Las personas con VIH que han sido diagnosticadas de linfoma de Hodgkin obtienen en la actualidad excelentes resultados comparables a los observados en pacientes sin VIH. Ésta es la conclusión a la que llega un equipo de investigadores franceses en un estudio publicado en la revista Clinical Infectious Diseases. El estudio halló tasas de supervivencia a dos años, tanto general como libre de progresión, de un 94 y un 89%, respectivamente.
Es bien sabido que la infección por VIH se ha asociado desde los inicios de la epidemia a un aumento del riesgo de linfomas. Si bien es cierto que la incidencia del linfoma no Hodgkin ha disminuido de forma espectacular desde la introducción de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) y se ha producido una mejora en el pronóstico de las personas diagnosticadas (véase La Noticia del Día 13/01/12), las tasas de linfoma de Hodgkin han permanecido estables a lo largo de estos años. De hecho, se calcula que la incidencia del linfoma de Hodgkin es 19 veces más elevada en personas con VIH que en pacientes seronegativos. Además, los expertos temen que se produzca en los próximos años un aumento de los nuevos diagnósticos de este tipo de cáncer como consecuencia del envejecimiento de la población con VIH.
Por lo general, las personas con VIH que padecían un linfoma de Hodgkin obtenían peores resultados que los pacientes seronegativos. Sin embargo, estudios recientes realizados en Gran Bretaña y Alemania han revelado que, en la actualidad y gracias a los beneficios de la TARGA y la quimioterapia, las tasas de supervivencia de los pacientes con VIH y linfoma de Hodgkin se aproximan ya a las observadas en personas seronegativas que desarrollan este mismo tipo de cáncer.
Con el fin de arrojar un poco más de luz sobre la supervivencia de los pacientes con VIH y linfoma de Hodgkin tras la introducción de la TARGA, un grupo de investigadores de la cohorte francesa LYMPHOVIR diseñaron un estudio prospectivo en el que incluyeron a 68 pacientes con VIH que habían recibido un diagnóstico de linfoma de Hodgkin entre 2008 y 2014. Además de determinar las tasas de supervivencia a dos años, los investigadores analizaron los factores asociados con la supervivencia y compararon las características y los resultados de los pacientes con VIH con los de 336 pacientes seronegativos que habían sido diagnosticados con el mismo tipo de cáncer aproximadamente en el mismo periodo de tiempo.
Los pacientes con VIH tenían una mediana de edad de 44 años y un 87% eran hombres. El recuento mediano de CD4 en el momento del diagnóstico de cáncer fue de 387 células/mm3. La mayoría de los pacientes (94%) estaban tomando tratamiento antirretroviral cuando se les detectó el linfoma de Hodgkin. A todos los individuos se les administró tratamiento antirretroviral durante la quimioterapia.
Se halló entre los pacientes con VIH una prevalencia elevada de factores asociados con una peor respuesta al linfoma de Hodgkin: un 93% de los pacientes tenían el virus de Epstein-Barr en el tejido tumoral y un 76% se hallaban en un estadio avanzado de la enfermedad (estadios III-IV de la clasificación Ann-Arbor)
Por lo que respecta a la quimioterapia, a los pacientes con enfermedad menos avanzada (estadios I-II) se les administró 3 o 4 ciclos del régimen estándar ABVD (adriamicina, bleomicina, vinblastina y dacarbacina) y, a continuación, radioterapia. La mayoría de los pacientes en estadios III y IV de la enfermedad recibieron un régimen ABVD o similar a ABVD. A dos pacientes se les administró un régimen BEACOPP (bleomicina, etopósido, adriamicina, ciclofosfamida, oncovin, procarbazina y prednisona). Entre los efectos secundarios más habituales se incluyeron neuropatía (n=7), sepsis (n=7), toxicidad pulmonar (n=4) y fallo cardíaco (n=1).
La mediana de seguimiento fue de 38 meses. Durante ese tiempo 5 pacientes fallecieron, dos de ellos como consecuencia de la progresión de la enfermedad; dos tras una recidiva, y uno debido a una sepsis.
Los resultados muestran unas tasas de supervivencia a dos años, general y libre de progresión, de 94 y 89%, respectivamente.
El bajo número de eventos clínicos registrados durante este ensayo prospectivo implicó que el análisis de los factores pronóstico se limitase únicamente a la supervivencia libre de progresión. De acuerdo con este análisis, el único factor asociado con la progresión de la enfermedad o la muerte fue tener una edad igual o superior a 45 años (cociente de probabilidades [CR]: 8,1; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,0-67,0).
En sus conclusiones, los autores señalan que a la mayoría de los pacientes se les administró tratamiento antirretroviral junto con una quimioterapia estándar ABVD dado que dicha combinación proporciona buenos resultados con una toxicidad limitada. Y añaden: “Nuestros datos están en consonancia con las recomendaciones publicadas recientemente que señalan que la quimioterapia ABVD debería ser el tratamiento de elección en pacientes con VIH y linfoma de Hodgkin”.
Uno de los hallazgos más esperanzadores del estudio fue que las tasas de supervivencia libre de progresión a dos años fueron similares entre las personas con y sin VIH –89 y 86%, respectivamente– a pesar de que los pacientes seropositivos tenían una prevalencia más elevada de factores de riesgo (demográficos, patológicos, clínicos y biológicos) asociados con peores resultados.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Besson C et al. High risk features contrast with favorable outcomes in HIV-associated Hodgkin Lymphoma in the modern cART era, ANRS CO16 LYMPHOVIR cohort. Clin Infect Dis, on line edition, 2015.
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