Un grupo de personas que iniciaron pronto el tratamiento antirretroviral tras haberse infectado por el VIH y recibieron el anticuerpo ampliamente neutralizante VRC01 experimentaron un modesto retraso del rebrote viral tras la interrupción de su terapia antirretroviral. A pesar de este control temporal, ninguna de las personas consiguió mantener su carga viral controlada de forma duradera, según los resultados presentados en la pasada edición de la Conferencia Internacional de la Sociedad Internacional del Sida sobre la Ciencia del VIH (IAS 2017) que tuvo lugar en julio en París (Francia).
Pese a que el tratamiento antirretroviral ha demostrado su gran eficacia a la hora de controlar la replicación en sangre del VIH y que los fármacos presentan cada vez un perfil de efectos secundarios más tolerable, se siguen estudiando diversas estrategias para curar el VIH o, al menos, conseguir controlar la infección de forma prolongada sin necesidad de tomar la medicación antirretroviral. Una de estas opciones se basa en el uso de los denominados anticuerpos ampliamente neutralizantes (bNAb).
Los anticuerpos son unas proteínas que adoptan una configuración similar a una ‘Y’ y que forman una parte esencial de la respuesta inmunitaria del organismo. Se denomina anticuerpos ampliamente neutralizantes a aquellos capaces de neutralizar de forma eficaz numerosas cepas distintas del VIH.
Precisamente en la IAS 2017 se presentaron los resultados de un estudio conocido como RV397 y llevado a cabo en Tailandia, en el que se probó uno de estos anticuerpos, denominado VRC01, en personas que habían empezado el tratamiento antirretroviral muy poco después de haber adquirido el VIH. Este anticuerpo tiene como diana el punto de la envoltura del VIH que se fija al receptor celular CD4, evitando que el virus se adhiera a esas células diana. Este punto de unión tiende a conservarse en todas las cepas del VIH, lo que permite que el VRC01 pueda actuar sobre diversas cepas virales.
Un estudio no aleatorio de tamaño reducido (conocido como ACTG A5340, véase La Noticia del Día 04/04/2016 ) ya reveló el pasado año que el empleo de VRC01 retrasó ligeramente el rebote viral en un grupo de personas que interrumpieron el tratamiento tras haber mantenido una carga viral indetectable durante más de 6 meses gracias a una combinación antirretroviral que contenía un inhibidor de la proteasa o un inhibidor de la integrasa.
En el estudio presentado en la IAS 2017 se contó con la participación de personas adultas que habían iniciado la terapia antirretroviral durante la fase de infección aguda. Existen diversas pruebas científicas que confirman que el comienzo del tratamiento muy temprano contribuye a reducir el tamaño de los reservorios del VIH (véase La Noticia del Día 05/07/2013 ) y reduce la diversidad viral en el organismo, factores que ofrecen una mayor posibilidad de lograr la remisión gracias al anticuerpo.
En el estudio se inscribieron participantes del estudio de cohorte RV254 de la Cruz Roja de Tailandia. Estas personas habían empezado a tomar terapia antirretroviral poco después de haberse infectado y mantuvieron una carga viral indetectable (inferior a 50 copias/mL) durante al menos dos años. Aunque en un principio se pretendía incluir a 24 personas, finalmente la muestra se redujo a 19 debido a problemas con la importación del VRC01.
Todos los participantes eran hombres, con una mediana de edad de unos 30 años y una mediana de duración del tratamiento de tres años. Sus recuentos de CD4 eran elevados, como cabría esperar en pacientes que iniciaron pronto el tratamiento: 769 células/mm3 en el grupo de VRC01 y 562 células/mm3 en el grupo de placebo.
Los participantes fueron distribuidos de forma aleatoria para recibir VRC01 (40 µg/kg de peso corporal) o un placebo, mediante una infusión intravenosa cada tres semanas. En el momento de la primera inoculación, los participantes interrumpieron su tratamiento antirretroviral. Las infusiones se prolongaron durante 24 semanas, momento en el que las personas que mantenían una carga viral indetectable se mantuvieron en observación a lo largo de otras 24 semanas más, sin recibir ningún tipo de terapia.
Como ya está demostrado que la interrupción del tratamiento tiene efectos perjudiciales para la salud de las personas (véase estudio SMART), los participantes en el actual estudio recibieron seguimiento con una frecuencia de entre 3 y 7 días y volvieron a tomar el tratamiento antirretroviral en el momento en que se confirmó que su carga viral superaba las 1.000 copias/mL, su recuento de CD4 estaba por debajo de 350 células/mm3 o si presentaban cualquier signo de progresión de la enfermedad.
En general, el uso de VRC01 resultó seguro y fue bien tolerado. El único acontecimiento adverso de gravedad fue la aparición de una erupción cutánea grave tras la primera infusión. Entre los efectos secundarios relacionados con la infusión estuvieron: fatiga, dolor de cabeza, náuseas y dolor en el punto de inyección, pero hay que señalar que fueron similares tanto en el grupo de intervención como el de placebo. Ningún participante desarrolló un síndrome retroviral agudo ni se registraron nuevas mutaciones de resistencia a fármacos.
Los participantes en el brazo de placebo experimentaron un aumento rápido de la carga viral tras la interrupción del tratamiento y en un periodo de 1 a 3 semanas todos los integrantes de ese brazo (excepto uno) mostraban una carga viral superior a 1.000 copias/mL. Por su parte, el grupo que recibió el VRC01 experimentó un “modesto” retraso en la aparición de la carga viral y la mayoría de los participantes en este brazo superaron el mencionado umbral de viremia transcurridas de 3 a 5 semanas. La mediana de tiempo transcurrido hasta el rebote de la carga viral fue de 26 días en el grupo de VRC01, frente a 14 días en el grupo placebo.
Dos de las personas que recibieron el VRC01 experimentaron el rebote viral un poco más tarde, una a la semana 7 y otra a la semana 9. Un tercer hombre mantuvo su carga viral indetectable a lo largo de 42 semanas.
Todos los participantes volvieron a bajar su carga viral a niveles indetectables tras retomar su tratamiento antirretroviral.
Los resultados de este estudio demuestran que el VRC01 usado en solitario no basta para mantener la carga viral indetectable sin tratamiento, pero sí que ha mostrado cierta eficacia y puede desempeñar un papel como parte de un tratamiento con fármacos antirretrovirales o incluso en combinación con más anticuerpos ampliamente neutralizantes .
El equipo de investigadores admite que aunque el tiempo de retraso hasta el repunte de la carga viral con el VRC01 no parece ser significativo desde el punto de vista clínico, estos resultados permiten extraer importantes lecciones , ya que, por un lado, proporciona la base para futuros estudios con anticuerpos más potentes en personas que iniciaron pronto el tratamiento y, por otro, permite estudiar las muestras de este ensayo para identificar qué factores pueden tener influencia a la hora de retrasar el rebote de la carga viral.
VRC01 también se probará como estrategia preventiva del VIH en el ensayo AMP (siglas en inglés de Prevención Mediada por Anticuerpos), actualmente en marcha.
Fuente: Aidsmap/Elaboración propia ( gTt-VIH ).
Referencia: Crowell TA, et al. HIV-specific broadly-neutralizing monoclonal antibody, VRC01, minimally impacts time to viral rebound following treatment interruption in virologically-suppressed, HIV-infected participants who initiated antiretroviral therapy during acute HIV infection. 9th International AIDS Society Conference on HIV
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