un total de 1.064 personas, de las cuales una tercera parte tenían el VIH, participaron en este ensayo. La mayoría de los participantes eran hombres (65%), con un promedio de edad de 49 años; y un 91% eran afroamericanos. Cabe destacar que un 94% de los participantes afirmaron haber fumado en algún momento de su vida y que un 88% eran fumadores activos.

Durante una mediana de 2,75 años de seguimiento, los investigadores realizaron 455 espirometrías, una prueba sencilla e indolora que mide el volumen o flujo de aire que una persona, tras una inspiración máxima, puede expulsar de sus pulmones durante el tiempo que necesite para ello. Esta prueba proporciona una medición importante de la función pulmonar conocida como volumen espiratorio forzado en un segundo (FEV1, en sus siglas en inglés). El FEV1 es la cantidad de aire que se puede sacar de los pulmones en un segundo y se considera uno de los mejores parámetros de medición de la capacidad de los pulmones para llenarse de aire y, por lo tanto, de la obstrucción (una disminución de la capacidad para expulsar de forma eficaz el aire de los pulmones).

Tras realizar las espirometrías, los investigadores calcularon los efectos de la infección por VIH, la carga viral y el recuento de células T CD4 sobre los cambios anuales observados en el FEV1: niveles por debajo de un 25% de lo normal son generalmente discapacitantes.

Los resultados muestran que, a nivel basal, un 16% de los participantes tenían enfermedad pulmonar obstructiva y la prevalencia general no difirió significativamente entre las personas con y sin VIH. No obstante, los pacientes con VIH tenían niveles basales de FEV1 más reducidos tras ajustar por factores demográficos, índice de masa corporal y tabaquismo.

En general, los participantes seropositivos no experimentaron de forma significativa una disminución más rápida de los niveles de FEV1 que las personas seronegativas (-23,7 frente a -35,7 mL/año, de manera respectiva). Sin embargo, los pacientes con VIH con cargas virales superiores a 75.000 copias/mL mostraron de forma significativa una reducción anual mayor de los niveles de FEV1 (-99,1 mL/año) que los que tenían viremia más baja (-29,9 mL/año).

De forma comparable, si los participantes seropositivos con niveles de CD4 por encima de 200 células/mm3 tenían tasas de disminución de los niveles de FEV1 similares a los observados en personas sin VIH (-26,3 mL/año), los pacientes con VIH y con recuentos de entre 100 y 200 células/mm3 o por debajo de las 100 células/mm3 experimentaron de forma significativa una reducción más rápida de FEV1 (-57,9 y -80,0 mL/año, de forma respectiva).

Sobre la base de estos hallazgos, los investigadores concluyen: “Los marcadores de infección por VIH avanzada y no controlada se asocian con un deterioro más rápido de la función pulmonar”. En su opinión, dicho deterioro fue “estadísticamente y, quizá también clínicamente, significativo”.

Los expertos señalan que la función pulmonar, por lo general, disminuye de manera lenta con la edad. Entre los fumadores, el deterioro es mayor y más rápido, del orden de entre un -50 y -70 mL/año. En este estudio, las personas con VIH no controlado e inmunodeficiencia avanzada presentaron incluso un deterioro mayor de la función pulmonar que la apreciada en personas fumadoras. Con todo, resulta difícil hacer comparaciones entre personas fumadoras y no fumadoras, dado que la mayoría de participantes eran fumadores en activo o exfumadores.

Los responsables de la investigación sugieren que el uso de un tratamiento antirretroviral eficaz que logre la supresión del VIH podría frenar este deterioro acelerado de la función pulmonar. Asimismo, los resultados de este y otros estudios (véase La Noticia del Día 09/02/2012) también ponen de manifiesto la importancia de incorporar los programas de deshabituación tabáquica en la práctica clínica del VIH.

Por último, puesto que la carga viral parece ser la principal responsable del deterioro de la función pulmonar, los autores indican que este fenómeno podría estar relacionado con la apoptosis acelerada (muerte celular programada) o con la inflamación sistémica y crónica asociada al VIH. En cualquier caso, los resultados de este ensayo se suman a los indicios cada vez mayores que relacionan la inflamación crónica con enfermedades no asociadas a sida y propias del envejecimiento en personas con VIH.

Fuente: Elaboración propia / Aidsmap.
Referencia: Drummond M, Merlo C, Astemborski J, et al. The Impact of HIV Infection on Longitudinal Lung Function Decline. 19th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Abstract 126LB.

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