Además, el equipo responsable de la investigación encontró diversos clústeres de infecciones por VIH.
También sugirió que es necesario cambiar la política relativa a las pruebas de detección en el Reino Unido, en particular la recomendación actual de una espera mínima de 3 meses en el test de confirmación tras un resultado negativo en una prueba diagnóstica. Los investigadores creen que esta recomendación es contraproducente, ya que las nuevas tecnologías utilizadas en estas pruebas permiten reducir el “periodo ventana” a un mes.
Los autores del estudio también realizaron una serie de sugerencias con la intención de ayudar a reducir la transmisión del VIH procedente de personas recientemente infectadas.
Los trabajadores sanitarios y los investigadores disponen de diferentes métodos para monitorizar la epidemiología del VIH entre personas que efectúan las pruebas de detección en clínicas de salud sexual.
Desde 1989, los tests de detección del VIH anónimos han sido efectuados en sangre proveniente de pruebas de detección de la sífilis en las clínicas de salud sexual. Las muestras no pueden ser vinculadas con las personas de las que provienen; sin embargo, se proporcionó información sobre la pertenencia o no de las mismas a colectivos vulnerables a la infección por VIH, fecha de la prueba, región de nacimiento, diagnóstico de otras ITS, y si se conocía ya el estado serológico de la persona o se le ofreció realizar la prueba de detección.
También es posible utilizar el ensayo STARHS (siglas en inglés de algoritmo de cribado serológico de reciente seroconversión al VIH) para determinar si las personas con el virus fueron infectadas de manera reciente.
Los análisis filogenéticos también pueden ser usados para comprobar si las infecciones están vinculadas epidemiológicamente.
Un equipo de expertos del Reino Unido utilizó estos tres métodos para evaluar las pruebas de detección en hombres gays con VIH y comprobar si las personas con una infección por VIH reciente estaban transmitiéndola a terceros antes de tener la oportunidad de recibir el diagnóstico de la infección.
Los investigadores evaluaron muestras anónimas obtenidas de hombres gays entre 1999 y 2002. Entre estas fechas, se obtuvieron un total de 28.530 muestras. De éstas, 3.592 resultaron positivas, 1.072 de las cuales provenían de personas con VIH previamente no diagnosticado. Por su parte, 229 (21%) de estas muestras provinieron de personas con una infección por VIH reciente.
La mayoría de los hombres (86%) infectados de manera reciente por VIH eran residentes en Londres, el 56% había nacido en el Reino Unido y el 15%, en otros lugares de Europa.
Una proporción significativamente mayor de hombres sin VIH había realizado una prueba del virus (56%) que la de aquéllos previamente no diagnosticados de la infección (31%, p <0,001).
Además, sólo un 42% de aquellos hombres con signos de infección por VIH reciente efectuó un test de detección del mismo; en el caso de hombres con infección crónica por el virus, la proporción de pruebas de detección del VIH fue incluso menor (28%).
Sólo el 22% de los hombres con VIH sin diagnosticar y con una ITS se sometió a una prueba de detección del virus de la inmunodeficiencia humana, en comparación con un 45% de hombres sin VIH con una ITS.
El análisis filogenético reveló la presencia de 7 clústeres de infecciones por VIH recientes relacionadas entre ellas (16 personas). Seis de esos clústeres eran de Londres, el otro grupo, galés. Uno incluía a cuatro personas y los otros, dos personas cada uno.
Tres clústeres (seis individuos) incluyeron pacientes que no habían realizado tests de detección del VIH y 8 personas en los clústeres tenían otra ITS.
“Más de la mitad de los hombres que practican sexo con hombres (HSH) infectados de manera reciente y cerca del 80% de todos los HSH con VIH no diagnosticados con una ITS que asistieron a las clínicas (…) no realizaron pruebas de detección del virus de la inmunodeficiencia humana y no recibieron counselling voluntario”, afirmaron los investigadores, que añadieron: “Se perdió la oportunidad de realizar un diagnóstico entre las personas recientemente infectadas y las que tenían una ITS”.
Los responsables de la investigación hicieron notar que el estudio incluía muestras obtenidas entre los años 1999 y 2002, un periodo en que se realizaron pocas pruebas de detección del VIH entre hombres gays. Datos más recientes sugieren que los tests se han incrementado en este grupo de población. Sin embargo, en 2006, el 42% de los hombres gays con VIH no diagnosticado y una ITS no realizó pruebas del VIH cuando acudieron a un centro de salud sexual y el 63% de los hombres con infección por VIH reciente abandonó la clínica de salud sexual sin realizar una prueba de detección del virus.
Las nuevas directrices sobre realización de pruebas de detección del VIH en el Reino Unido han sido publicadas recientemente. Los investigadores creen que sus hallazgos tienen consecuencias en las políticas sobre las pruebas de detección del virus de la inmunodeficiencia humana en el Reino Unido. En particular, sugieren que la fiabilidad de los tests del VIH de cuarta generación elimina la necesidad de que las personas que han obtenido un resultado negativo deban esperar tres meses tras la posible exposición al virus para efectuar una prueba confirmatoria. Las pruebas de cuarta generación -manifestó el equipo de investigación- pueden proporcionar resultados fiables tras sólo un mes.
Asimismo, los autores sugirieron que hacer sólo una prueba diagnóstica puede no ser suficiente para prevenir la transmisión del VIH a partir de hombres infectados recientemente. Se recomiendan diferentes estrategias adicionales, como “una notificación a la pareja más rigurosa; profilaxis post-exposición (PPE) entre HSH expuestos de manera reciente al virus; favorecer la realización de forma frecuente y regular de pruebas de detección y formar a los HSH y a los profesionales sanitarios sobre la sintomatología propia de la seroconversión.
Referencia: Brown AE, et al. Implications for HIV testing policy derived from combining data from voluntary confidential testing and viral sequences and serological analyses. Sex Transm Infect (online edition), 2009.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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