La Agencia Estadounidense de la Alimentación y el Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) acaba de enviar una carta a médicos y profesionales sanitarios alertando sobre la posibilidad de que las personas que toman bisfosfonatos puedan padecer dolor óseo, de articulaciones y/o muscular grave e incluso, a veces, incapacitante.
Estos fármacos están precisamente indicados para prevenir la rotura de huesos cuando existe evidencia de pérdida de masa ósea, como en el caso de la osteoporosis.
Según la FDA, aunque el prospecto de este tipo de fármacos advierte sobre posibles dolores musculosqueléticos, puede que los profesionales sanitarios pasen por alto la relación entre este tipo de dolor y el uso de bisfosfonatos, con el consiguiente retraso en el diagnóstico, la prolongación del dolor y/o daño funcional, y con la necesidad de uso de analgésicos.
El daño musculosquelético grave puede producirse en cuestión de días, meses o años tras haber iniciado tratamiento con bisfosfonatos. Algunas personas –sigue la carta de la FDA–han explicado que los síntomas desaparecieron completamente después de haber interrumpido la toma de bisfosfonatos, mientras que otras han referido una reversión lenta o incompleta. Los factores de riesgo para el desarrollo y la incidencia de dolor grave musculosquelético relacionado con los bisfosfonatos son inciertos.
De un tiempo a esta parte, se han venido observado cambios de la densidad mineral ósea en personas que toman tratamiento antirretroviral (TARV). Sin embargo, no está claro si estos síntomas son el resultado del VIH o efectos secundarios de los fármacos utilizados para tratarlo.
Estos cambios de la estructura ósea suelen solaparse con la lipodistrofia y pueden estar relacionados con esos cambios metabólicos y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar y la grasa. En personas sin VIH, el uso de corticoesteroides (como prednisona) y un alto consumo de alcohol está relacionado con mayor riesgo de problemas óseos.
Otros factores de riesgo de osteoporosis incluyen: ser de etnia caucásica o asiática, bajo peso corporal, consumo de cigarrillos, falta de actividad física, antecedentes familiares de osteoporosis y menopausia precoz.
Este dolor musculosquelético grave –continúa señalando la carta de la FDA- contrasta con la fase aguda de respuesta -caracterizada por fiebre, escalofríos, dolor de huesos, mialgias y artralgias– que a veces se asocia con la administración de bisfosfonatos intravenosos; estos síntomas pueden ocurrir con una exposición inicial a dosis de una vez a la semana o al mes de bisfosfonatos por vía oral. Los síntomas relacionados con la fase aguda de respuesta tienden a resolverse en unos días, sin necesidad de interrumpir el tratamiento.
Los profesionales de la salud –concluye la nota de la FDA– deberían tener en cuenta que el uso de bisfosfonatos podría ser el responsable del dolor musculosquelético grave en pacientes que presentan estos síntomas y considerar una interrupción temporal o permanente del fármaco.
Los bisfosfanatos son un tipo de fármaco muy utilizado para prevenir la rotura de huesos en personas con predisposición. Actúan inhibiendo la acción de los osteoclastos, lo que facilitaría, en teoría, una menor pérdida de masa ósea. Estos fármacos (como alendronato, risedronato, ibandronato, pamidronato y ácido zoledrónico) se suelen recetar a grupos de población muy amplios en su versión oral; también a personas con VIH en las que una densitometría ósea ha mostrado el riesgo de fractura de huesos.
En 2006, la FDA ya alertó sobre el uso de bisfosfonatos, especialmente cuando se toman a altas dosis o durante periodos prolongados, tras detectarse casos de osteonecrosis mandibular. En la mayor parte de los casos se trató de pacientes con cáncer que tomaron altas dosis de bisfosfonatos por vía intravenosa (véase La Noticia del Día 30/06/06), pero el hecho de que hubiera algunos casos que se trataban con formulación oral sembró la duda sobre su seguridad.
Ahora, un estudio publicado este mismo mes de enero en Journal of the American Dental Association concluye, tras analizar historiales médicos de más de 700.000 estadounidenses, que el uso de bisfosfonatos orales no se relaciona con este efecto adverso; por el contrario, el empleo de estos fármacos por vía intravenosa sí aumenta de forma importante el riesgo de efectos adversos en la mandíbula.
Fuente: NATAP / Alerta de la FDA del 7 de enero de 2008 (www.fda.gov) / Elaboración propia.
Referencia: J Am Dent Assoc 2008; 139: 23-30.
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