Un estudio no encuentra relación entre los fármacos antirretrovirales que penetran en el cerebro y el deterioro neurocognitivo

Un estudio transversal italiano ha descubierto que el uso de fármacos antirretrovirales que tienen actividad en el cerebro no está relacionado con los resultados de un amplio abanico de pruebas neurocognitivas. El estudio aparece en la edición de marzo de la publicación The Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.

Chris Gadd

Los deterioros en la capacidad de razonar y movimiento constituyen una complicación habitual de la infección por VIH, especialmente en las últimas etapas de la enfermedad, con problemas que van desde desarreglos de carácter muy ligero hasta demencia relacionada con el VIH. Aunque se sabe que la terapia antirretroviral reduce la incidencia de demencia al reducir los niveles de VIH en el cerebro, no se comprende bien su impacto sobre formas de deterioro neurocognitivo menos graves.

Además, sólo algunos fármacos anti-VIH pueden atravesar la barrera sangre-cerebro y alcanzar unos niveles adecuados para controlar la aplicación del VIH en el tejido cerebral. Estudios previos han demostrado que estos fármacos son AZT (zidovudina, Retrovir), d4T (estavudina, Zerit), 3TC (lamivudina, Epivir), abacavir (Ziagen), nevirapina (Viramune), efavirenz (Sustiva) e indinavir (Crixivan).

Para valorar el impacto del empleo de estos fármacos sobre la función cerebral, el grupo de investigadores de Roma realizó una batería de 17 pruebas estándar a 165 pacientes con VIH de su clínica. Todos los pacientes habían tomado combinaciones de fármacos anti-VIH durante al menos seis meses y fueron seleccionados para realizar las pruebas si presentaban síntomas de deterioro cerebral, o niveles de recuentos de células CD4 inferiores a las 200 células/mm3.

El grupo de investigadores descubrió que 83 (50%) pacientes presentaban daño neurocognitivo, que se definió como tener puntuaciones significativamente menores que los niveles estándar en una o más pruebas.

Cuando los autores compararon los pacientes con y sin deterioro neurocognitivo, descubrieron que no había diferencias en el número de fármacos capaces de penetrar en el cerebro que los pacientes estaban tomando como parte de sus combinaciones anti-VIH.

Por el contrario, al aplicar un análisis multivariable, descubrieron que una mayor edad (cociente de probabilidad [CP] = 4,8; p<0,001) y mayores niveles de VIH en sangre (CP = 1,90; p=0,021) estuvieron relacionados con una mayor probabilidad de unos resultados más pobres en las pruebas, mientras que un nivel mayor de educación estuvo relacionado con menos deterioro (CP = 0,76; p=0,001).

"Nuestro estudio indica que el uso de una terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) estable compuesta por muchos fármacos neuroactivos no estuvo relacionado ni con un rendimiento neuropsicológico deteriorado ni con uno no-deteriorado, determinado éste mediante parámetros cualitativos y cuantitativos", concluye el grupo de investigadores.

"Además, ni la exposición a una familia específica de antirretrovirales ni el uso de un fármaco individual determinado estuvieron relacionados con el rendimiento neuropsicológico de los pacientes. Las replicación del VIH en plasma y la mayor edad fueron los únicos factores relacionados de forma independiente con los desórdenes neuropsicológicos", añaden los autores.

Aunque sus resultados parecen sorprendentes, el grupo de investigadores explica que el empleo de fármacos anti-VIH que penetran en el cerebro puede no necesariamente prevenir el deterioro neurocognitivo en pacientes con un daño leve del sistema inmunológico.

"Los pacientes incluidos en este estudio presentaban un grado leve de inmunodeficiencia, como fue confirmado por la elevada media de recuento de células CD4 (476 células/mm3)", escriben. "Es factible que en la población con VIH con una infección menos avanzaba pero con un deterioro neurocognitivo leve,  no sea estrictamente necesario el uso de múltiples fármacos que penetran en el sistema nervioso central para controlar la replicación del VIH-1 en el mismo."

"En las primeras etapas, cuando la función inmunológica está bastante preservada y las funciones cognitivas están moderadamente afectadas, el control de la replicación de VIH en plasma podría ser suficiente para controlar la replicación del VIH en [el] sistema nervioso central y el empleo de múltiples fármacos capaces de penetrar en el sistema nervioso central puede no ser necesario en absoluto", añaden.

Sin embargo, el grupo de investigadores reconoce que su estudio tiene varias limitaciones, entre ellas su incapacidad de medir niveles de VIH en el líquido encefálico y el que los pacientes usaran varias combinaciones diferentes de fármacos. El diseño transversal del estudio también limita sus conclusiones, ya que cualquier cambio de la función cerebral de los pacientes en el tiempo no pudo seguirse. Además, los pacientes incluidos en el estudio tenían un riesgo mayor de sufrir deterioro neurocognitivo que si hubieran sido elegidos al azar de una cohorte de pacientes con VIH.

Referencia: Giancola ML et al. Neuroactive antiretroviral drugs do not influence neurocognitive performance in less advanced HIV-infected patients responding to highly active antiretroviral therapy. J Acquir Immune Defic Syndr 41: 332-337, 2006.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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