Ya son 175 las personas que han dado su visto bueno a ser parte de la primera cohorte de personas sin VIH pero en situación de alto riesgo de adquirir la infección que se impulsa en España, y que ayer se presentó en Barcelona, más concretamente en el Hospital Clínic. Estas cohortes son imprescindibles para poder ensayar en un futuro prototipos de vacunas preventivas.
El programa, que lleva como título “Identificación de población seronegativa de alto riesgo de infección por el VIH-1 para estudios de eficacia de vacunas preventivas en España”, lo coordina el doctor Joan Joseph, del Clínic, al que ayuda la doctora Floerancia Etchevarry, y colaboran las organizaciones comunitarias Àmbit Prevenció y Cruz Roja (Raval), además del Centro Sandoval de Madrid. Los tres objetivos del proyecto, que ha echado a andar aunque todavía no cuenta con financiación específica, son identificar posibles participantes, evaluar la aceptabilidad comunitaria de los posibles ensayos y establecer la tasa de seguimiento o continuidad.
Hasta la fecha, se han testado 200 posibles participantes, de los que han sido identificados 175: 74 en Àmbit Prevenció, mayoritariamente trabajadoras sexuales, 80 en el centro del Raval de Cruz Roja, dedicado a atender a usuarios de drogas, y 21 en el Hospital Clínic, donde siguen a parejas serodiscordantes y hombres gays. A todos ellos se les ofreció previamente counselling y prueba voluntaria del VIH, información y counselling sobre los resultados, visitas de seguimiento y material preventivo. El seguimiento hasta el momento se sitúa entre los 6 y los 10 meses.
Se da la circunstancia que el programa ha permitido la identificación de personas con VIH que no accedían al sistema de salud por dificultades sociales y culturales (en su gran mayoría son inmigrantes), lo que ha derivado en el refuerzo de los programas de acompañamiento en las visitas médicas.
Esta cohorte podrá ser utilizada tanto para probar vacunas candidatas españolas, una de las cuales está en fase preclínica en el propio hospital barcelonés, como integrases en redes de estudios internacionales que requieren centros en diferentes países (véase Lo+Positivo 28). El centro está además promocionando un Comité Asesor Comunitario inspirado en el modelo estadounidense, lo que no deja de ser una gran noticia.
Sólo se echa en falta que este modelo de participación comunitaria en la investigación clínica también se traslade a los estudios terapéuticos y de antirretrovirales.
Fuente: Elaboración propia.
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