Un nuevo análisis ha determinado que la probabilidad de transmisión del VIH a través del sexo anal receptivo es de 138 casos por cada 10.000 relaciones. No obstante, el considerar las probabilidades a lo largo de un periodo de tiempo más prolongado ofrece una mejor comprensión del riesgo que el dato de las probabilidades por cada acto, según un par de estudios publicados en la revista AIDS. Los modelos matemáticos empleados reflejaron que la combinación de métodos preventivos (en especial los que incluyan el tratamiento como prevención o la profilaxis preexposición) pueden reducir en gran medida el riesgo de transmisión del VIH.
En los últimos años se han realizado varios descubrimientos que reflejan el potencial que los fármacos antirretrovirales pueden tener en el campo de la prevención del VIH. Así, diversos estudios han revelado que cuando una persona con VIH toma una terapia antirretroviral eficaz la probabilidad de transmisión del virus a sus parejas por vía sexual se reduce en gran medida (véase La Noticia del Día 19/07/2011, véaseLa Noticia del Día 14/03/2014). Por su parte, aunque con una eficacia más modesta, también existen pruebas de que la profilaxis preexposición (PPrE) reduce el riesgo de adquirir el VIH (véase La Noticia del Día 19/07/2011, La Noticia del Día 29/11/2010 o La Noticia del Día 17/06/2013). Mientras tanto, los científicos siguen intentando determinar qué riesgo de transmisión entrañan las distintas prácticas sexuales.
Así, un equipo de investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) realizaron la actualización de sus anteriores estimaciones de riesgo de adquisición del VIH por diversas vías como la parenteral, la vertical o la sexual. También examinaron el efecto protector de los preservativos, la circuncisión masculina y la terapia antirretroviral.
Los autores realizaron la evaluación 7.339 abstracts sobre el riesgo de transmisión, de los que 90 fueron considerados relevantes y 14 fueron incluidos en la revisión sistemática. En cuanto a los factores de modificación del riesgo, se consideraron 8.119 abstracts, de los que 15 artículos fueron considerados relevantes para el análisis.
En la siguiente tabla se resumen algunas de las conclusiones del estudio referentes al riesgo de transmisión:
Entre los factores relacionados con un mayor riesgo de transmisión, los autores determinaron que: La infección aguda por VIH supuso un riesgo más de 7 veces superior de infección que la infección asintomática (Intervalo de confianza de 95% [IC95%]: 3,05 – 17,30); estar en una etapa tardía supone un riesgo 5,81 veces superior en comparación con la infección asintomática (IC95%: 3,00-11,40); tener una carga viral en sangre elevada supuso un riesgo de transmisión 2,89 veces superior (IC95%: 2,19 – 3,82) y presentar una enfermedad genital ulcerosa, un riesgo 2,65 veces superior (IC95%: 1,35 – 5,19).
Por su parte, entre los factores relacionados con un menor riesgo de transmisión estarían:
El riesgo estimado de transmisión sexual se reduciría en un 99% si las parejas serodiscordantes usan preservativos y la persona con VIH toma el tratamiento antirretroviral.
Los autores del estudio afirman que sus cálculos actualizados suponen un aumento del valor de estimación previa del riesgo tanto en el sexo anal insertivo como el receptivo, aunque admiten que los datos anteriores están dentro de los intervalos de confianza de las nuevas estadísticas.
Según los autores, la comprensión de los efectos que tienen los factores de modificación sobre el riesgo de transmisión puede servir para determinar mejor el riesgo personal y para informar los esfuerzos preventivos del VIH.
El mismo equipo de investigadores llevó a cabo un segundo estudio para determinar los efectos de la combinación de estrategias para prevenir la transmisión sexual del VIH, para lo cual emplearon un modelo matemático que calculó el riesgo estimado de transmisión sexual a lo largo de periodos de 1 y 10 años de tiempo, en parejas serodiscordantes, tanto heterosexuales como de hombres que practican sexo con hombres (HSH).
El modelo se basó en los factores de reducción de riesgo observados en otros estudios, tal y como se describió más arriba.
A lo largo de un periodo de 10 años, si no se usa ningún tipo de medida protectora, el riesgo de transmisión por vía vaginal para una pareja heterosexual en el que la mujer es la persona con VIH se calculó en un 44%. En el caso de las parejas de hombres que practican sexo con otros hombres, este riesgo alcanzaría casi el 100% si no se usan medidas preventivas.
En el caso de que las parejas emplearan una única estrategia preventiva, el riesgo de infección a los 10 años se reduciría, aunque seguiría siendo destacable: 11% en el caso del sexo por vía vaginal usando únicamente preservativos. Esta cifra siguió siendo muy elevada en el caso de las parejas de HSH que sólo utilicen preservativos: 76%. En el caso de recurrir únicamente a la PPrE, el riesgo a los diez años fue de un 15% en el caso de una pareja heterosexual (siendo la mujer la persona con VIH), y del 98% en el caso de las parejas de HSH.
La estrategia que mayor eficacia mostró al ser usada de forma exclusiva fue el tratamiento de la persona con VIH. En el caso de las parejas heterosexuales, esto supuso un riesgo acumulado del 2% en 10 años. Por su parte, el riesgo acumulado de infección en 10 años en las parejas homosexuales masculinas fue del 25% en el caso de la terapia antirretroviral. Al añadir el uso constante del preservativo, este riesgo acumulado disminuyó por debajo del 10%.
Aunque las previsiones de dichos modelos se basan en los mejores datos disponibles, no tienen en cuenta otros aspectos como la carga viral o el nivel de adherencia, y tampoco hay demasiados datos sobre las relaciones sexuales anales en parejas heterosexuales.
De todos modos, los autores advierten de que su modelo no está diseñado para predecir el riesgo de transmisión de las parejas serodiscordantes en el mundo real a lo largo de una relación de varios años, sino que lo que pretenden es poner de relieve cómo el riesgo se acumula con el tiempo, incluso cuando se sigue una estrategia preventiva.
Fuente: HIVandHepatitis/Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencias: Patel P, Borkowf CB, Brooks JT, et al. Estimating per-act HIV transmission risk: a systematic review. AIDS. May 6, 2014 (Epub ahead of print).
Lasry A, Sansom SL, Wolitski RJ, et al. HIV sexual transmission risk among serodiscordant couples: assessing the effects of combining prevention strategies. AIDS. May 6, 2014 (Epub ahead of print).
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