Los hallazgos, publicados en la edición de octubre de 2008 de PloS Pathogens –una publicación digital gratuita-, son importantes, según los investigadores de la Universidad de California (EE UU), ante la creciente práctica del serosorting (sexo sin protección entre personas con el mismo estado serológico al VIH).
La opinión actual de la mayoría de guías para personas con el virus es que el sexo sin protección supone un riesgo de superinfección –infección por una nueva cepa del virus de la inmunodeficiencia humana que desplaza a la población de VIH que ya tenía la persona debido a una falta de inmunidad a ese virus-.
Sin embargo, los datos referentes a la frecuencia de superinfección son limitados y se tienen pocas pruebas respecto a sus efectos dañinos cuando ésta se produce.
La superinfección parece producirse no sólo en personas que han sido infectadas por VIH recientemente, sino también en aquéllas que hace tiempo que viven con este virus. Un estudio publicado recientemente en el que participaron mujeres kenianas calculó una incidencia anual de superinfección de, al menos, el 4%, pero no ofreció datos de una mayor progresión de la enfermedad a causa de dicha superinfección. Un estudio realizado con hombres gays apuntó una incidencia del 5% anual.
Aunque la superinfección se ha asociado a descensos en el recuento de CD4 y a numerosos tipos de casos de transmisión de resistencia a antirretrovirales, no parece que se efecto comprometa la salud o los resultados del tratamiento de las personas con VIH.
Existen indicios mucho más importantes respecto a que el sexo sin protección entre personas con VIH resulta lesivo para la salud cuando existe el riesgo de exposición a infecciones de transmisión sexual (ITS) –en especial la sífilis- o a la hepatitis C. Ambos casos están incrementándose entre aquellos hombres que practican sexo con hombres (HSH) de Europa y Norteamérica.
El estudio
Investigadores de la Universidad de California y del Hospital General de San Francisco (EE UU) examinaron las respuestas específicas de células-T de 49 personas con VIH y carga viral indetectable que tomaban terapia antirretroviral y pertenecían a una cohorte prospectiva de parejas con el virus en tratamiento antirretroviral a través del Programa de Salud Positiva del Hospital General de San Francisco.
Los participantes fueron distribuidos en dos grupos: aquéllos cuyas parejas tenían carga viral indetectable (n= 29) y los que tenían parejas con carga viral detectable (n= 20). No se apreciaron diferencias significativas entre ambos grupos en términos de duración de la relación, tiempo bajo tratamiento, edad, duración de la infección o recuento de CD4.
Mediante el análisis de las respuestas específicas de las células T mediadas por interferón gamma a varios epítopos del VIH (porciones de proteínas virales que desencadenan respuesta con anticuerpos en el huésped), se hallaron respuestas significativamente más potentes a los péptidos de la proteasa, la transcriptasa inversa y la integrasa en aquellas personas cuya pareja tenía una carga viral detectable. La potencia de la respuesta se correlacionó con una mayor frecuencia de sexo sin protección y, en particular, con la frecuencia de la exposición al VIH por prácticas anales receptivas (siendo la persona pasiva en la relación sexual). No existió correlación con el número de relaciones sexuales insertivas.
Se hallaron indicios (en dos personas cuyas respectivas parejas, con carga viral detectable, iniciaron terapia antirretroviral) de un descenso en las respuestas específicas al VIH en el transcurso de un año, lo que sugiere que el control de la carga viral conllevó una pérdida de estimulación del sistema inmunitario.
El análisis filogenético (del ADN del VIH de los pacientes y el ARN del VIH de sus parejas) no detectó señales de superinfección.
No obstante, los autores especularon que, para que se induzca una inmunidad específica frente al VIH, debe tener lugar cierto grado de superinfección, probablemente confinada a la superficie mucosal del cuerpo -con mayor probabilidad, la del recto y el intestino-.
Este fenómeno es similar a la pauta observada en trabajadoras sexuales expuestas y no infectadas, que parecen perder la inmunidad específica frente al VIH si practican sexo sin protección con una frecuencia menor. Un estudio llevado a cabo con trabajadoras sexuales de Nairobi (Kenia) puso de manifiesto que las mujeres que dejaban de trabajar durante un tiempo y perdían la respuesta específica de las células CD8 frente al VIH eran más susceptibles de infectarse posteriormente, lo que sugiere que la infección mucosal localizada dejaba de estar bajo control (aunque el estudio no pudo esclarecer si había tenido lugar una nueva exposición sexual).
Estos hallazgos evidencian que, incluso cuando una persona tiene un virus con resistencias y carga viral detectable, el riesgo de que su pareja con VIH sufra una superinfección por un virus resistente es bajo, incluso en el caso de prácticas sexuales receptivas.
Los hallazgos no proporcionan información acerca de qué ocurre si una persona con VIH mantiene relaciones sexuales receptivas con diferentes personas con el virus, pero el autor principal del estudio, Chris Willberg, actualmente en el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Oxford (Reino Unido), explicó a aidsmap: “Se puede suponer que para estimular las respuestas sería preciso una exposición regular a los mismos epítopos. Lo que no hemos estudiado es la capacidad de que durante la exposición se desarrollen nuevas respuestas a otros epítopos”.
¿Cabe esperar que las mujeres experimenten las mismas respuestas si se exponen al VIH de una pareja con carga viral detectable?
“La explicación más lógica para las respuestas mantenidas observadas es que éstas fueron producidas por la exposición receptiva a antígenos del VIH derivados de la pareja con carga viral detectable”, comentó Chris Willberg. Y añadió: “Por lo tanto, esperamos observar los mismos resultados en mujeres expuestas de forma receptiva a su pareja con carga viral detectable. Si los mecanismos responsables de las respuestas en este estudio son los mismos en personas expuestas no infectadas, existirían muchas indicios que apuntarían a que las mujeres responderían de manera similar”.
Referencia: Willberg CB, et al. Immunity to HIV-1 is influenced by continued natural exposure to exogenous virus. PLoS Pathogens 4 (10): e1000185, 2008.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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