A través de un estudio de cohorte abierto y longitudinal (aún en marcha), se ha realizado el seguimiento de la epidemiología de la infección por VIH en la zona rural del noroeste de Tanzania desde 1994. El área de estudio se sitúa fuera de la ciudad de Mwanza (la segunda ciudad del país) y abarca la principal carretera que lleva a Kenia. La población del área circundante, el distrito de Kisesa, ha crecido con rapidez desde 19.530 personas en 1994 a 26.330 en 2004.
Los datos epidemiológicos del VIH en esta zona provienen de cuatro encuestas serológicas distintas, realizadas en 1994-1995, 1996-1997, 1999-2000, y 2003-2004. En ellas, fueron elegibles aquellos residentes de más de 15 años de edad. Las primeras dos encuestas tenían establecidos límites de edad superiores de 44 y 46 años, respectivamente, mientras que las dos últimas no fijaron ningún límite superior. Se efectuó un total de 28.591 entrevistas y 28.523 pruebas del VIH entre las cuatro encuestas. Hubo 6.448 adultos que se hicieron la prueba en dos o más ocasiones.
Para este análisis, la zona fue dividida en pueblos de zonas rurales remotas (que supusieron el 57% de la población total en 1994 y el 53% en 2004), y pueblos que dan a la carretera más el área central de comercio. A lo largo del tiempo de estudio, las tasas de participación fueron mayores en los pueblos situados en las zonas rurales remotas (70-86%) que en los pueblos situados al lado de la carretera (61-81%), y superiores en el caso de las mujeres que en el de los hombres.
En el conjunto del distrito de Kisesa, la prevalencia de VIH entre adultos de 15 años o más aumentó de un 6,0 a un 8,3% entre 1994 y 2000, manteniéndose en un 8,2% en 2003-2004.
La prevalencia ha descendido ligeramente entre las mujeres, desde un 9,3% en 1999-2000 al 8,8% en 2003-2004. A lo largo del mismo intervalo, la prevalencia en hombres aumentó del 6,9 al 7,5%.
Sin embargo, las tendencias en la prevalencia varían dependiendo de la proximidad con la carretera central. En el área central de comercio y los pueblos que dan a la carretera, la prevalencia se estabilizó en un 8,5% en los hombres y disminuyó rápidamente en las mujeres (del 13,5% en 1999-2000 al 10,6% en 2003-2004). A lo largo del mismo periodo de tiempo, en las zonas rurales remotas la prevalencia se mantuvo más baja, pero siguió aumentando en ambos sexos, del 6,5 al 7,6% en las mujeres y del 6,0 al 6,8% en los hombres.
Los cambios en la prevalencia se ven afectados por las tasas de nuevas infecciones (incidencia), la mortalidad y los flujos de inmigración y emigración hacia y desde la región. En el distrito de Kisesa, las tasas de migración son muy superiores a las de incidencia y mortalidad. Sin embargo, la inmigración y emigración de personas con VIH más o menos se compensan mutuamente.
Las estimaciones de incidencia están basadas en 33.140 persona-años de observación de una población con una edad comprendida entre 15 y 45 años, observándose 362 casos de seroconversión. Las estimaciones de incidencia más recientes representan el periodo entre 2000 y 2003. Durante ese tiempo, la incidencia bruta en general de VIH fue del 1,1%. En la zona central y las próximas a la carretera, la incidencia anual descendió del 1,9% entre 1997 y 2000 al 1,3% entre 2000 y 2003. Este descenso fue más acusado entre las mujeres (de 1,9 a 1,0%). Sin embargo, en las zonas rurales apartadas, la incidencia anual siguió aumentando, de un 1,0% entre 1997 y 2000 a un 1,1% entre 2000 y 2003. El incremento de la incidencia en la zona rural apartada se produjo casi exclusivamente entre las mujeres (del 1,0 al 1,2%), mientras que en los hombres la tasa anual permaneció constante en el 1,0%.
El equipo de investigadores concluye que la prevalencia del VIH sigue siendo constantemente más alta en las zonas próximas a la carretera y en la zona central, pero la diferencia se ha reducido con el tiempo.
Estos datos “muestran que la diferencia en el nivel de incidencia (…) entre las comunidades que viven en la zona rural y las próximas a la carretera está reduciéndose, principalmente debido a que las mujeres en las zonas rurales han presentado de manera reciente mayores tasas de infección”. El descenso de la incidencia en las zona próximas a la carretera “es alentador, pero el continuo aumento gradual (…) en las zonas rurales resulta preocupante, especialmente porque la mayoría (66%) de la población de Kisesa vive en esa zona”, señalan los expertos.
Asimismo, los autores declaran: “Existe una necesidad urgente de promover y aumentar el acceso a los actuales esfuerzos de prevención del VIH” y de asegurar que el despliegue en el país de terapias antirretrovirales (TARV) llega a las zonas rurales. El próximo análisis y publicación de una quinta encuesta serológica (cuyos datos acabaron de reunirse en julio de 2007) profundizará en estos resultados y valorará si el acceso a la terapia antirretroviral ha tenido impacto sobre las tendencias en la incidencia.
Referencia: Wambura M et al. HIV prevalence and incidence in rural Tanzania: results from 10 years of follow-up in an open-cohort study. J Acquir Immune Defic Syndr 2007: 46: 616-623, 2007
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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