Epidemia de VIH y hombres gays: Un panorama heterogéneo
En la conferencia, se comunicaron novedades alentadoras sobre el ritmo de la epidemia de VIH entre la comunidad de hombres gays en Dinamarca. Sin embargo, otros estudios realizados en Tailandia y Brasil detectaron una elevada incidencia del virus en algunos grupos de hombres que practican sexo con hombres (HSH), así como un bajo nivel de comprensión del riesgo de infección por VIH.
Se afirmó en la conferencia que el número de nuevas infecciones entre hombres gays ha disminuido. Los investigadores piensan que la explicación más plausible es que las personas con VIH tienen una menor capacidad de transmitir el virus debido al tratamiento. El descenso en las nuevas infecciones tuvo lugar en un contexto en el que cada vez más personas viven con el VIH y se dan unos mayores niveles de relaciones sexuales sin protección.
En Dinamarca, alrededor del 80% de los hombres gays que saben que tienen el VIH están tomando tratamiento antirretroviral. La mayoría (un 82%) tienen una carga viral indetectable.
Los investigadores determinaron que la proporción de hombres homosexuales que transmiten el VIH ha ido disminuyendo cada año desde 1995. Consideran que la explicación más probable de este descenso es el creciente porcentaje de estos hombres que reciben tratamiento y mantienen una carga viral indetectable, por lo que nunca, o en muy raras ocasiones, transmiten el virus a terceras personas.
El ensayo tuvo lugar en Bangkok entre 2006 y 2008, y contó con unos 1.300 hombres gays. En el momento de iniciar el estudio, el 22% de los varones tenían VIH y, en el transcurso del mismo, se infectaron otros 135 hombres. Esto arrojó una tasa de incidencia anual un poco inferior al 6%.
La media de edad en el momento de la infección fue de 26 años, lo que significa que el 50% de los participantes que adquirieron el VIH tenían menos de 20 años, o no hacía mucho que los cumplieron.
Otro estudio realizado en Tailandia ofreció datos más alentadores, que sugieren que la prevalencia del VIH entre los hombres gays parece estar disminuyendo. Ésta alcanzó un valor máximo del 31% en 2007, pero en 2009 había retrocedido al 25%.
Se observó una reducción en la prevalencia del VIH entre los menores de 22 años. También disminuyó el número de varones que declararon mantener relaciones sexuales sin protección.
En otro ensayo, esta vez brasileño, se encontró que sólo el 47% de los hombres gays entendían correctamente los riesgos de la infección por VIH. Además, el 75% de los varones se consideraron a sí mismos como en una situación de bajo riesgo de infección por el virus, a pesar de que la mitad de ellos habían mantenido de manera reciente relaciones sexuales sin protección con una pareja ocasional.
Microbicidas y circuncisión
Un equipo de investigadores de la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) determinó que estos dos métodos de prevención podrían disminuir el número de infecciones en un 20% a lo largo de 20 años.
Otro modelo examinó la eficacia de otras formas de prevención en aquellas parejas en las que un miembro tiene el VIH, a partir de los datos procedentes de un grupo de parejas que participaron en un estudio realizado en Uganda. En el complejo modelo se consideró que el ‘uso del preservativo’ suponía que se empleó el 57% del tiempo. Los cálculos determinaron que este nivel de utilización del preservativo, junto con la administración de la terapia antirretroviral, tendrían un gran impacto, reduciendo potencialmente el número de transmisiones hasta en un 82%.
También se comprobó que el empleo de la profilaxis pre-exposición (PPrE), junto con el tratamiento anti-VIH, tendrían un impacto similar sobre la epidemia.
Microbicidas, ¿y ahora qué?
El estudio evidenció que un gel microbicida vaginal con tenofovir consiguió reducir el riesgo de infección por VIH en un 39%.
Asimismo, se esperan con impaciencia los resultados del estudio VOICE, en el que se compara el uso de un microbicida con la profilaxis pre-exposición (PPrE). También hay esperanzas de que los microbicidas puedan resultar eficaces cuando se apliquen en el recto.
No obstante, podrían pasar varios años antes de que haya microbicidas disponibles. “Mi preocupación es que, cuando vuelva a mi oficina el lunes, me encontraré con correos electrónicos de personas pidiendo un microbicida. Va a ser muy difícil hacer entender que se trata sólo de una prueba de concepto”, afirmó Yurgen Pillay, del Departamento de Salud de Sudáfrica.
Seguridad del tratamiento anti-VIH durante el embarazo
Un equipo de investigadores analizó 20 años de datos sobre las anomalías de nacimiento, recogidos por el personal del Registro de Antirretrovirales durante el Embarazo. La tasa de defectos de nacimiento fue idéntica a la apreciada entre la población general (2,7%).
Además, a pesar de las preocupaciones previas, no se observaron pruebas de que el tratamiento con efavirenz durante el embarazo aumentara el riesgo de sufrir anomalías congénitas.
Sin embargo, sí hubo algunos datos que sugieren que tomar un inhibidor de la proteasa durante el embarazo aumentó el riesgo de tener un parto prematuro o un bebé con poco peso.
Terapia anti-VIH durante el embarazo: Se están estudiando enfoques rentables y prácticos
El Ministerio de Salud de Malaui planea ofrecer la terapia antirretroviral (TARV) combinada a todas las mujeres embarazadas con VIH, tanto para proteger la vida de éstas como para reducir la transmisión de madre a hijo lo más rápidamente posible.
Las nuevas directrices de tratamiento de la OMS recomiendan que las mujeres diagnosticadas de VIH durante el embarazo y cuyo recuento de CD4 sea menor de 350 células/mm3 inicien el tratamiento antirretroviral de inmediato y lo mantengan de por vida.
En el caso de las mujeres con recuentos de CD4 por encima de 350 células/mm3, la OMS aconseja dos opciones de tratamiento a corto plazo en el periodo del embarazo y posterior al parto. Malaui ha adoptado una de estas opciones, pero después las mujeres seguirán recibiendo la terapia antirretroviral triple toda la vida.
Malaui necesitará ayuda del Fondo Mundial para poder implementar esta decisión. No obstante, este régimen se considera más fácil de manejar que otros que implican el cambio de tratamiento durante diferentes etapas durante y después del parto.
Otros países africanos están valorando el mejor modo de implementar, atendiendo a sus situaciones locales, las orientaciones de la OMS respecto a las mujeres embarazadas. La falta de acceso a los servicios de seguimiento del recuento de CD4 y la escasez de personal sanitario adecuadamente formado son factores que dificultan dicha implementación.
Malaui ha sido descrito como “el único país que parece estar luchando contra las limitaciones”, y los expertos afirman que se trata de una gran oportunidad para comprobar lo bien que puede funcionar una estrategia de “prueba y tratamiento universales”.
Se están utilizando modelos matemáticos para determinar el modo más rentable de prevenir la transmisión de madre a hijo (PTMH) en los países en vías de desarrollo.
El Programa Mundial para el Control del Sida de los Centros para el Control de Enfermedades de EE UU [CDC] descubrió que aunque las dos opciones de la OMS eran igual de eficaces para evitar la transmisión vertical (y que eran mejores que el protocolo anteriormente recomendado por la propia organización), una de ellas resultaba más rentable: el uso de un tratamiento de AZT/3TC para la madre y de nevirapina para la madre y el bebé.
Un nuevo fármaco: Efecto sobre el VIH y la inflamación
En la conferencia, se ha afirmado que esto es debido a que el fármaco bloquea dos receptores presentes en la superficie celular: el CCR5 [utilizado por el VIH] y el CCR2 [empleado por una proteína asociada con la inflamación].
Cada vez está más aceptada la idea de que incluso una carga viral muy baja puede provocar inflamación, y que este hecho puede ayudar a explicar las altas tasas de algunas enfermedades cardiovasculares, así como de otras enfermedades graves, observadas en los pacientes con VIH.
Se estudió el uso como monoterapia del fármaco TBR-652 en un ensayo de fase 2, de diez días de duración, en el que participaron 54 pacientes. Cada participante recibió una de cinco dosis posibles del fármaco. La dosificación de 75mg al día fue la que tuvo el mayor efecto sobre la carga viral.
El fármaco pareció ser seguro y fue bien tolerado. Ninguno de los pacientes que tomaron la dosis de 75mg declaró haber sufrido ningún efecto secundario grave.
Es más, el fármaco también parece que tuvo un impacto sobre la inflamación. El equipo de investigadores atribuye este resultado a la capacidad de TBR-652 para bloquear el receptor CCR2.
No obstante, los beneficios de este hecho aún no están claros. Existe cierta preocupación porque el bloqueo del CCR2 pueda interferir en la respuesta inmunitaria y, por tanto, aumentar el riesgo de sufrir infecciones.
Está prevista la realización de más estudios sobre este fármaco.
Cambiar a raltegravir
Por lo general, las personas que dejaron de tomar un inhibidor de la proteasa potenciado -que estaba logrando la supresión viral- para pasar a tomar el inhibidor de la integrasa raltegravir (Isentress) mantuvieron la carga viral indetectable, al tiempo que experimentaron mejorías en los niveles de lípidos en la sangre, según los resultados de dos estudios presentados en la conferencia.
Sin embargo, la toma de raltegravir una vez al día no funcionó tan bien como la administración de una dosificación de dos veces al día en el caso de los pacientes cuyo virus ya presentaba una resistencia previa a los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido/nucleótido (ITIN/ITINt).
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