La terapia antirretroviral funciona peor en un entorno clínico que en los ensayos clínicos. El grupo de doctores del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard quería comprobar si podían predecir los factores relacionados con el fracaso de tratamiento en una gran población de personas con VIH con características demográficas e historiales de tratamiento variados. Por consiguiente, se diseñó un estudio retrospectivo longitudinal que contó con 829 pacientes que tomaban cualquier régimen antirretroviral y que hubieran alcanzado una carga viral inferior a 400 copias/ml en un periodo de dos años entre principios de 2003 y finales de 2004.
El fracaso del tratamiento fue definido como una pérdida de seguimiento, una interrupción de la terapia antirretroviral sin el acuerdo previo del médico que trata o un rebote de la carga viral por encima de las 400 copias/ml.
Se reunieron datos sobre las características demográficas de los pacientes al inicio, el historial previo de tratamiento antirretroviral, la adhesión a anteriores regímenes de tratamiento del VIH y el estado de infección por el virus de la hepatitis C.
De los 829 pacientes incluidos en el análisis inicial de los investigadores, aproximadamente el 75% (614) alcanzó al menos una carga viral inferior a 400 copias/ml durante el periodo de estudio. De estos pacientes, se consideró que 167 estaban sufriendo un fracaso de tratamiento y de ellos, 108 se consideró que experimentaron un fracaso virológico.
Mediante un análisis multivariable, el grupo de investigadores descubrió que una pobre adhesión (p<0,0001), un recuento absoluto de neutrófilos inferior a 1.000 células/mm3 (p=0,013), una carga viral detectable al inicio del periodo de estudio (p<0,0001), el mantener una carga viral indetectable durante menos de doce meses (p<0,015), faltar a más de una cita médica en un año (p<0,0070), y un recuento de células CD4 al inicio inferior a 200 células/mm3. La coinfección por el virus de la hepatitis C tuvo una significación marginal (p=0,059).
A continuación, el grupo de investigadores centró su atención en los factores relacionados con el fracaso virológico. Los autores descubrieron que una pobre adhesión (p<0,0001), un fracaso virológico previo (p=0,0004), una carga viral detectable al inicio (p=0,0004), una carga viral indetectable durante menos de 12 meses (p=0,0047), un recuento absoluto de neutrófilos inferior a 1.000 células/mm3, un recuento de células CD4 inferior a 200 células/mm3 y la coinfección por VHC (p=0,028) fueron todos ellos factores de predicción de fracaso virológico.
Sin embargo, tomar un régimen compuesto de ITIN y un ITINN tuvo un efecto protector frente al fracaso virológico (p=0,05).
No es sorprendente que la adhesión constituyera un factor de riesgo de fracaso del tratamiento. Pero el grupo de investigadores fue capaz de predecir qué pacientes podrían tener una mala adhesión y experimentar un fracaso del tratamiento. Al inicio, la adhesión de 58 pacientes (9% de la cohorte) fue catalogada de mala. De estos pacientes, 40 (69%) sufrieron un fracaso del tratamiento, lo que supone la cuarta parte de todos los fracasos de tratamiento. Los pacientes cuya adhesión fue definida como mala al inicio del estudio, fueron significativamente más propensos a sufrir fracasos de tratamiento que los pacientes con una buena adhesión (p<0,0001).
Referencia: Robbins GK et al. Predictors of antiretroviral treatment failure in an urban HIV clinic. J Acquir Immune Defic Syndr 44: 30 – 37, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt)
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