Un estudio estadounidense publicado en Brain ha evaluado aquellos factores de riesgo que más impactan en la función cerebral en personas con el VIH. Según sus hallazgos, los factores que más condicionarían el deterioro cognitivo serían –entre otros factores– la hipertensión arterial, la diabetes y la depresión.
La terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) logra suprimir la actividad replicativa del VIH. Ello permite que el sistema inmunitario se mantenga sano y los pacientes no enfermen y ha llevado a un aumento notable de la esperanza de vida que hace que se vaya acercando a la de la población general (véase La Noticia del Día 02/12/2022).
Envejecer con el VIH se asocia a una incidencia de determinadas condiciones superior a la observada en la población seronegativa de edades similares. En el caso del deterioro cognitivo dicha relación no ha sido muy clara en los diversos estudios realizados, que presentan una imagen difusa (véanse La Noticia del Día 29/06/2021 y 04/03/2019). Las incoherencias en los métodos y datos utilizados han dado lugar a evidencias contradictorias sobre la existencia de un riesgo de deterioro cognitivo significativo en las personas con el VIH. Esto ha provocado que tanto la comunidad como los médicos reciban mensajes difusos y contradictorios sobre este tema.
Para arrojar un poco más de luz a este asunto, investigadores de la Universidad de California en San Diego (EE UU) han evaluado cambios en la función cognitiva durante 12 años en 402 personas con el VIH.
La inclusión de participantes tuvo lugar entre los años 2003 y 2007. En el momento de la inclusión, los participantes realizaron pruebas médicas y neuropsicológicas. Aquellos con trastornos mayores de la salud mental o consumo problemático de sustancias fueron excluidos del estudio, ya que dichas condiciones podrían enmascarar el deterioro cognitivo potencialmente causado por otros factores.
Aunque inicialmente se contó con casi 1.600 personas, los autores del presente estudio centraron su análisis en las 402 personas de quienes se disponía de datos en el momento de la inclusión y entre los años 2015 y 2020.
La mediana de la edad de los participantes era de 43 años, el 76% eran hombres, el 46% eran de etnia negra, el 42% de etnia blanca y el 11% de etnia latinoamericana. El recuento de CD4 era de 453 células/mm3 y el recuento de CD4 nadir era de 172 células/mm3. El 74% de los participantes estaba en tratamiento antirretroviral. El 62% de los participantes en tratamiento antirretroviral tenía carga viral indetectable y el 87% de ellos tenía carga viral indetectable en el líquido cefalorraquídeo (el fluido que se encuentra en el sistema nervioso central).
Al comparar las características de los participantes mayores de 60 años con las de los menores de dicha edad, los investigadores hallaron que aunque en general se trataba de grupos bastante similares, los más mayores presentaban mayores tasas de coinfección por el virus de la hepatitis C (VHC), de tener niveles anómalos de lípidos sanguíneos, de hipertensión arterial y de neuropatía periférica.
De forma destacada, los investigadores hallaron tasas similares de deterioro neurocognitivo en ambos grupos de edad comparados, lo que supondría que, en el presente estudio, la edad no condicionaría el desarrollo de deterioro neurocognitivo en personas con el VIH.
A lo largo del amplio seguimiento del estudio, el 70% de los participantes evidenció una función neurocognitiva estable, el 24% una función neurocognitiva en declive y el 6% una mejora de la función neurocognitiva.
Al analizar qué factores de riesgo se asociarían al deterioro neurocognitivo en el estudio –una vez descartada la edad–, los investigadores hallaron un impacto negativo de la presencia de hipertensión arterial, diabetes, enfermedad pulmonar crónica, neuropatía periférica, fragilidad, anemia, depresión, bajos niveles de proteínas en sangre, problemas hepáticos y/o historial de uso de drogas.
Los resultados del presente estudio –que presentaba importantes limitaciones tales como la ausencia de un grupo control de seronegativos o la exclusión directa o indirecta de numerosos posibles participantes– apuntan al importante impacto de determinadas comorbilidades sobre la función cognitiva. Ello, que ya había sido apuntado previamente por diversos estudios en personas con o sin el VIH, evidencia la complejidad del estudio de las condiciones frecuentemente asociadas al envejecimiento tales como el deterioro neurocognitivo.
Cabe destacar que el presente estudio podría estar apuntando a la importancia de la diferenciación de edad cronológica –marcada únicamente por la fecha de nacimiento– y la edad biológica –condicionada por múltiples factores tales como el estilo de vida–. De hecho, cada vez son más los estudios que señalan que es precisamente la edad biológica y no la cronológica la que tendría mayor impacto sobre el desarrollo de comorbilidades típicamente asociadas al envejecimiento.
Fuente: Catie / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Heaton RK, Ellis RJ, Tang B, et al. Twelve-year neurocognitive decline in HIV is associated with comorbidities, not age: a CHARTER study. Brain. 2023; in press.
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