Las personas con el VIH registran una elevada prevalencia de trastornos de salud mental y multimorbilidad por trastorno mental. Además, los pacientes con el VIH y multimorbilidad por trastorno mental registran tasas más bajas de supresión viral. Estos son los principales hallazgos de un estudio presentado en la última edición de la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2023), que tuvo lugar recientemente en Seattle (EEUU).
Los avances que se han producido en el manejo del VIH gracias al tratamiento antirretroviral han aumentado la esperanza de vida de las personas afectadas y, por ende, han logrado la cronificación de la infección. Y en este nuevo escenario la prevención, detección y manejo de las enfermedades crónicas concurrentes (o comorbilidades), entre las que se incluyen los trastornos de la salud mental, se ha convertido en uno de los focos principales de interés. Los trastornos mentales continúan siendo una fuente significativa de mortimorbilidad en todo el mundo. Sin embargo, los resultados en salud de las personas con el VIH que padecen trastornos mentales siguen siendo poco estudiados en este nuevo escenario de la cronificación del VIH. En 1996 –año en que se introdujo la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA)– las estimaciones de la prevalencia de los trastornos mentales a los 12 meses en EE UU hallaron que casi la mitad de las personas con el VIH obtuvieron un resultado positivo, como mínimo, en el cribado de los siguientes trastornos mentales: depresión, distimia, trastorno de ansiedad generalizada o ataques de pánico. Los estudios han revelado que la prevalencia de depresión mayor, ansiedad, trastorno bipolar y esquizofrenia son más comunes entre las personas con el VIH que en la población en general.
Los trastornos de salud mental se han asociado con resultados adversos en personas con el VIH, entre los que se incluyen la detectabilidad viral y el exceso de mortalidad. En décadas anteriores a la de la cronificación del VIH, la adherencia al tratamiento antirretroviral en personas con el VIH y trastorno de la salud mental fue de un 48% frente a un 91% en la población seropositiva que no padecía trastornos de salud mental. La esquizofrenia en población seropositiva se ha asociado con una reducción en la derivación de estos pacientes a la atención especializada y en la adherencia al tratamiento. También se ha objetivado que los pacientes con el VIH correctamente diagnosticados y eficazmente tratados de su trastorno mental tienen más probabilidades de cumplir de forma satisfactoria con la toma de la medicación frente al VIH. Este hecho pone en evidencia la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento basado en la evidencia de los trastornos de salud mental en personas con el VIH.
Se estima que el VIH y los trastornos depresivos ocupen los dos primeros puestos en el ranking de causas de morbilidad en el año 2030. Las estimaciones de la carga de enfermedad que suponen los trastornos de salud mental en personas con el VIH resultan de capital importancia para orientar las políticas y los programas que garantizan el acceso a la atención, la prescripción del tratamiento, la retención en la atención, la supresión viral y la mejora de la calidad de vida de las personas con el VIH.
Para arrojar algo más de luz sobre esta cuestión un grupo de investigadores estadounidenses quiso describir la prevalencia de esquizofrenia, ansiedad, trastorno bipolar y depresión en personas con el VIH de EEUU y Canadá y la relación de estos trastornos mentales con los resultados observados en la atención del VIH. Para ello, los investigadores analizaron los datos de NA-ACCORD, el mayor consorcio de cohortes clínicas observacionales de personas con el VIH en EE UU y Canadá.
Los diagnósticos de trastorno de salud mental fueron tomados de los historiales clínicos utilizando la codificación para depresión, ansiedad, trastorno bipolar y esquizofrenia de las versiones 9 y 10 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cada trastorno mental se definió como tener, como mínimo, un diagnóstico documentado durante el periodo de seguimiento. La multimorbilidad por trastorno mental se definió como dos o más trastornos mentales concurrentes (depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia)
El estudio incluyó a 122.896 personas que estaban recibiendo atención para el VIH entre 2008 y 2018, más de la mitad de los cuales (55,1%) tenía uno o más diagnósticos de trastornos mentales: un 39% tenía depresión; un 28%, ansiedad; un 10%, trastorno bipolar; y un 5%, esquizofrenia.
Los resultados muestran que la prevalencia de depresión y ansiedad aumentó entre 2008 y 2018 (de 35,9% a 44,8% y de 21,5% a 36,9%, respectivamente), mientras que las tasas de trastorno bipolar y esquizofrenia permanecieron estables (de 10,7% a 8,4% y de 4,7% a 2,1%, respectivamente).
De 2008 a 2018, la multimorbilidad por trastornos mentales frente a la no presencia de trastornos mentales fue amplia y afectó a un 24% de las personas con el VIH de la cohorte distribuyéndose de la siguiente manera: 92% en las personas con el VIH y esquizofrenia; un 82% en las personas con el VIH y ansiedad; un 69% en los pacientes con el VIH y trastorno bipolar; y un 53% en los participantes con el VIH y depresión. La ansiedad fue el trastorno mental más común entre los pacientes con depresión, trastorno bipolar esquizofrenia.
En el periodo de 2008 a 2017, la proporción anual de pacientes retenidos en el seguimiento clínico fue similar, pero consecuentemente más elevada en aquellos con multimorbilidad por trastornos mentales; mientras que la supresión viral fue similar, pero consecuentemente más baja en los participantes con multimorbilidad por trastornos mentales. Entre 2016 y 2018, la prevalencia de multimorbilidad por trastornos mentales fue del 16% en personas con el VIH. Aquellos con multimorbilidad por trastornos mentales tuvieron una prevalencia de un 4% mayor en la retención en el seguimiento clínico que los pacientes sin multimorbilidad; sin embargo, el porcentaje se atenuó a un 2% más en la retención en el seguimiento clínico tras ajustar los resultados por variables sociodemográficas. En los pacientes con multimorbilidad por trastorno mental, la prevalencia de supresión viral fue un 2% más baja que en los pacientes sin multimorbilidad y este porcentaje se atenuó a una prevalencia de supresión viral de un 1% más baja tras ajustar los resultados por características demográficas.
Este análisis proporciona una visión novedosa de la prevalencia y los resultados de la atención clínica asociados a los trastornos mentales y a la multimorbilidad por trastorno mental en personas con el VIH. Como consecuencia de la elevada prevalencia de los trastornos de la salud mental y de la multimorbilidad por trastorno mental en personas con el VIH, los médicos deben permanecer atentos a la detección de estos trastornos y proporcionar una derivación efectiva de los pacientes a los servicios de salud mental cuando sea requerido. Los autores de este estudio consideran que entender las barreras para lograr la supresión viral e implementar intervenciones efectivas para superar tales barreras en personas con trastornos mentales y multimorbilidad por trastorno mental deben continuar siendo estrategias prioritarias para aumentar la salud y el bienestar de las personas con el VIH.
Fuente: CROI 2023 / Elaboración propia (www.gtt-vih.org)
Referencia: Lang R, Hogan B, Zhu J, et al.; North American AIDS Cohort Collaboration on Research and Design (NA-ACCORD) of the International Epidemiologic Databases to Evaluate AIDS (IeDEA). The prevalence of mental health disorders in people with HIV and the effects on the HIV care continuum. AIDS. 2023 Feb 1;37(2):259-269. doi: 10.1097/QAD.0000000000003420. Epub 2022 Nov 10.
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