Un equipo estadounidense de investigadores ha desvelado el mecanismo que podría explicar la elevada incidencia de deterioro cognitivo entre personas con VIH. Dicho mecanismo estaría relacionado con los astrocitos, un tipo de células que protegen el tejido cerebral y que, aunque no tienen receptor CD4 (una de las puertas de las que se sirve el virus para penetrar en la célula), pueden ser infectadas por el VIH a través del uso de otro receptor.
En las primeras dos décadas de la epidemia, eran muy numerosos los casos de demencia asociada a la infección por VIH. Pese a que los episodios más graves disminuyeron sensiblemente tras la llegada de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), los casos de deterioro cognitivo leve y moderado siguen teniendo lugar en personas con VIH con una frecuencia muy superior a la observada en personas no infectadas. De hecho, en un estudio se halló que la mitad de las personas infectadas podrían presentar algún problema cognitivo, aunque en la mayoría de casos sería tan leve que no conllevaría sintomatología clínica.
Para profundizar en los mecanismos que subyacen en el deterioro cognitivo asociado al VIH, los autores del estudio se centraron en los astrocitos, ya que, dada su función de protección y soporte de las neuronas, eran unos firmes candidatos a desempeñar algún papel en dicho deterioro. Una de las funciones más importantes de los astrocitos es su participación en la barrera hematoencefálica (BHE), una especie de filtro que impide la llegada de microorganismos y sustancias perniciosas al cerebro a través de los vasos sanguíneos que lo irrigan.
En un estudio previo, el equipo de investigadores ya había apreciado que hasta el 5% de los astrocitos de la BHE estaban infectados por el VIH, si bien se desconoce qué proporción está infectada en personas que toman una TARGA eficaz.
Para analizar cómo la infección por VIH afectaba a la funcionalidad de los astrocitos, los autores desarrollaron un modelo de BHE in vitro que les permitió observar que este tipo de células protectoras del tejido cerebral infectadas por VIH liberaban una serie de sustancias que causaban daños en los astrocitos presentes a su alrededor, llegando, incluso, a inducir su apoptosis -muerte celular programada-. Dichos astrocitos con VIH también mostraban desequilibrios en la secreción de enzimas como la lipooxigenasa y la ciclooxigenasa y en la funcionalidad de determinados canales de potasio, debilitando aún más la barrera hematoencefálica.
Tras obtener estos resultados in vitro, los investigadores estudiaron la función de los astrocitos en simios infectados por el virus de la inmunodeficiencia símica (VIS), obteniendo unos resultados parecidos.
Los responsables del estudio concluyeron que, debido a los efectos tóxicos de los astrocitos infectados por VIH, sería deseable el desarrollo de fármacos que contrarrestaran esta actividad dañina y permitieran mantener la BHE en perfectas condiciones. Otra posible forma de actuar ante este problema sería desarrollar antirretrovirales capaces de detener la replicación del virus dentro de los astrocitos y/o la infección de este tipo de células, ya que forman parte de los reservorios que facilitan la persistencia de la infección en personas con carga viral indetectable.
Fuente: ScienceDaily / Aidsmeds.
Referencia: Eugenin EA, Clements JE, Zink MC, et al. Human Immunodeficiency Virus Infection of Human Astrocytes Disrupts Blood–Brain Barrier Integrity by a Gap Junction-Dependent Mechanism.J Neurosci. 2011 Jun 29; 31(26): 9.456-9.465.
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