Un estudio español presentado en el Encuentro Anual de la Asociación Europea de Imagen Cardiovascular [EuroEcho-Imaging 2013], que se está celebrando esta semana en Estambul (Turquía), ha concluido que presentar una carga viral detectable del VIH incrementaría el riesgo de experimentar alteraciones cardíacas estructurales.
Diversos estudios han relacionado la infección por VIH con un mayor riesgo de padecer alteraciones cardíacas estructurales, un tipo de cambios patológicos en el corazón que son diagnosticables por medio de ecografías cardíacas (también conocidas como ecocardiogramas) que, además de conllevar diversos síntomas, incrementan el riesgo de sufrir diversas cardiopatías graves tales como la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, el mecanismo por el cual la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana puede desencadenar este tipo de alteraciones no ha sido descrito de forma adecuada.
Para ahondar en los conocimientos relativos a las causas que subyacen a la relación entre el VIH y las alteraciones cardíacas estructurales, los investigadores llevaron a cabo un estudio observacional con una cohorte de 65 personas con VIH y disnea (dificultad respiratoria, un síntoma frecuente en este tipo de alteraciones cardíacas). El 63% de los participantes eran hombres y la edad promedio, de 48 años.
Las personas incluidas en el estudio realizaron pruebas ecocardiográficas para determinar la presencia de alteraciones cardíacas estructurales, además de evaluarse su función renal, sus niveles sanguíneos de glucosa y diversas pruebas de seguimiento de la infección por VIH, entre otros factores.
El 47% de las personas que participaron en el estudio presentaban algún tipo de alteración cardíaca estructural, en la mayor parte de los casos hipertrofia ventricular izquierda.
De forma destacable, las personas con carga viral detectable mostraron una prevalencia de alteraciones cardíacas estructurales significativamente superior a la observada en aquellas con carga viral indetectable (75 y 43%, respectivamente; p <0,04).
La presencia y la intensidad de las alteraciones estructurales del corazón no se vieron condicionadas por el grado de progresión de la infección por VIH (incluso al comparar personas en fase de sida con aquellas asintomáticas) o por el tipo de tratamiento antirretroviral o la presencia de factores de riesgo cardiovascular.
Sobre la base de los resultados del presente estudio, los investigadores recomendaron la realización de pruebas electrocardiográficas a todas aquellas personas con VIH y disnea.
Detectar problemas cardíacos de este tipo de forma precoz puede permitir aproximaciones terapéuticas capaces de mejorar notablemente su pronóstico.
Respecto al mecanismo por el cual se desencadenarían estas alteraciones cardíacas, el hecho de que una mayor replicación del VIH las promueva podría estar apoyando la cada vez más extendida hipótesis de que la replicación del VIH generaría un estado de inflamación continuado (verificable por medio de diversos biomarcadores) que conllevaría consecuencias cardiovasculares.
Será importante ahondar en la investigación de estos mecanismos para seguir mejorando el pronóstico y la calidad de vida de las personas con VIH.
Por otro lado, la influencia de la carga viral sobre la presencia de las alteraciones cardíacas estructurales pone de manifiesto la importancia de seguir una terapia anti-VIH eficaz con buenos niveles de adherencia, la mejor manera de lograr carga viral indetectable y, de este modo, reducir el riesgo de padecer dichas alteraciones.
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Montoro N, Pons I, Itziar C. Role of HIV as the etiologic agent of structural heart disease. EuroEcho-Imaging 2013. Abstract P119.
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