Los investigadores hallaron que los pacientes de esas regiones no eran, en general, más susceptibles de recibir el diagnóstico de una infección de transmisión sexual (ITS) que los de otras regiones. Sin embargo, en comparación con personas de otros países, los hombres de la Europa Central u Oriental presentaron una mayor incidencia en el diagnóstico de sífilis. Además, las mujeres de dicho origen mostraron una mayor tendencia que las de otros países a utilizar los centros de salud sexual por cuestiones relativas a la planificación familiar.
En mayo de 2004, ocho países de la Europa Central y Oriental (República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia) se unieron a la Unión Europea (UE), lo que conllevó un rápido incremento en el número de jóvenes inmigrantes por motivos económicos de esos países en el Reino Unido.
Los autores del estudio tenían como objetivo analizar el impacto de la inmigración proveniente de esos ocho países sobre la demanda de servicios de salud sexual en el centro de Londres. En consecuencia, se evaluó el país originario de las personas atendidas en dos clínicas de la zona central de la capital británica entre mediados de 2001 y mediados de 2007 para verificar si la incorporación de esos países a la UE se reflejaba en un incremento en el número de personas atendidas. Asimismo, se recabó información relativa a los diagnósticos de ITS agudas para comprobar si los pacientes de estos ocho países tenían una mayor o menor tendencia a padecer determinadas infecciones o problemas de salud.
Durante el periodo estudiado, se efectuaron 150.000 visitas a personas con un país de origen conocido. Un poco más de 5.800 (4%) visitas correspondieron a personas de los ocho países analizados por el estudio.
Durante los seis años del estudio, la proporción de pacientes de dichos países se incremento de forma significativa tanto en hombres (de un 1 a un 2,5%, p <0,0001) como en mujeres (de un 3 a un 8%, p <0,0001).
La atención a trabajadoras sexuales provenientes de esos países también se incremento significativamente (13% de todas las visitas en 2001 y 40% en 2007).
En vez de producirse un aumento repentino de las personas de los ocho países estudiados tras su entrada en la UE, los investigadores hallaron un incremento gradual del número de visitas desde el año 2000.
Por otra parte, se observó que los pacientes de la Europa Central y Oriental del estudio eran más jóvenes que los de otros países (mediana de la edad de los hombres: 27 frente a 29 años [p <0,001]; mediana de la edad de las mujeres: 25 y 26 años, respectivamente [p= 0,0005]).
En general, los hombres de la Europa Central y Oriental recibieron el diagnóstico de una ITS con mayor frecuencia que las mujeres de esas regiones (27% y 16%, respectivamente).
Sin embargo, los varones de esos países no presentaron una mayor tendencia a recibir el diagnóstico de una ITS que la de los hombres de otras regiones (29 y 27%, respectivamente). De modo similar, la proporción de mujeres de los ocho países estudiados con diagnóstico de una ITS no fue diferente a la de las de otras regiones (14 y 16%, de manera respectiva).
Posteriormente, los investigadores observaron las tasas de ITS específicas. Los hombres de la Europa Central y Oriental, al ser comparados con hombres de otro origen, no mostraron una mayor tendencia a recibir el diagnóstico de una infección concreta, con la excepción de la sífilis (1 y 0,4%, respectivamente; p =0,037).
La proporción de infecciones derivadas de relaciones sexuales entre hombres no fue diferente en función del origen. No obstante, los responsables de la investigación evidenciaron que los hombres de los ocho países del estudio tuvieron más tendencia a ser gays o bisexuales que los de otras regiones (38 y 32%, de manera respectiva; p= 0,003).
Las mujeres de los países estudiados presentaban unas tasas de ITS comparables a las de otros países, pero tuvieron una mayor tendencia a acceder a servicios relacionados con la planificación familiar que las de otras áreas geográficas (24 y 12%, respectivamente; p <0.0001).
“El presente estudio muestra que los inmigrantes de la Europa Central y Oriental están teniendo un impacto sustancial en los servicios de medicina genitourinaria (GUM, en sus siglas en inglés) de Londres y, probablemente, de todo el Reino Unido”, comentaron los investigadores.
También hicieron notar que el control de las ITS, particularmente la sífilis, se deterioró de forma importante en muchos países de dichas regiones del continente europeo tras la caída del comunismo; lo que coincidió, además, con un enorme incremento en el uso de drogas inyectables en muchos países. Se calcula que más del 1% de la población adulta de Estonia vive con VIH.
Los responsables de la investigación, por tanto, observaron que “el perfil demográfico de los inmigrantes de la Europa Central y Oriental indica que son sexualmente activos y tienen intenciones reproductivas. Existe una elevada prevalencia de ITS en sus países de origen”.
De este modo, los autores creen que este hecho puede tener implicaciones sobre la demanda de servicios de salud sexual tanto en Londres como en otros lugares del Reino Unido.
Referencia: Burns FM, et al. Increased attendances by people of Eastern European origin at sexual health services in London. Sex Transm Infect (online edition), 2009.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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