Un número cada vez más elevado de personas con el VIH está muriendo debido a sobredosis de opioides en EE UU. Este es el principal hallazgo de un estudio cuyos resultados se dieron a conocer en la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2019) celebrada en Seattle (EE UU) el pasado mes de marzo.
La actual crisis de opioides en EE UU constituye una emergencia nacional de salud. Desde el inicio de la epidemia en 1999, alrededor de 400.000 personas han muerto debido a la prescripción y sobredosis de opioides ilícitos, siendo en más del 80% de los casos muertes accidentales. En 2017 se registraron más de 70.200 muertes por sobredosis, dos tercios de ellas debido a los opioides. Una proporción creciente de estas muertes son atribuibles al fentanilo, un opioide sintético que es más potente que la heroína.
Las personas con el VIH a menudo experimentan dolor crónico, para cuyo tratamiento se les administran dosis más altas de opioides, presentando este colectivo una alta tasa de trastornos por uso de sustancias y enfermedad mental, los cuales podrían incrementar el riesgo de sobredosis.
Un equipo de investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, en sus siglas en inglés) usaron los datos del Sistema Nacional de Vigilancia del VIH hasta diciembre de 2017 para analizar las muertes por sobredosis de opioides entre 2011 y 2015 entre personas diagnosticadas de infección por el VIH en los 50 estados norteamericanos y Washington, DC. Las tasas de mortalidad se calcularon por cada 100.000 personas diagnosticadas de infección por el VIH y se analizaron por categorías demográficas, geográficas y de transmisión del VIH.
Mientras que la mortalidad total entre personas con el VIH se redujo en un 13% entre 2011 y 2015, las muertes por sobredosis de opioides en esta población se incrementaron en un 43%, en concreto la tasa de mortalidad por sobredosis de opioides aumentó desde 23 casos por 100.000 personas con el VIH en 2011 hasta 33 por 100.000 en 2015. Durante el mismo periodo, la proporción total de fallecimientos entre personas con el VIH que consumieron opioides se incrementó desde 1,2% hasta 2%.
Se registró un aumento de fallecimientos por sobredosis de opioides en todos los subgrupos de población. En 2015, las mujeres con el VIH tuvieron más probabilidades de morir por sobredosis de opioides que los hombres (alrededor de 35 casos de mujeres frente a 32 de hombres por 100.000 personas con el VIH) . El aumento de la tasa de mortalidad fue del 47% en mujeres y de 42% entre hombres.
Las personas de etnia blanca presentaron la tasa más alta de mortalidad por sobredosis de opioides en 2015 (49 por 100.000 personas con el VIH), seguidas de los latinos (alrededor de 32 por 100.000) y afroamericanos (en torno a 15 por 100.000). Sin embargo, las personas negras experimentaron el mayor incremento de muertes (un aumento del 73%, en comparación con el 35% y el 26%, respectivamente, de blancos y latinos), lo que refleja la cambiante demografía de la epidemia de opioides en EE UU.
Por edades, las personas entre 50 y 59 años tuvieron las tasas más altas de mortalidad (en torno a 42 casos por 100.000 personas con el VIH) , seguidas de aquellas con edades comprendidas entre 40 y 49 años (en torno a 35 por 100.000), las que tenían edades entre 30 y 39 años y 60 o más (ambas en torno a 25 por 100.000) y aquellas entre 20 y 29 años (alrededor de 20 por 100.000). Otra vez, los grupos con las tasas más bajas experimentaron los mayores incrementos: 113% para el grupo más joven y un dramático 202% entre las personas de mayor edad.
Como era de esperar, las personas usuarias de drogas inyectables presentaron una probabilidad mucho mayor de sufrir una sobredosis (137 por 100.000 personas con el VIH), así como el mayor incremento de muertes, del 80%, respecto a los hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y los heterosexuales (ambos alrededor de 15 por 100.000).
Por área geográfica, la tasa más alta de mortalidad por sobredosis se registró en el Noreste (alrededor de 60 casos por 100.000 personas con el VIH) seguida por el Medio Oeste (en torno a 35 por 100.000), y las tasas más bajas se observaron en el sur y oeste (ambos en torno al 20 por 100.000). Hubo un incremento de muertes en todas las áreas geográficas excepto el Oeste, seguramente porque el tipo de heroína disponible en esta región es más difícil de adulterar con fentanilo y otras sustancias sintéticas.
La conferencia, por otra parte, incluyó un simposio sobre VIH y uso de sustancias, con una presentación sobre VIH y opiáceos, donde se puso de manifiesto que la crisis de los opioides en EE UU ha alcanzado a todos los grupos de población, independientemente de las características demográficas, situación económica o región geografía.
Se subrayó la necesidad de que los profesionales sanitarios que tratan a las personas con el VIH participen en los esfuerzos de prevención de las sobredosis, recomendando que estos se dirijan a los grupos con las tasas más altas de mortalidad por sobredosis o con aumentos más grandes, en particular las personas usuarias de drogas inyectables.
A la espera de que se realicen mayores esfuerzos más a largo plazo, las salas de consumo de drogas (véase La Noticia del Día 12-09-18 ) constituyen un instrumento eficaz para reducir la altas tasas de mortalidad por sobredosis de opioides. Estas salas, conocidas en algunos países como instalaciones de inyección supervisada, permiten a las personas usar drogas bajo la supervisión de personal médico y voluntarios capacitados, quienes puede administrar naloxona (Narcan®), si es necesario, para revertir con rapidez las sobredosis de opioides. Los espacios de consumo supervisado son una estrategia útil de reducción de daños para las personas más vulnerables que se inyectan drogas, incluidas aquellas que se enfrentan a problemas de salud mental y falta de vivienda.
Fuente : Aidsmap / Elaboración propia ( gTt-VIH)
Referencias : Bosh KA et al. Opioid overdose deaths among persons with HIV infections, United States, 2011-2015. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Boston, abstract 147, 2019.
Bluthenthal RN. Chasing the dragon: opiates and HIV. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Boston, abstract 63, 2019.
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