Un estudio europeo presentado en la 25 Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI 2018), celebrada el mes pasado en Boston (EE UU), ha concluido que la edad sería un factor que condicionaría la probabilidad de infectarse por el VIH o de transmitirlo en hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (HSH). Los hombres gais jóvenes tendrían una mayor probabilidad de infectarse tras mantener relaciones con hombres de mayor edad, mientras que los mayores de 40 años seronegativos adquirirían el VIH con mayor probabilidad de hombres más jóvenes que ellos.
Diversos estudios han apuntado a la importancia de las diferencias de edad en la cadena de transmisión del VIH en distintas áreas geográficas (véase La Noticia del Día 08/09/2016). Existe la lógica intuitiva de que, como el riesgo de adquirir el VIH aumenta con la edad, para los más jóvenes el riesgo de adquirir el VIH será más elevado si realizan prácticas sexuales sin protección con personas de mayor edad que si las realizan con personas de edades más cercanas a la suya. Sin embargo, la complejidad de las relaciones humanas hace que este tipo de razonamientos no siempre se cumplan.
El estudio BEEHIVE (conectando la evolución con la epidemiología del VIH en Europa, en sus siglas en inglés) es una investigación genética de la que forman parte 7 cohortes de personas con el VIH de seis países europeos. Su objetivo principal es investigar las diferencias en términos de virulencia entre diferentes cepas del VIH. Sin embargo, el estudio lleva acumuladas suficientes muestras como para establecer posibles cadenas de transmisión dentro de las cohortes e incluso la dirección (es decir, entre las personas con virus relacionados –entre las que se estima se ha producido la transmisión del virus–, permite saber cuál de las dos lo adquirió en primer lugar).
Un total de 2.811 muestras de VIH fueron analizadas y se establecieron parejas de transmisión, en las cuales las dos poblaciones de VIH compartían, al menos, el 66% de unas secuencias del VIH seleccionadas por los investigadores y en las que, como mínimo, el 50% de dichas secuencias sugerían una dirección de transmisión. Las muestras provenían de Bélgica, Francia, Alemania, Holanda, Suiza y del Reino Unido.
Finalmente, en 167 de las muestras se establecieron parejas de transmisión y en 148 de ellas había disponibles datos relativos a la edad. De ellas, 111 eran de parejas de sexo masculino en las que la transmisión sexual era la vía más probable de infección. En 106 de dichas 111 muestras se pudo establecer la dirección de la transmisión del virus.
La media de la edad en el momento de la infección era de 35,6 años entre las muestras “fuente” (las que habían transmitido el virus) y de 36,9 años en las muestras “receptoras” (las que se habían infectado). Este hecho ya condicionaba la lógica antes comentada de que las personas jóvenes se infectan de aquellas de mayor edad, pero los investigadores decidieron profundizar en el análisis.
En el 57% de los casos quien se infectó era mayor que la pareja de la cual adquirió el VIH, con una diferencia promedio de 2,16 años. Sin embargo, esta situación no se daba en hombres menores de 30 años que se habían infectado, que en promedio eran 9 años más jóvenes que aquellos de los que habían adquirido el virus.
Se observó un incremento constante en la probabilidad de que la persona “fuente” fuera la más joven a medida que se incrementaba la edad de las personas. Así, por cada año que se incrementaba en la persona “receptora”, la edad de su “fuente” solo se incrementaba en 0,28 años
Cuando el “receptor” era menor de 25 años, su “fuente” era –en promedio– 10 años mayor; si el receptor tenía 25-29 años su “fuente” era ocho años mayor y si el “receptor” tenía 30-34 años, la diferencia promedio de edad con su “fuente” era ya de solo 5 años.
En el segmento de edad 35-39 años, la diferencia entre “fuente” y “receptor” era, en promedio, cero y a partir de esa edad la edad del “receptor” era –en promedio– mayor que la de su “fuente” (de dos años en el segmento 40-44 años y de 11 años en “receptores” mayores de 45 años). Cabe destacar que algunos de los participantes se habían infectado con edades cercanas a los 70 años.
A partir de estos datos se estableció que el 92% de los menores de 25 años adquirían el VIH de hombres más mayores que ellos y que entre quienes tenían entre 25 y 29 años dicho porcentaje ya descendía hasta el 51%.
El 52% de los hombres de entre 40 y 44 años adquirían el VIH de hombres más jóvenes que ellos y en mayores de 45 años dicho porcentaje era del 71%.
El cambio de tendencia entre adquirir el VIH de hombres más mayores a adquirirlo de hombres más jóvenes se estableció en los 38,4 años.
Los investigadores señalaron que el hecho de que los jóvenes adquieran el VIH de hombres más mayores que ellos era esperable (hay más hombres mayores que ellos con el VIH que hombres con el VIH de su edad o menores). Respecto a por qué los hombres mayores se infectan de los más jóvenes, concluyen que ello se debe a que los hombres gais con el VIH de mayor edad tienen una mayor probabilidad de estar diagnosticados, en tratamiento efectivo y, por lo tanto, de no poder transmitir el VIH.
Los resultados del presente estudio deberían tener implicaciones en las políticas de prevención: mientras en aquellos hombres de alrededor de los 30 años las medidas preventivas más eficientes serían el diagnóstico precoz y el tratamiento, en aquellos más jóvenes o de edades más avanzadas la profilaxis preexposición (PrEP) podría jugar un papel importante.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Hall MD et al. Age transmissions in European HIV transmission pairs uncovered with viral sequence data. Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections (CROI 2018), Boston, abstract 960, 2018.
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