El acceso a fármacos eficaces frente a la hepatitis C podría reducir a la mitad la transmisión del VHC en gais con VIH

La recomendación, sin embargo, sigue siendo tratar los casos de infección aguda por VHC con interferón pegilado y ribavirina

Juanse Hernández
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De acuerdo con un modelo matemático, cuyos resultados fueron presentados en el Congreso Internacional del Hígado (EASL 2015), celebrado en abril en Viena (Austria), aumentar la tasa de tratamiento y utilizar fármacos más eficaces frente a la hepatitis C podría reducir a la mitad los casos de nuevas infecciones por el virus de la hepatitis C (VHC) en gais y otros hombres que practican sexo con otros hombres (HSH) en el Reino Unido.

El modelo halló que si el 80% de los hombres gais y HSH fueran tratados en el plazo de un año tras adquirir el VHC y si un 20% de los que tienen infección crónica recibieran tratamiento cada año, la incidencia de nuevos casos se reduciría a la mitad y la prevalencia en HSH con VIH disminuiría a menos de un 3% en 2025.

Desde inicios de 2000, se han comunicado en algunas ciudades del Reino Unido, Europa, Australia y EE UU –y recientemente en España– brotes de infección aguda por VHC transmitida, en apariencia, por vía sexual en grupos de hombres con VIH que practican sexo con otros hombres (HSH). Datos recientes muestran que la incidencia de hepatitis C en hombres gais y otros HSH en la actualidad podría superar a la comunicada en usuarios de drogas inyectables en algunas ciudades.

Cada vez son mayores los indicios de que la transmisión del VHC, en hombres gais con VIH, es relativamente frecuente a través de prácticas sexuales de alto riesgo (tales como el sexo anal traumático o fisting -introducción total o parcial de la mano en el ano de la pareja-), sexo en grupo sin preservativo o empleo de drogas no inyectables –e inyectables– durante sesiones de sexo prolongadas, o bien por la presencia concomitante de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), entre otros factores.

Lo que casi todos estos factores tienen en común es su contribución a que exista una mayor probabilidad de que se produzca un contacto por vía sanguínea durante las relaciones sexuales. De hecho, es muy probable que muchos de estos factores sean sinérgicos: por ejemplo, el uso de GHB en las sesiones de sexo podría facilitar las relaciones sexuales prolongadas y vigorosas con múltiples parejas sexuales, lo que puede provocar sangrado y traumatismo rectal.

Es bien sabido que el riesgo de transmisión de la hepatitis C se puede reducir con el uso del preservativo y con prácticas de inyección segura. Sin embargo, los epidemiólogos sugieren que solo se logrará reducir la incidencia del VHC en hombres gais y otros HSH y personas que se inyectan drogas cuando se consiga disminuir la prevalencia de la hepatitis C tratando a las personas afectadas con terapias altamente eficaces y curativas.

Con el fin de calcular el efecto potencial del tratamiento sobre la incidencia y prevalencia del VHC en hombres gais y HSH en el Reino Unido, un grupo de investigadores desarrolló un modelo de transmisión de la hepatitis C en HSH utilizando datos de la Cohorte de Colaboración sobre VIH del Reino Unido (UK CHIC, en sus siglas en inglés), que contiene registros de 43.000 personas con VIH atendidas en veinte de los principales hospitales que tratan la infección en el Reino Unido, y datos de los sistemas de vigilancia de la hepatitis C.

El modelo asumió que un 80% de los hombres tratados en el plazo de un año tras adquirir la hepatitis C (infección aguda) y un 35% de aquellos con infección crónica se curarían con terapias basadas en interferón pegilado, y que un 90% de todos los hombres tratados con regímenes libres de interferón se lograrían curar. El modelo asumió como escenario base que un 39% de las infecciones recientes y un 5% de las infecciones crónicas serían tratadas cada año.

Aproximadamente se estimó que un 8,6% de los hombres gais diagnosticados de VIH en Reino Unido tendrían la hepatitis C en 2015. Si la tendencia actual se mantuviera estable y las tasas de tratamiento de las infecciones agudas se mantienen a un nivel bajo de acuerdo con el escenario base asumido, la prevalencia se incrementará un 10,8% en 2025 asumiendo que los diagnósticos de VIH también continuaría aumentando durante el mismo periodo. Sin embargo, incluso un tasa baja de tratamiento tendría un efecto sobre la prevalencia. De no tratarse en absoluto, la tasa de prevalencia alcanzaría el 11,6% en 2015 y el 17% en 2025.

Una estrategia de tratamiento escalonado basada en tratar el 80% de las infecciones agudas y el 20% de las infecciones crónicas por año reduciría la prevalencia por debajo del 3% en 2025, y reduciría a la mitad los casos de nuevas infecciones por VHC, con una tasa de incidencia de 0,5 por 100 persona-años.

Uno de los sesgos del estudio es que el modelo no tuvo en consideración el coste-efectividad que supondría tratar todas estas infecciones. Los investigadores señalan que evaluarán en el futuro este aspecto así como el impacto de la transmisión del VHC desde personas con infección por VIH no diagnosticada a personas sin VIH, y si la transmisión del VIH tiene algún impacto sobre la transmisión del VIH y viceversa.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Martin N et al. Understanding and preventing the HCV epidemic among men who have sex with men in the UK: a mathematical modelling analysis. J Hepatology 62 (50th International Liver Congress), S843, P1289, 2015.

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