Los pacientes consideraron satisfactoria la atención online a través de este servicio y sus resultados clínicos fueron similares a los observados en las personas cuyos cuidados del VIH fueron proporcionados en la clínica.
“El estudio evidencia que el Hospital Virtual constituye una herramienta viable, bastante satisfactoria y segura para la atención clínica de pacientes con una infección por VIH estable”, escriben los autores, que añaden: “No presentó ningún efecto negativo sobre los parámetros clínicos del VIH, adhesión a los antirretrovirales, calidad de vida o estado psicológico y emocional”.
El pronóstico de muchos pacientes con VIH se ha visto transformado por la terapia antirretroviral. Sin embargo, este pronóstico casi normal del que disfruta un gran número de personas infectadas por el virus, unido a una elevada tasa de nuevas infecciones, se traduce en que muchas clínicas tienen que tratar a una población de pacientes en constante aumento.
La atención rutinaria del VIH también puede suponer un inconveniente para las personas seropositivas.
Por lo general, los pacientes clínicamente estables han de someterse a chequeos cada tres o cuatro meses. Estas visitas normalmente implican ser atendidos por diversos profesionales sanitarios, incluyendo un/una especialista en VIH, personal de enfermería, de hematología y de farmacia. Esto significa una notable cantidad de tiempo para el personal y los pacientes.
Un equipo de investigadores de Barcelona (España) planteó la posibilidad de que proporcionar atención rutinaria del VIH a través de internet podría ofrecer una solución a los problemas de capacidad, coste y tiempo relacionados con el aumento de la población infectada por el virus.
En consecuencia, se desarrolló un Hospital Virtual, que brindaba una atención integral del VIH a través de internet.
Las consultas con los médicos se realizaron a través de videoconferencias. Otros profesionales sanitarios también estuvieron disponibles a través de medios electrónicos. Las medicaciones fueron enviadas a los domicilios de los pacientes mediante mensajeros.
Los autores querían ver si su Hospital Virtual resultaba satisfactorio y seguro.
Por lo tanto, se llevó a cabo un estudio que contó con 83 pacientes, todos los cuales estaban clínicamente estables y tenían un recuento de CD4 por encima de 250 células/mm3. Se excluyó a aquellas personas que tomaban una terapia anti-VIH y presentaban una carga viral detectable, así como a los pacientes que tenían algún tipo de cáncer o de infección oportunista activa.
Para ser incluido en el estudio, se pidió que los pacientes dispusieran de un ordenador personal y una conexión a internet de banda ancha. Además, se ofreció una formación de unos 20 minutos a las personas participantes.
Los pacientes fueron distribuidos de forma aleatoria en dos grupos. Los que estaban en el brazo de intervención recibieron su atención a través del Hospital Virtual, mientras que los del brazo de control siguieron recibiendo la atención de forma tradicional en la clínica. Tras un año, los participantes cambiaron de brazo de estudio y se les ofreció seguimiento durante otros doce meses.
Los responsables del ensayo realizaron un seguimiento sobre la satisfacción y resultados clínicos de los pacientes y también evaluaron su calidad de vida y bienestar psicológico y emocional.
La mayor parte de los pacientes (93%) tenían un trabajo y el 38% contaban con una formación universitaria. Al inicio, el 55% de los participantes estaban recibiendo terapia anti-VIH. Un total de 75 personas completaron el estudio.
El grado de satisfacción con el Hospital Virtual fue elevado y el 85% de los pacientes consideraron que, en comparación con la atención estándar, había mejorado su acceso a los datos clínicos. Una proporción semejante de participantes se mostró cómoda con la videoconferencia como vía para la consulta con su especialista en VIH. El 82% de los usuarios afirmaron que este sistema representaba un medio cómodo de comunicación.
En conjunto, el 69% de los pacientes se mostraron satisfechos con el Hospital Virtual.
No se apreciaron diferencias en cuanto a resultados clínicos entre los usuarios del Hospital Virtual y los pacientes que acudieron a la atención de rutina. El nivel de células CD4 fue similar entre los dos brazos del estudio, al igual que la proporción de pacientes tratados con terapia antirretroviral que presentaban una carga viral indetectable.
Algo más de la mitad de los participantes (28%) cambiaron de terapia y el 6% de las personas empezaron el tratamiento anti-VIH por primera vez. Las tasas de cambio e inicio de tratamiento fueron parecidas entre los dos grupos de estudio.
Las tasas de adhesión fueron elevadas y no variaron entre los dos brazos del ensayo.
El uso del Hospital Virtual no tuvo un efecto negativo sobre la calidad de vida en general de los pacientes, ni tampoco sobre su bienestar emocional o psicológico.
La instalación del material y los programas informáticos supuso un gasto de 50.000 euros a la clínica, y el coste anual del servicio por cada paciente fue de 120 euros.
El equipo de investigadores determinó que la duración media de la consulta mediante el Hospital Virtual fue de 10 minutos, frente a los 60-90 minutos necesarios para una visita a la clínica.
“El Hospital Virtual ha demostrado ser una herramienta factible y segura para ofrecer una atención multidisciplinar en el hogar a los pacientes crónicos con VIH”, comentan los autores. Y concluyen: “Debería considerarse la telemedicina como un servicio de apoyo adecuado para el manejo completo de la infección crónica por VIH [y] es probable que resulte extremadamente útil en entornos con un acceso deficiente al sistema sanitario”.
Referencia: Leon A, et al. A new multidisciplinary home care telemedicine system to monitor stable chronic human immunodeficiency virus-infected patients: a randomized study. PLoS ONE, 6 (1): e14515, 2011.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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