El personal sanitario está perdiendo oportunidades de prescribir la profilaxis preexposición al VIH (PrEP, en sus siglas en inglés) a personas en situación de alto riesgo de adquirir el VIH. Las mujeres, las personas negras y las personas jóvenes fueron especialmente propensas a no recibir la prescripción de esta herramienta preventiva. Estos son los principales resultados de un estudio publicado en la revista Clinical Infectious Diseases, el pasado mes de mayo.
En el año 2012, la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés) autorizó la indicación de Truvada® [un comprimido que combina emtricitabina y tenofovir disoproxil fumarato] como PrEP. Con una adherencia correcta, este fármaco reduce el riesgo de infección por el VIH entre personas que no tienen el virus, pero que están en situación de alto riesgo de contraerlo por vía sexual.
Según la evidencia acumulada, se calcula que más de 1,2 millones de estadounidenses se encuentran en riesgo de contraer el VIH y que, por tanto, son candidatos a recibir PrEP. Sin embargo, solamente se ha prescrito esta herramienta preventiva a, aproximadamente, 100.000 personas (véase La Noticia del Día 03/05/2017). Ampliar el uso de la PrEP, eliminando las diferencias de acceso según la etnia, es un objetivo primordial en el abordaje de la prevención del VIH.
Con el fin de conocer si se están perdiendo oportunidades de proporcionar la PrEP durante las visitas médicas previas a la infección por el VIH, un equipo de investigadores llevó a cabo un estudio retrospectivo en Carolina del Sur (EE UU). Dicho estudio incluyó a 885 personas mayores de 13 años que habían sido diagnosticadas de infección por el VIH entre el año 2013 y 2016 y con evidencia de infección reciente.
A través de tres bases de datos médicas, los investigadores recopilaron información sobre los pacientes, las visitas a los centros de salud anteriores al diagnóstico, las infecciones de transmisión sexual (ITS), así como las razones por las que los pacientes no reciben atención médica.
Del total de personas participantes del estudio, 586 (66%) sumaron 4.029 visitas a un centro de salud previamente al diagnóstico del VIH, lo que representa una media de 6,9 visitas por persona. La mayoría de las visitas (84%) fueron a urgencias hospitalarias, el 42% de las visitas fueron realizadas por parte de pacientes sin seguro médico o que pagaron por su propia atención médica, mientras que un 36% contaba con seguro médico público y un 18% con seguro médico privado. Entre todas las visitas pocas fueron realizadas por personas hispanas o latinas.
En el análisis multivariante se halló que ser mujer (p < 0.0001), de origen afroamericano (p < 0.0001) o menor de 30 años (p < 0.0003) fueron factores estadísticamente significativos que predecían mayor número de visitas médicas previas a la infección por VIH y, por tanto, más oportunidades perdidas de prescripción de la PrEP.
Entre las personas que recibieron al menos una visita de atención médica antes del diagnóstico de VIH, el 28.5% tenía un diagnóstico de gonorrea, sífilis o clamidia. Según los autores del estudio, este hallazgo sugiere que los médicos podrían no estar respondiendo al hecho de que la presencia de una ITS es un factor de riesgo para la adquisición del VIH, tanto en los hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH) como en las mujeres heterosexuales.
Los investigadores también señalan que el bajo número de visitas médicas previas al diagnóstico por parte de personas hispanas o latinas resulta preocupante dado que los índices de nuevas infecciones están aumentando entre los hombres jóvenes gais, bisexuales y otros HSH de origen hispano y latino.
Pese a que la aceptación de la estrategia preventiva ha ido en aumento en todo el país, su difusión entre los estados del sur donde a su vez se están dando el mayor número de diagnósticos, ha sido preocupantemente baja. Como medidas para abordar de manera urgente estas desigualdades geográficas y demográficas, los autores del estudio proponen aumentar el uso de la atención médica por parte de hombres y mujeres negras y personas hispanas/latinas, reducir el número de oportunidades perdidas para la prueba del VIH en las visitas de atención médica e identificar los factores que pueden alertar del uso de la PrEP en personas no infectadas, especialmente en aquellas con una ITS bacteriana diagnosticada.
Además, una actitud libre de prejuicios resulta clave para que los médicos pongan en valor esta nueva herramienta preventiva y la prescriban a las personas que la necesitan.
Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Smith DK et al. Missed opportunities to prescribe preexposure prophylaxis in South Carolina, 2013-2016. Clin Infect Dis, online edition. DOI/10.1093/cid/ciy441/5001363 (2018)
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