La progresión de la infección por VIH depende de muchos factores –algunos relacionados con el virus y otros con el huésped-. Conocer más acerca de estos factores podría tener muchas implicaciones, tanto para el diseño del tratamiento antirretroviral como para la identificación de posibles objetivos orientados a la prevención. Sin embargo, ha sido difícil separar la multitud de factores relacionados. Por medio de estudios de casos clínicos de situaciones de la vida real, dos equipos de investigación de Europa han identificado, al menos, algunos de los factores virales y del huésped implicados durante la primoinfección por el virus de la inmunodeficiencia humana.
Infección aguda grave por VIH
En un artículo de la edición de 15 de enero de Clinical Infectious Diseases, un grupo de investigadores españoles publicó dos casos de infección por VIH grave con progresión directa a sida, a pesar de que los pacientes tenían marcadores inmunitarios de infección aguda. Los autores pudieron, además, identificar a la pareja sexual que era la fuente de la infección por VIH de uno de los casos.
El VIH aislado de los pacientes mostró signos de agresividad en las pruebas realizadas in vitro. El virus se replicaba de forma muy eficiente y era capaz de infectar células que presentaban correceptores CCR5 o CXCR4 en su superficie. Los virus con tropismo CXCR4 han sido asociados a infección por VIH avanzada. Además, el virus aislado en el caso 2 era del subtipo CRF02-AG, raro en España pero común en el África occidental y el oeste de África central. Los investigadores manifestaron que su presencia en este caso tan grave “genera preocupación por su capacidad replicativa superior y/o eficiencia en la transmisión”.
Los responsables de la investigación analizaron qué factores relacionados con los pacientes los hacían más susceptibles a una rápida progresión de la enfermedad. El antígeno leucocitario humano de clase I engloba a un grupo de proteínas que desempeñan un papel en la respuesta del sistema inmunitario frente a las infecciones, incluida la provocada por el VIH. Algunas versiones del HLA se han asociado con una progresión más rápida o más lenta de la infección por el virus. Tras el análisis, se observó que el paciente del caso 1 expresaba el tipo de antígeno leucocitario humano específico HLA-B*3503, que se ha vinculado con un mayor riesgo de progresión de la enfermedad.
La respuesta inmunitaria a las infecciones virales como el VIH incluye la activación de los linfocitos CD8, también llamados linfocitos T citotóxicos, aunque esta respuesta puede a veces fallar por un funcionamiento erróneo del sistema o por mutaciones de resistencia del virus. En pruebas in vitro, el paciente 1 mostró una elevada incapacidad de respuesta frente al VIH y otro virus, el de Epstein-Barr, lo que sugiere la existencia de una respuesta inmunitaria defectuosa. En el caso 2, se encontraron ciertas pruebas de que la falta de respuesta podría estar relacionada con mutaciones de escape del virus, pero los investigadores no pudieron descartar un potencial defecto en el sistema inmunitario del paciente.
Terapia antirretroviral durante la infección aguda
En un artículo de carácter científico publicado en la edición de 14 de enero de la revista AIDS, un grupo de investigadores alemanes describió el caso de un clúster de 4 personas en el que el análisis genético de los genomas virales sugirió que una de ellas (el paciente A) transmitió el virus a otras (pacientes B y C) por vía sexual. El paciente C transmitió el VIH a una cuarta persona (el paciente D). La secuencia genética viral era casi idéntica entre los pacientes, con un 99,6% del genoma idéntico en los cuatro virus aislados, lo cual sugería que la transmisión se había producido en un corto intervalo de tiempo.
Como parte de una estrategia para tratar la infección aguda por VIH, todos los pacientes recibieron terapia antirretroviral durante 6 meses y alcanzaron una carga viral indetectable. Seis meses después de la interrupción del tratamiento, la carga viral de los pacientes aumentó, de manera que los pacientes A y C tenían cargas virales relativamente altas (90.000 y 600.000 copias/mL, respectivamente), mientras que los pacientes B y D presentaban valores relativamente menores (7.000 y 33.000 copias/mL, de manera respectiva).
Con virus casi idénticos, los investigadores dedujeron que las diferencias en la respuesta debían corresponder a factores relacionados con el huésped, así que analizaron algunos marcadores de función inmunitaria de los 4 pacientes. De este modo, señalaron que el paciente B tenía una versión del gen CCR5 potencialmente protectora. Además, los pacientes B y D presentaban versiones del HLA asociadas a un mejor control de la enfermedad (HLA-B57 y HLA-A11, respectivamente). Los responsables de la investigación apuntaron que sus datos sugieren que éstos y otros factores inmunitarios del huésped pueden tener un gran impacto en el control de la replicación viral tras la suspensión de la terapia.
El estudio alemán se realizó en el contexto de la terapia antirretroviral durante la fase de infección aguda por VIH, que aún no ha evidenciado un beneficio concreto en el marco de ensayos clínicos. Así, los autores concluyeron que determinados factores propios del huésped como la presencia del HLA-B57 deberían ser tenidos en cuenta en los ensayos de terapias contra la infección aguda, de modo que pueda definirse de forma más precisa la contribución relativa de cada uno.
Referencias: Dalmau J, et al. Contribution of immunological and virological factors to extremely severe primary HIV type 1 infection. Clin Infect Dis. 2009; 48: 229-238.
Streeck H, et al. Epidemiologically linked transmission of HIV-1 illustrates the impact of host genetics on virological outcome. AIDS. 2009; 23: 259-262.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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