Un estudio estadounidense asocia la enfermedad coronaria prematura a un deterioro asintomático de la función diastólica en personas con el VIH

Juli Amadeu Àrias
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Resulta crucial la identificación precoz de la enfermedad coronaria subclínica en personas jóvenes con el VIH para reducir la elevada incidencia de problemas cardiovasculares en esta población

Un estudio estadounidense, cuyos resultados han sido publicados en Radiology: Cardiothoracic Imaging ha hallado que un aumento del grosor de la pared de las arterias coronarias se asocia de forma significativa con un deterioro asintomático de la función diastólica en personas con el VIH de mediana edad y con un riesgo bajo de enfermedad coronaria.

La arteriopatía coronaria es una enfermedad en la que el aporte de sangre al miocardio (músculo cardíaco) está bloqueado en parte o en su totalidad. El miocardio necesita una irrigación constante de sangre con gran contenido en oxígeno. Las arterias coronarias, que se ramifican desde la aorta justo después de que esta salga del corazón, aportan esta sangre. La enfermedad coronaria que provoca un estrechamiento en una o más de estas arterias puede causar una interrupción del riego sanguíneo, lo que se manifiesta como dolor torácico (angina) o infarto de miocardio (ataque al corazón).

La arteriopatía coronaria casi siempre se debe a la acumulación gradual de depósitos de colesterol y de otras sustancias grasas (denominadas ateromas o placas ateroescleróticas) en la pared de una arteria coronaria. Este proceso se denomina ateroesclerosis y puede afectar a muchas arterias, no solo a las del corazón. En población general, la enfermedad coronaria prematura afecta mayoritariamente a varones y muestra una alta prevalencia de algunos factores de riesgo cardiovascular muy específicos, como los antecedentes familiares de cardiopatía isquémica, hiperlipidemia o consumo habitual de tabaco.

Mantener una buena salud coronaria resulta fundamental para las personas con el VIH. Estudios recientes han hallado que la carga de enfermedad coronaria es más elevada en personas con el VIH que en personas seronegativas, con una tasa estimada de muerte súbita 4 veces más elevada que la registrada en la población general.

Diversos estudios previos han examinado la incidencia de enfermedad coronaria en personas con el VIH y han revelado que el propio virus parece asociarse con un mayor riesgo de patologías cardiacas, incluidos el infarto y el ictus (véase La Noticia del Día 03/03/2021). Estas tasas más elevadas de enfermedad cardiovascular en personas con el VIH se deben a múltiples factores. Así, a los factores de riesgo tradicionales –tanto los no modificables (edad, sexo, factores genéticos e historia familiar) como los modificables (hipertensión arterial, tabaquismo, hipercolesterolemia, diabetes mellitus, sobrepeso/obesidad vinculados a la inactividad física)–, se uniría el potencial efecto independiente del propio VIH a través de la inflamación crónica y la inmunoactivación persistentes que provoca.

Los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU han evaluado la aterosclerosis coronaria prematura y su relación con la función del corazón en personas con el VIH suprimido y con bajo riesgo de enfermedad cardiovascular. Para el estudio, los investigadores inscribieron a 74 personas adultas (media de edad de 49 años) con el VIH y sin enfermedad cardiovascular conocida y a 25 personas sin el VIH como grupo (edad media de 46 años). Se requirió que los controles estuvieran sanos sin condiciones médicas significativas conocidas, incluida la enfermedad coronaria. Todos se sometieron a resonancia magnética para medir el grosor de la pared de las arterias y un ecocardiograma para evaluar la función del ventrículo izquierdo.

Los participantes con el VIH y los del grupo control fueron emparejados por edad, sexo y raza. De cada uno de los participantes se obtuvo un historial médico detallado, un examen físico y pruebas de laboratorio, incluida una revisión detallada de cualquier exposición a la terapia antirretroviral y los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares tradicionales. A cada participante se le realizaron pruebas de laboratorio que incluyeron el panel de lípidos en ayunas, el recuento de células T y la carga viral.

Los resultados mostraron un engrosamiento de la pared de las arterias coronarias en el grupo de participantes con el VIH. El engrosamiento de la pared de las arterias coronarias se asoció de forma independiente con una elevación del índice de masa ventricular izquierda (hipertrofia ventricular izquierda) y un deterioro de la función diastólica. El ventrículo izquierdo es la cavidad principal de bombeo en el corazón. Durante la hipertrofia ventricular, la pared del corazón que se ha engrosado se puede volver rígida y la presión arterial aumenta en el corazón. Los cambios dificultan que el corazón bombee sangre eficazmente pudiendo terminar de dejar de bombear con la fuerza necesaria.

El espesor de la pared de los vasos de las arterias coronarias también se asoció con la duración de la exposición a didanosina (ddi), un medicamento antirretroviral de la familia de los análogos de nucleósido utilizado en el pasado en combinación con otros fármacos.

Según los investigadores, la mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares en personas con el VIH registrada en diversos estudios no se había revelado hasta ahora en una etapa tan temprana de la enfermedad coronaria. Este estudio muestra el impacto del VIH en el desarrollo de una sutil enfermedad coronaria subclínica y sus efectos en la función cardíaca. Los investigadores han señalado que la identificación prematura de la enfermedad coronaria subclínica en pacientes jóvenes con el VIH es una necesidad urgente, ya que podría abrir vías para una intervención más efectiva y un mejor manejo de las enfermedades cardiovasculares.

Fuente: RNSA/Elaboración propia (gTt-VIH)

Referencias: Gharib A, Abd-Elmoniem K, Ishaq H, et. al. Association of Coronary Wall Thickening and Diminished Diastolic Function in Asymptomatic, Low Cardiovascular Disease–Risk Persons Living with HIV. RNSA. Radiology: Cardiothoracic Imaging. Vol. 6, No. 2. April, 2024. Open access: https://doi.org/10.1148/ryct.230102

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