La asociación británica de salud sexual y VIH (BASHH, en sus siglas en inglés) acaba de publicar sus recomendaciones sobre el abordaje de las infecciones de transmisión sexual (ITS) en las personas que viven con VIH.
Dejar algunas ITS sin tratar puede hacer progresar la infección por VIH más rápidamente, y también puede aumentar el riesgo de la aparición de algunos cánceres. Además, las ITS pueden ser más complicadas de tratar en las personas con VIH. Estas muy exhaustivas nuevas directrices británicas, pretenden, según sus autores, “dar información y apoyo a las personas con VIH para que disfruten de una buena vida sexual y sentirse bien”. También se dirigen a los profesionales de la salud, a los cuales se ofrecen recomendaciones sobre el tratamiento y los cuidados a las personas con VIH así como para prevenir la transmisión del virus y de otras infecciones de transmisión sexual.
El texto incluye una revisión de las directrices que emitió esta misma asociación en 2002 sobre la sífilis y la profilaxis post-exposición en caso de un posible contacto con el VIH, además de recomendaciones sobre el abordaje de otras ITS y de los cánceres anales y del útero asociados con el virus del papiloma humano. También introduce una discusión sobre los aspectos legales y éticos de la transmisión del VIH.
Según los autores, la mayoría de las ITS puede abordarse de la misma manera en las personas con VIH que en las sin VIH. Es el caso por ejemplo de la gonorrea, de la uretritis no gonocócica, clamidia, tricomoniasis por trichomas vaginalis e infección por vaginosis bacteriana.
En el caso del tratamiento de la sífilis primaria o secundaria en las personas con VIH se observa un cambio de enfoque, y la recomendación pasa ahora de inyecciones intramusculares diarias de penicilina procaína durante hasta tres semanas a dos inyecciones de penicilina G benzatina en toma única una vez a la semana durante el mismo periodo. Esto facilita el tratamiento y lo hace menos doloroso.
No obstante, por el momento esta alternativa se ofrecería únicamente a las personas con diagnostico temprano de sífilis, las que no están muy inmunosuprimidas, y en las que se puede realizar un seguimiento apropiado con el fin de poder detectar cualquier recidiva.
Existen muestras de que los virus del herpes pueden activar el VIH, lo que facilita la entrada de este último en algunas células. Las infecciones por herpes genital pueden también aumentar el riesgo de transmisión sexual del VIH. Por otra parte, se sabe que el riesgo más importante de reactivación del herpes es un número reducido de CD4.
Las recomendaciones de tratamiento del virus del herpes simple 2 (VHS-2) en las personas con VIH sugieren que un primer episodio de herpes genital tendría que tratarse con 400mg de aciclovir cinco veces diarias durante de 7 a 10 días. Existen otras alternativas tales como la toma de 1g de valaciclovir dos veces diarias durante 10 días o de 250 a 750mg de famciclovir tres veces diarias durante 10 días, sin que existan evidencias claras sobre la superioridad de uno en comparación con el otro. En los casos más graves, podría ser necesario iniciar terapia con 5 a 10mg por kg (peso corporal) de aciclovir por vía intravenosa cada ocho horas. Las directrices incluyen además información sobre el abordaje del herpes genital resistente a los fármacos.
El virus del papiloma humano (VPH) puede causar la aparición de verrugas en la piel y la zona genital y se asocia con cánceres anales y del útero. Los hombres y las mujeres con VIH tienen un riesgo elevado de desarrollar cánceres relacionados con el VPH. Según las directrices, puede utilizarse crema a 5% de imiquimod como tratamiento tópico de las verrugas genitales, aunque no se realizaron estudios comparativos. Al contrario que con las personas sin VIH, se puede contemplar la extirpación quirúrgica de las verrugas en los estadios más tempranos del abordaje de la enfermedad.
Por otra parte, las mujeres con VIH tendrían que efectuar un examen de citología anual. Debería considerarse el tratamiento de las lesiones de bajo grado por neoplasia intraepitelial cervical (presencia de células anómalas en la superficie del cuello), sobre todo en el caso de las mujeres con bajos recuentos de CD4, debido al riesgo de progresión.
Los hombres y las mujeres con VIH y verrugas ano-genitales tendrían que efectuar un examen rectal por proctoscopia y se habría de realizar una biopsia de las lesiones inusuales. Sin embargo, los autores reconocen que el papel del examen citológico anal como método de detección no se ha aclarado, y no lo recomiendan pese al aumento de la prevalencia de los cánceres anales en los hombres homosexuales con VIH.
Se puede acceder a una copia completa de las directrices en su original en inglés en la dirección de la BASHH.
Fuente: www.bashh.org / Elaboración propia
Referencia: Nandwani R et al. 2006 United Kingdom national guideline on the sexual health of people with HIV: Sexually Transmitted Infections.
Suscríbete a los boletines
Utiliza este formulario para suscribirte en los diferentes boletines. Si tienes cualquier problema ponte en contacto con nosotros.
Al continuar, confirmas que has leído el aviso legal y aceptas la política de privacidad.