A pesar de todo, las pruebas (que se empezaron a realizar el pasado verano y se siguen realizando en el Centro Claude Nicol de la ciudad) han demostrado su utilidad clínica de tal modo que no ha habido casos registrados de hipersensibilidad a abacavir desde que fue introducida la política de pruebas.
La prueba de B*5701, que es tratada con detalle en el número 152 de Actualización en Tratamientos del SIDA, supone la primera vez que una prueba genética ha sido empleada en la medicina del VIH para predecir qué pacientes reaccionarán mal frente a un fármaco. La reacción mediada por el sistema inmunológico a abacavir, que ha provocado 31 muertes en todo el mundo y la hospitalización de entre el 9-20% de los casos, ha hecho, como comenta el grupo de investigadores, que abacavir sea una opción “menos atractiva” como fármaco ITIN alternativo a tenofovir (Viread) o AZT (zidovudine, Retrovir).
En el momento de enviar el resumen a la Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas en octubre de 2005, la clínica había realizado pruebas a 114 pacientes, de los cuales el 82% fueron hombres. Tres cuartas partes del grupo de pacientes eran de raza blanca, un 20% de raza negra y un 4% de etnias clasificadas genéricamente como “otras”. En ese momento, se había averiguado que el 14% del grupo de pacientes había dado positivo en la prueba de B*5701, un 16% de los pacientes de raza blanca y un 9% de los de raza negra. Esto supone el doble de la tasa media registrada en personas de raza caucásica y anteriormente se pensaba que el alelo (mutación) era poco frecuente en pacientes de orígenes africanos.
En el momento de la conferencia, 16 semanas más tarde, se le había realizado la prueba a otros 157 pacientes, lo que hace un total de 271. La proporción de positivos de B*5701 ha disminuido un tanto, pero aún se mantiene en un 10% general, 13% en el caso de los pacientes de raza blanca y 7% en los de raza negra.
Los investigadores señalan, no obstante, que ningún miembro del grupo de pacientes que acudieron a la clínica de origen zulú surafricano poseía el alelo.
De los pacientes a los que se les realizó la prueba, 95 no tenían experiencia previa en terapia anti-VIH y 176 ya estaban tomando regímenes sin abacavir, de los que 121 (69%) tomaban AZT. Tras realizar la prueba, 81 pacientes que dieron negativo a B*5701 bien iniciaron o bien cambiaron a regímenes que contenían abacavir y habían estado tomándolos durante al menos seis semanas en el momento de la conferencia. No se observaron reacciones de hipersensibilidad en estos pacientes.
Antes de realizar la prueba, 20 pacientes de 322 a los que se les prescribió abacavir habían sufrido reacciones de hipersensibilidad, una tasa del 6%, lo que concuerda con otras estimaciones de su frecuencia. Los descubrimientos de esta clínica pueden indicar que en esta población al menos quizá exista una tasa superior a la esperada de pacientes que presentaban B*5701, pero no desarrollaron hipersensibilidad.
Los autores del estudio comentan que “la incorporación de esta estrategia en la práctica clínica de rutina probablemente conduzca a cambios significativos en la terapia”.
Referencia: Reeves I et al. Clinical utility of HLA-B*5701 testing in a UK clinic cohort. Thirteenth Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, Denver, abstract 667a, 2006.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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