Algunos estudios han mostrado que la cirrosis y otras complicaciones hepáticas tienden a progresar más rápidamente en personas coinfectadas por el virus de la hepatitis B (VHB) y el VIH que en aquéllas monoinfectadas por el VHB.
Tras la instauración de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), la infección por VIH ha dejado de ser considerada un factor excluyente del trasplante hepático, pero existe una ausencia importante de datos respecto a los resultados de dicho trasplante en personas coinfectadas por VIH y VHB.
Para conocer más acerca de las tasas de supervivencia, reactivación de la hepatitis B y toxicidad mitocondrial en personas con VIH y VHB que recibieron un trasplante hepático, un grupo de investigadores franceses realizó un estudio prospectivo, publicado en la edición de 1 de junio de la revista AIDS, que contó con la participación de 13 personas con VIH, con enfermedad hepática en estadio final asociada a la infección por VHB, coinfectadas o no por el virus de la hepatitis C (VHC) o el virus de la hepatitis delta (VHD).
El seguimiento de los participantes se llevó a cabo durante un promedio de 32 meses entre noviembre de 2002 y junio de 2007. Al finalizar dicho período, todos los pacientes presentaban una función hepática normal. En todos los casos, la carga viral del VHB era indetectable y no se halló ADN circular cerrado de forma covalente (ADNccc) en el órgano trasplantado, lo que indica que no había sido infectado por el VHB.
Sobre la base de estos hallazgos, los autores del estudio concluyeron que las personas coinfectadas por VIH y VHB pueden superar con éxito un trasplante hepático, con resultados excelentes en cuanto a supervivencia, control de la replicación del VHB y toxicidad mitocondrial.
Además, la recurrencia de la infección por el virus de la hepatitis B en el nuevo hígado puede ser prevenida mediante el uso de inmunoglobulina anti-VHB, vacunación contra el VHB y fármacos antivirales (que se pueden tomar como profilaxis durante un período prolongado).
Este estudio pone de relieve que el trasplante de hígado en personas con VHB y VIH tiene un mejor pronóstico que en personas con VIH y VHC, ya que en estas últimas aparecen complicaciones asociadas a la infección por el virus de la hepatitis C en el nuevo órgano, pese al empleo de terapia anti-VHC con interferón pegilado y ribavirina. En el marco de una TARGA cada vez más eficaz -con la aparición de nuevos antirretrovirales y nuevas clases de éstos-, el reto para mejorar el pronóstico de las coinfecciones por VIH y las hepatitis virales -y el éxito de los trasplantes hepáticos, si son necesarios- consiste en el desarrollo de nuevos fármacos que permitan, especialmente en el caso del VHC, un mejor control de la progresión de las hepatitis.
Fuente: HIVandHepatitis.com.
Referencia: Tateo M, Roque-Afonso AM, TM Antonini TM, el al. Long-term follow-up of liver transplanted HIV/hepatitis B virus coinfected patients: perfect control of hepatitis B virus replication and absence of mitochondrial toxicity. AIDS. 2009 (June 1); 23(9): 1.069-1.076.
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