La realización de pruebas del VIH entre las redes sociales de personas recién diagnosticadas ayuda a identificar casos no diagnosticados del VIH en tasas significativamente más elevadas y a un coste menor que otras intervenciones de cribado. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado un estudio realizado en Ucrania por un equipo internacional de investigación. El estudio, dirigido por un experto de los Institutos Nacionales de Investigación para el Desarrollo y el Centro de Investigación sobre el Uso de Drogas y el VIH/VHC en el Colegio de Enfermería Rory Meyers de la Universidad de Nueva York (EE UU), fue publicado en la revista Journal of the International AIDS.
La atención de las personas con el VIH y la prevención de la transmisión de esta infección dependen de la localización y el diagnóstico de los casos de VIH, idealmente poco después de la infección. La promoción de la prueba del VIH a población general y las intervenciones de acercamiento de la prueba a las poblaciones clave son estrategias habituales para diagnosticar el VIH en personas que desconocen su infección. Sin embargo, en muchos países, incluida Ucrania, se gastan considerables recursos en la prueba del VIH y se encuentran con una gran cantidad de personas que dan seronegativo al VIH por cada persona que da positivo.
Es bien sabido que el análisis de redes sociales permite localizar a personas recientemente infectadas por el VIH, dado que el virus se transmite a través de redes de personas que se exponen a riesgos asociados a las prácticas sexuales y/o riesgo asociados al consumo de drogas (como por ejemplo la inyección de sustancias). Estudios en el campo del análisis de las redes sociales han revelado que la composición de la red influye en la prevalencia e incidencia del VIH. En ese sentido, se sabe que formar parte de redes con una alta proporción de personas con el VIH, donde se realizan prácticas sexuales de alto riesgo y con una alta prevalencia de uso de drogas, aumenta la probabilidad de contraer el VIH.
Por otro lado, el pertenecer a una red social podría tener algunas ventajas. Dado que es probable que las pautas sociales y los rumores sobre la prueba y el tratamiento del VIH se propaguen a través de las redes sociales –tomadas por individuos que comparten riesgos–, a través de las redes, se podría llegar a personas que, por lo general, es poco probable que se hagan la prueba del VIH por sí mismas.
En este estudio, los investigadores compararon tres proyectos y su capacidad respectiva para identificar casos no diagnosticados del VIH: el proyecto de intervención para la reducción de la transmisión (TRIP, en sus siglas en inglés), el de vigilancia integrada de la conducta y el de acercamiento de la prueba del VIH a poblaciones clave. La investigación tuvo lugar en Odessa, una gran ciudad en el sur de Ucrania y una de las áreas donde el uso de drogas inyectables y la posterior epidemia del VIH comenzaron en la década de 1990.
En el estudio TRIP, los investigadores llevan realizando counselling y cribado del VIH a partir de redes sociales desde 2013 hasta 2016. Los investigadores identificaron a pacientes infectados por el VIH potencialmente de forma reciente (a los que llamó ‘semillas’) y los integrantes de sus redes sociales a los que se podría, a continuación, ofrecer el cribado del VIH. Las redes sociales de personas que comparten riesgos incluyen parejas sexuales, personas con las que se inyectaban drogas, personas que estaban presentes mientras los participantes tenían relaciones sexuales o usaban drogas, y personas inscritas en lugares pequeños donde los participantes fueron a inyectarse drogas o a encontrar parejas sexuales.
El estudio registró dos tipos de “semillas”: las personas infectadas recientemente por el VIH más los miembros de su red de riesgo, por un lado, y aquellas personas que viven desde hace más tiempo con el VIH y su red de riesgo, por otro.
Los participantes infectados de forma reciente constituyen un grupo clave para la intervención, dado que la transmisión durante la fase reciente de la infección es particularmente probable como consecuencia de las altas cargas virales, la falta de respuesta inmunitaria y las elevadas tasas de conductas de riesgo.
Por su parte, el proyecto de vigilancia integrada de la conducta utilizó una muestra sugerida por las personas que fueron encuestadas –en la cual individuos de una población de difícil acceso recomiendan a otras personas que conocen– para inscribir a personas que se inyectan drogas. Por otro lado, en el proyecto de acercamiento de la prueba del VIH a poblaciones clave, se realizó la prueba del VIH a las personas usuarias de drogas inyectables en áreas comunitarias de consumo de sustancias.
Los investigadores descubrieron que la inscripción de las redes sociales de personas infectadas por el VIH a través de TRIP llevó a localizar una tasa significativamente más alta de personas con el VIH sin diagnosticar que la de los otros proyectos, tanto el de vigilancia integrada de la conducta como de acercamiento de la prueba del VIH a poblaciones clave.
En el estudio TRIP se hizo la prueba del VIH a 1.252 personas, de las cuales 183 (14,6%) dieron positivo; el proyecto integrado de vigilancia de la conducta examinó a 400 personas y halló 20 personas (5%) infectadas por el VIH no diagnosticadas, mientras que el proyecto de acercamiento de la prueba del VIH a poblaciones clave realizó el cribado del VIH a 13.936 personas, de las cuales 331 (2,4%) tenían el VIH pero no habían sido diagnosticadas.
La superioridad de TRIP como método de inscripción de personas con el VIH no diagnosticadas probablemente proviene de su diseño. TRIP se concentra en las redes sociales con más probabilidades de estar infectadas en lugar de intentar usar "lazos débiles" para inscribir personas que se inyectan drogas y que se hallan social y geográficamente distantes de las denominadas "semillas”.
Además, dentro de TRIP, las redes de los participantes recientemente infectados por el VIH incluyen una mayor proporción de positivos no diagnosticados (16,3%) que las redes de personas infectadas por el VIH desde hace más tiempo (12,2%).
Finalmente, se reveló que TRIP es un método coste-efectivo para identificar casos de VIH no diagnosticados, puesto que por cada persona detectada el coste es de 250 dólares, por 387 dólares por persona detectada en el proyecto de vigilancia integrada de la conducta, y 941 dólares por cada nuevo caso detectado en el proyecto de acercamiento de la prueba en el periodo 2013-2014 y 653 dólares en 2015-2016.
Dado el éxito del estudio TRIP en Ucrania y a partir de hallazgos similares en Atenas (Grecia) y San Diego (EE UU), los investigadores recomiendan que las técnicas de inscripción de este proyecto, que incluyen las redes prioritarias de personas infectadas por el VIH de forma reciente, se integren en los programas de pruebas de infección por el VIH con el objetivo de mejorar la identificación de nuevos casos.
Fuente: NYU / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Smyrnov P, Williams LD, Korobchuk A, et al. Risk network approaches to locating undiagnosed HIV cases in Odessa, Ukraine. J Int AIDS Soc. 2018; 21(1):e25040
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