Dos nuevos estudios publicados en la edición de septiembre de AIDS han hallado una pobre respuesta inmunitaria en personas con VIH tras la administración tanto de la vacuna contra la gripe estacional como la activa frente a la gripe H1N1. Aun así, los investigadores siguen recomendando la vacunación anual como una manera de mantener la respuesta inmunitaria frente al virus.
Ya en los inicios de la epidemia de la infección por VIH, los investigadores hallaron que las personas inmunodeprimidas tenían un riesgo superior de padecer complicaciones asociadas a la gripe al de la población general. Por esta razón, las personas con VIH fueron incluidas específicamente como segmento de población que debería ser vacunado anualmente contra la gripe estacional. Estas recomendaciones se mantuvieron durante la reciente epidemia de gripe H1N1 en relación con la vacuna frente al nuevo virus.
Sin embargo, diversos estudios han hallado una menor eficacia de varias vacunas en personas con VIH –especialmente aquéllas con bajos recuentos de CD4 o elevadas cargas virales-.
Dado que las respuestas a las vacunas varían notablemente entre las diferentes células inmunitarias, un grupo de investigadores suizos examinó las respuestas inmunitarias de las diferentes líneas celulares a la vacuna contra la gripe estacional administrada en el período 2007-2008 a 31 personas con VIH y a 24 seronegativas.
Como se esperaba, las personas con VIH presentaban peores respuestas a la vacuna que las personas no infectadas, aunque se observaron variaciones en el desarrollo de anticuerpos específicos frente a la vacuna, respuestas de las células T frente a la vacuna y la expansión de las células B de memoria procedentes de vacunaciones previas o exposiciones al virus de la gripe.
De este modo, en relación a la formación de anticuerpos específicos frente a la vacuna, se observaron incrementos significativos en su número en personas sin VIH y en personas seropositivas con recuentos de CD4 superiores a 350 células/mm3. En cambio, en personas con recuentos inferiores a 350 células/mm3, no se observaron incrementos significativos en el número de dichos anticuerpos.
La misma tendencia se observó en relación a las células T específicas contra la vacuna –aquéllas capaces de dirigir la respuesta contra el virus presente en la vacuna-, ya que el 92% de las personas seronegativas, el 64% de aquéllas con VIH y recuentos de CD4 superiores a 350 células/mm3 y el 22% de aquéllas con VIH y recuentos de CD4 inferiores a 350 células/mm3 presentaban una fuerte respuesta de dicha línea celular frente al virus de la gripe.
En cambio, las respuestas de las células B de memoria –procedentes de previas infecciones del virus de la gripe o vacunaciones- fueron elevadas en los tres grupos lo cual justifica –según los investigadores- que se siga vacunando contra la gripe estacional a todas las personas con VIH sin tener en cuenta recuentos de CD4 o carga viral, ya que cuanto más tiempo mantenga una persona dichas células B de memoria, mayor será el grado de protección frente al virus de la gripe.
El segundo de los estudios, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pennsylvania (EE UU), evaluó las respuestas inmunitarias a la vacuna contra la gripe H1N1 en personas con VIH.
El equipo de investigadores midió los niveles de anticuerpos contra la vacuna en 120 personas con VIH a finales del año 2009. Mientras que más del 90% de las personas sin VIH obtuvieron respuesta frente a la vacuna en la mayor parte de ensayos clínicos, dicha respuesta a nivel de anticuerpos sólo se dio en el 61% de los participantes seropositivos incluidos en el estudio.
Los investigadores señalaron que diferentes patrones de dosificación de la vacuna podrían ser desarrollados específicamente para incrementar la eficacia de la vacuna en personas con VIH. En el estudio, tener bajos niveles de CD4 –como en el estudio relativo a la gripe estacional- constituyó un factor asociado a una peor respuesta a la vacuna.
En la actualidad se están llevando a cabo estudios que evalúan una mayor dosis de vacuna en personas con VIH, lo que podría suponer una mayor eficacia de la vacuna en esta población.
Fuente: Aidsmeds
Referencias: Fritz S, Mossdorf E, Durovic B et al. Virosomal influenza-vaccine induced immunity in HIV-infected individuals with high versus low CD4+ T-cell counts: clues towards a rational vaccination strategy.AIDS. 2010 Sep 10;24(14):2287-9.
Tebas P, Frank I, Lewis M et al. Poor immunogenicity of the H1N1 2009 vaccine in well controlled HIV-infected individuals.AIDS. 2010 Sep 10;24(14):2187-92.
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