El inicio precoz de la terapia antirretroviral podría evitar daños irreversibles en el sistema inmunitario

También permitiría una respuesta a las vacunas similar a la de personas sin VIH

Francesc Martínez
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Un estudio publicado en la edición electrónica del 13 de septiembre de la revista Blood ha concluido que el comienzo de la terapia antirretroviral dentro de los primeros seis meses posteriores a la primoinfección podría lograr beneficios importantes en lo que a la preservación de la función inmunitaria se refiere.

Durante los últimos 15 años, diversos estudios han sugerido beneficios clínicos importantes cuando se empieza la terapia así que se diagnostica la infección por VIH. En la mayoría de los casos, el diagnóstico tiene lugar algunos meses –e incluso años– después de la transmisión del virus, pero en algunas personas éste se da algunas semanas o pocos meses tras haber adquirido la infección.

Si la infección pudiera tratarse en cuanto es transmitida cabría la posibilidad de proteger las células del sistema inmunitario de la acción del VIH, con lo que la capacidad inmunitaria del organismo podría mantenerse prácticamente intacta.

Las células B son una parte vital del sistema inmunitario. Éstas producen anticuerpos que se unen a agentes patógenos que, más adelante, son destruidos por otras células inmunitarias. La mayoría de células B y los anticuerpos que originan son específicos frente a un único tipo de patógeno, manteniéndose en un estado de inactividad como células de memoria –un estadio en el que pueden permanecer durante años– en los períodos en los que el organismo no entra en contacto con el microorganismo. La generación de células de memoria es el objetivo de las vacunas, ya que si consiguieran generar células B contra el antígeno contenido en la vacuna se obtendría la protección prolongada deseada al administrarla.

Para determinar la acción de un inicio precoz de la terapia antirretroviral sobre el mantenimiento de las células B, los autores del presente estudio compararon la funcionalidad y los recuentos de estas células en tres grupos de participantes: hombres sin VIH, hombres con VIH que empezaron el tratamiento antirretroviral dentro de los 6 meses posteriores a la infección, y personas seropositivas que habían comenzado la terapia anti-VIH muchos meses e incluso varios años tras la fase aguda de la infección. El estudio recopiló datos de forma retrospectiva.

Los investigadores descubrieron que, antes de empezar el tratamiento, los dos grupos de hombres con VIH presentaban recuentos de células B y una funcionalidad de éstas inferiores a los observados en varones sin el virus.

Tras el inicio de la terapia, en cambio, se apreciaron grandes diferencias relativas a los recuentos de células B y a su funcionalidad entre los dos grupos de hombres con VIH. Mientras que en el grupo con tratamiento precoz el número de células B y su funcionalidad volvieron a niveles similares a los observados en hombres sin VIH, los pacientes que empezaron la terapia antirretroviral más tarde mostraron recuentos y funcionalidad de las células B persistentemente bajos.

Los porcentajes de los diferentes subgrupos de células B fueron analizados en ambos grupos de hombres con VIH. Se advirtió que en el grupo que empezó de forma tardía el tratamiento había niveles superiores a los observados en hombres con inicio temprano de células B inmaduras/transicionales –que han sido relacionadas en otros estudios con bajos niveles de CD4– y de células B de memoria tisulares, consideradas células B derivadas de la activación inmunitaria inducida por la infección crónica por VIH.

En el grupo que empezó de manera precoz el tratamiento destacaron unos niveles elevados de plasmoblastos –debidos a la inducción de la diferenciación policlonal de las células B generada por la infección primaria por VIH–. Los niveles de células B de memoria en reposo también fueron superiores en el grupo con inicio temprano de la terapia, lo que se interpretó como que en la primoinfección el sistema inmunitario permanece relativamente intacto.

Al observar las respuestas de los dos grupos de varones con VIH a la vacunación frente a la gripe, se apreció que en ambos la respuesta era baja antes de empezar el tratamiento antirretroviral. Un año después de comenzar la terapia, la respuesta a la vacuna en hombres bajo tratamiento precoz fue similar a la apreciada en hombres sin VIH, mientras que en el grupo de inicio tardío la escasa respuesta a la vacuna se mantuvo.

Los investigadores concluyeron que empezar de forma precoz el tratamiento podría prevenir daños en el sistema inmunitario que en personas con un inicio posterior de la terapia son irreversibles. Sin embargo, para que ello pudiera trasladarse a la vida real sería necesario que existieran tratamientos para el VIH menos tóxicos y a los cuales el virus tardara más tiempo en desarrollar resistencia, y probablemente también que fueran más baratos.

Fuente: NATAP / Aidsmeds / Elaboración propia.
Referencia: Moir S, Buckner CM, Ho J, Wang W, Chen J, et al. B cells in early and chronic HIV infection: evidence for preservation of immune function associated with early initiation of antiretroviral therapy. Blood. 2010 Sep 13. [Epub ahead of print].

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