En el marco del Congreso Internacional sobre Terapia Farmacológica del VIH, que se celebró la semana pasada en Glasgow (Escocia, Reino Unido), se presentaron los resultados de un ensayo clínico de fase III con un inhibidor de la fusión en investigación llamado albuvirtida. Dicho fármaco, de administración inyectable semanal, lograría -junto a un inhibidor de la proteasa (IP) potenciado, es decir, en biterapia- niveles de eficacia similares a una terapia antirretroviral convencional formada por tres fármacos activos.
Albuvirtida es un inhibidor de la proteína de cubierta gp41 del VIH, que es la encargada de que el virus se fusione con la pared de la célula huésped y desencadene su infección. El fármaco lleva varios años en fase II de investigación ( véase La Noticia del Día 17/09/2012). Probablemente, su condición de antirretroviral inyectable haya frenado su desarrollo, puesto que el único inhibidor de la fusión comercializado -enfuvirtida (Fuzeon®), que debe ser inyectado dos veces al día- ha quedado relegado a un uso residual por esa causa.
No obstante, al contrario de su predecesor enfuvirtida, la semivida plasmática de albuvirtida es mucho más larga, lo cual permite su administración semanal, hecho que confiere una mayor comodidad de uso.
Aunque una inyección semanal por infusión (que requiere que el procedimiento sea realizado por un profesional sanitario) sigue aún siendo un problema de comodidad de uso, se están investigando formulaciones subcutáneas e incluso de liberación prolongada que puedan permitir la autoadministración mensual.
El medicamento está siendo desarrollado en China, donde puede cubrir, de entrada, la necesidad de nuevos tratamientos de segunda y tercera línea, ya que no están disponibles todos los antirretrovirales actualmente comercializados a nivel mundial. Este hecho abrió las puertas al diseño y realización del ensayo clínico de fase III cuyos resultados fueron publicados en el presente congreso.
Un total de 389 personas con experiencia en tratamientos que habían experimentado fracaso virológico tras un tratamiento antirretroviral de primera línea fueron incluidas en el estudio. Los participantes fueron distribuidos aleatoriamente a recibir lopinavir/ritonavir (Kaletra®) y una inyección semanal de albuvirtida o lopinavir/ritonavir y dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN). Los ITIN elegibles eran lamivudina (especialidad farmacéutica genérica [EFG], Epivir®), tenofovir-TDF (Viread®), abacavir (Ziagen®) y zidovudina (AZT, EFG, Retrovir®).
El análisis interino presentado en el congreso había sido establecido, por protocolo, en el momento en el cual la mitad de los participantes llegaran a las 48 semanas de tratamiento.
Finalmente un total de 175 personas (83 del brazo con albuvirtida y 92 del brazo con terapia triple) fueron incluidas en el análisis interino. Su mediana de la edad era de 40 años, el 73% eran hombres, el 16% tenían recuentos de CD4 inferiores a 100 células/mm3 y el 12% tenía una carga viral superior a 100.000 copias/mL.
El 80% de las personas del grupo con albuvirtida y el 83% de aquellas con terapia triple tenían VIH con mutaciones de resistencia a, al menos, un antirretroviral (siendo la más frecuente la resistencia a lamivudina). Se detectaron mutaciones de resistencia a IP en el 3,8% de los participantes del brazo con albuvirtida y en el 2,3% de aquellos con terapia triple.
A las 48 semanas, el 80,4% de las personas con albuvirtida y el 66% de aquellas con terapia triple tenían una carga viral inferior a 50 copias/mL , lo que supuso que la biterapia con albuvirtida cumplió holgadamente el objetivo de la no inferioridad respecto a la terapia triple como tratamiento de segunda línea. La importante diferencia observada podría deberse a que las personas con albuvirtida eran visitadas más frecuentemente, lo que podría haber potenciado su adherencia al tratamiento .
No se detectaron mutaciones de resistencia a albuvirtida en las 5 personas cuya carga viral era superior a 500 copias/mL en las semanas 24 y/o 48. En un participante de cada brazo del estudio se detectaron mutaciones de resistencia a lopinavir.
Albuvirtida fue, en general, bien tolerado . El efecto adverso más frecuente en el grupo con albuvirtida fue diarrea (que tuvo lugar de forma leve o moderada en el 7,5% de los participantes con albuvirtida y en el 14,1% de los participantes con terapia triple). Otros efectos secundarios que se observaron en el grupo con albuvirtida fueron dolor de cabeza y mareos.
Los niveles de triglicéridos se elevaron de forma moderada en una cuarta parte de los participantes de los dos brazos del estudio. Los niveles de colesterol se elevaron de forma leve o moderada en el 11,8% de los participantes con albuvirtida, mientras que en el grupo con terapia triple no se dio ningún caso de dicha elevación .
El presente estudio muestra resultados prometedores de albuvirtida, que le podrían llevar a ser una buena opción en casos de acumulación de mutaciones de resistencia (en nuestro entorno) o como tratamiento de segunda o tercera línea (en países con pocos antirretrovirales disponibles y siempre y cuando se comercialice a un precio asequible). Para poder ir más allá parece imprescindible una mejora de su formulación que permita -tal y como ya se está investigando- la autoadministración y una pauta de administración más espaciada en el tiempo.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Xie D et al. Efficacy and safety of long-acting HIV fusion inhibitor albuvirtide in antiretroviral-experienced adults with HIV-1: interim 48-week results from the randomized, controlled, phase 3, non-inferiority TALENT study. International Congress on Drug Therapy in HIV Infection (HIV Glasgow), Glasgow, abstract O335, 2016.
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