Según un estudio presentado en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada la semana pasada en Boston (EE UU), el consumo elevado de nitritos inhalados como droga recreativa (conocidos como poppers) incrementaría, a largo plazo, el riesgo de desarrollar cánceres y enfermedades cardiovasculares en hombres que practican sexo con otros hombres (HSH), tanto en aquellos que viven con VIH como en los que no tienen dicha infección. El ensayo se llevó a cabo con participantes del Estudio Multicéntrico de Cohorte del Sida (MACS, en sus siglas en inglés).
Un total de 3.366 hombres con o sin VIH que habían sido visitados dos veces al año entre 1984 y 2007 (de los cuales se contara, como mínimo, con un registro después del año 1995) fueron incluidos en el estudio. Para ser incluidos en el análisis, los participantes debían haber cuantificado su uso de drogas recreativas en, al menos, dos visitas durante su seguimiento.
De forma específica se evaluó el consumo de poppers, cocaína, MDMA, MDA, marihuana, heroína y opiáceos. Entre aquellos hombres con un mínimo de 5 años de seguimiento –estratificando los resultados según estado serológico al VIH, origen étnico, uso de poppers y hábito tabáquico– los investigadores calcularon la incidencia (tasa de nuevos diagnósticos) de enfermedad cardiovascular (incluidos infarto de miocardio, angina de pecho y arritmias) y de cáncer.
Más de la mitad de los hombres incluidos en el análisis (el 53%) habían reportado uso de poppers durante los seis meses anteriores a la visita, una proporción superior a la de quienes habían consumido marihuana (44%), cocaína (20%) o MDA/MDMA (7%).
El análisis incluyó a 1.670 hombres sin VIH, 1589 con VIH y 107 que se infectaron durante el seguimiento. La mediana de la edad osciló entre los 27 y los 34 años según el subgrupo y la mediana del número de visitas entre 18 y 27. La mayoría de los hombres incluidos eran de etnia blanca (entre el 61 y el 74%, según el subgrupo) y un porcentaje importante eran fumadores (entre un 32 y un 48%).
El análisis de riesgo cardiovascular incluyó a 919 hombres sin VIH no fumadores; 567 con VIH no fumadores, 261 sin VIH fumadores y 357 con VIH fumadores. Todos ellos eran de etnia blanca y tenían, como mínimo, un seguimiento de 5 años. Ninguno había sufrido un episodio cardiovascular antes de entrar en el estudio. Los investigadores clasificaron a los participantes en usuarios frecuentes (uso semanal de la droga), ocasionales (uso, como máximo, mensual) y no usuarios.
Entre los no fumadores sin VIH, la incidencia de enfermedad cardiovascular fue de 6 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento en usuarios frecuentes de poppers, mientras que en usuarios ocasionales o no usuarios la incidencia fue mucho menor (de 2 casos por cada 1.000 persona-años de seguimiento).
La incidencia de enfermedad cardiovascular fue de 5 casos por cada 1.000 persona-años en hombres con VIH no fumadores usuarios frecuentes de poppers y de 4 casos por cada 1.000 persona-años en usuarios ocasionales o no usuarios. En fumadores con o sin VIH, la incidencia de enfermedad cardiovascular también fue mayor en usuarios frecuentes de poppers que en usuarios ocasionales o no usuarios.
El análisis de la incidencia de cáncer incluyó a 1.670 hombres sin VIH y 1.584 hombres con VIH. En todos los casos existieron un mínimo de 5 años de seguimiento y ninguno de ellos había experimentado un episodio de cáncer antes de entrar en el estudio. Los resultados del análisis se estratificaron en función del grado de uso de poppers.
Entre los hombres sin VIH, la incidencia de cáncer fue de, aproximadamente, 600 casos por cada 100.000 persona-años de seguimiento en usuarios frecuentes de poppers y de 400 casos por cada 100.000 persona-años en usuarios ocasionales o no usuarios.
En hombres con VIH, la incidencia de cáncer fue de 1.300 casos por cada 100.000 persona-años en usuarios frecuentes de poppers y de 900 casos por cada 100.000 persona-años en usuarios ocasionales o no usuarios.
El uso frecuente de poppers duplicó el riesgo de experimentar cáncer de piel de células escamosas tanto en hombres con VIH como en aquellos no infectados.
Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto algunos riesgos relacionados con el consumo elevado de poppers a largo plazo, algo que ya había sido detectado en anteriores estudios (véase Actualización en Tratamientos 12/02/2008). El gran tamaño de la muestra de partida y su carácter longitudinal (continuo en el tiempo, lo cual permite establecer una relación causa-efecto) dotan de consistencia a los resultados, que deberían ser tenidos en cuenta en el desarrollo de aquellos programas que busquen un uso más seguro de drogas.
Fuente: NATAP/ Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Holman A, Dutta A, Gabuzda D. Long-term effects of nitrite inhalants on cardiovascular and renal outcomes in the MACS cohort. CROI 2014. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. March 3-6, 2014. Boston. Abstract 740.
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