Desde la llegada por primera vez, en 1996, de la TARGA, se ha producido una caída significativa en el número de enfermedades y muertes observadas en personas con VIH y una mejora en la calidad de vida.
Pero las mejoras en el sistema inmunológico podrían causar en un pequeño número de personas que empiezan tratamiento antirretroviral el desarrollo de un SIRI. Este síndrome se caracteriza por la aparición, o el empeoramiento, de los síntomas asociados con una infección existente en estado latente. La mayoría de los casos sucede en los primeros tres meses tras el inicio de la terapia antirretroviral, pero se han observado casos de SIRI hasta dos años después del comienzo por primera vez del tratamiento para el VIH.
Se necesita más información sobre los factores de riesgo de SIRI y las opciones óptimas de tratamiento. Por esta razón, un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE UU), uno de los centros más importantes de atención y tratamiento del VIH, diseñó un estudio retrospectivo caso-control para identificar los “factores pronóstico clínicos, demográficos y de laboratorio de SIRI”.
Los investigadores identificaron un total de 49 personas que desarrollaron un SIRI entre 1998 y 2006. Cada paciente fue emparejado con 4 controles sin VIH que empezaron a tomar terapia para el virus, pero que no desarrollaron un SIRI (el número total de la población control fue de 196).
Los pacientes manifestaron síntomas de un SIRI una mediana de 29 días (rango: 9-109 días) después de iniciar una terapia antirretroviral de gran eficacia. El recuento mediano nadir (el más bajo alcanzado alguna vez) de CD4 fue de 20 células/mm3, lo que indica una supresión inmunitaria muy avanzada.
No hubo diferencias demográficas entre los casos y los controles; sin embargo, los investigadores hallaron los siguientes factores que se asociaron de forma independiente con el desarrollo de un SIRI:
- Tomar un régimen antirretroviral que incluya un IP/r (cociente de probabilidades [odds ratio, OR]: 7,41; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,76-31,29; p=0,006) o un IP/r junto con un inhibidor de la transcriptasa no análogo de nucleósido (ITINN) (p=0,02). Un régimen basado en ITINN no se asoció con un riesgo significativo de desarrollar un síndrome inflamatorio de reconstitución inmunológica (p=0,06).
- Un recuento nadir de células CD4 inferior a 100 células/mm3 (OR: 5,97; IC95%: 2,33- 15,31; p<0,001).
- Una caída de la carga viral de 2,5 log10 o superior después de empezar a tomar tratamiento para el VIH (OR: 2,43; IC95%: 1,00, 5,96; p<0,05).
Diecinueve pacientes recibieron corticoesteroides para el tratamiento de SIRI. La duración mediana de esta terapia fue de 163 días, con una oscilación de 21 a 551 días. El paciente cuya terapia duró más tiempo tuvo una meningitis tuberculosa y presentó un cuadro de náuseas, vómitos y cefalea cuando fue disminuyendo el tratamiento con esteroides; por este motivo, continuó tomándola hasta que finalizó el tratamiento de la tuberculosis.
En sus conclusiones, los investigadores señalan que “se necesita un estudio prospectivo en profundidad sobre el SIRI y su tratamiento para definir a los pacientes en mayor riesgo y optimizar las terapias inmunomoduladoras”.
Referencia: Yukari C, et al. Immune reconstitution inflammatory syndrome. J Acquir Immune Defic Syndr 46: 456-462, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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