Un estudio publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes ha concluido que las personas con VIH presentarían una prevalencia de patologías asociadas al envejecimiento superior a la de la población general. Dicho efecto se observaría en un amplio rango de edades, desde personas de mediana edad hasta aquellas de edad avanzada.
Las mejoras tanto en la atención como en el tratamiento de las personas con VIH han conllevado un aumento notable de la esperanza y calidad de vida. En el plano negativo, se ha podido identificar una serie de comorbilidades cuyo riesgo aumenta cuanto se vive con dicha infección.
Determinados condiciones asociadas a la vejez, tales como la debilidad, las caídas y el deterioro funcional están causadas por múltiples factores y permiten identificar a aquellas personas mayores con mayor grado de vulnerabilidad.
Para ahondar en cómo el VIH podría relacionarse con dichas condiciones, investigadores de la Universidad de California en San Francisco diseñaron un estudio transversal que contó con la participación de 155 personas con VIH mayores de 50 años que formaban parte del estudio SCOPE. Todos tomaban tratamiento antirretroviral y se encontraban es supresión virológica continuada durante una mediana de 3 años. La mediana del recuento de CD4 era superior a 500 células/mm3.
Por medio de cuestionarios y evaluaciones médicas, los investigadores determinaron la presencia de diversos problemas asociados al envejecimiento tales como caídas, incontinencia urinaria, deterioro funcional, problemas de movilidad, pérdida de audición, pérdida de visión, depresión, debilidad y deterioro cognitivo. También se determinaron diversas comorbilidades y sus correspondientes tratamientos.
Los participantes llevaban viviendo con VIH una mediana de 21 años. El 94% eran hombres. La presencia de comorbilidades fue extremadamente frecuente, alcanzando una mediana de cuatro por persona. Las más frecuentes eran hiperlipidemia (el 63% de los participantes), hipertensión (el 50%) y neuropatía periférica (el 40%). Ello conllevó una mediana de 9 medicamentos no antirretrovirales por persona para controlar dichas comorbilidades.
La mayoría de los participantes (el 40%) tenía alguno de los problemas asociados al envejecimiento antes descritos. Los más frecuentes fueron estadio de pre-debilidad, condición definida a partir de la puntuación en un cuestionario asociado a una escala de medición del grado de debilidad (el 56% de los participantes); deterioro funcional (el 47%) y deterioro cognitivo (también el 47%). Una cuarta parte de los participantes manifestaron haber tenido una caída y una proporción similar manifestaron tener incontinencia urinaria.
El 20% de los participantes refirió tener un grado moderado de depresión. De hecho, el 18% del total de los participantes cumplía los criterios diagnósticos de depresión de moderada a grave.
Tras un análisis multivariable, se observó que un menor recuento de CD4 nadir (tasa de incidencia [IRR, en sus siglas en inglés]: 1,16; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,03-1,15) y un mayor número de comorbilidades (IRR: 1,09; IC95%: 1,03-1,15) se relacionarían de forma significativa a una mayor presencia de problemas asociados al envejecimiento.
Los investigadores manifestaron su preocupación por observar que la prevalencia de algunos problemas asociados al envejecimiento tales como la debilidad, las caídas o la incontinencia urinaria sería similar a la de personas de la población general mayores de 65 años (cuando la población del estudio tenía 50 años o más, es decir sensiblemente más joven). Ello iría en la línea del envejecimiento prematuro asociado a la infección por VIH detectada por muchos estudios.
Los resultados del presente estudio muestran, una vez más, que la infección por VIH –aunque se encuentre bajo control con la medicación antirretroviral– puede anticipar la aparición de problemas asociados a la vejez. Ello supone un importante reto médico y social: médico por precisar de la adecuada investigación de las causas y sus posibles tratamientos, y social por la necesidad de una adecuada provisión de servicios sociales para personas que los podrían necesitar antes de lo esperado.
Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencia: Greene M et al. Geriatric syndromes in older HIV-infected adults. J Acquir Immune Defic Syndr 69: 161-67, 2015.
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