El éxito del tratamiento antirretroviral depende de la adhesión a regímenes adecuadamente prescritos. Puede producirse la aparición de resistencia a fármacos y toxicidad excesiva debido a errores como omisiones en el tratamiento o una incorrecta frecuencia y/o dosificación de los fármacos (incluyendo la falta de un ajuste adecuado de las dosis para compensar las interacciones entre fármacos). Varios estudios previos han demostrado que pueden producirse errores en la medicación en entornos hospitalarios.
En este nuevo estudio, el equipo de investigación de Darius Rastegar, Amy Knight y Jim Monolakis revisó los patrones de prescripción de pacientes con VIH ingresados en su propio hospital, el Centro Médico Johns Hopkins de Bayview en Baltimore, Maryland (EE UU). Los pedidos de medicación en el Johns Hopkins son gestionados empleando un sistema CPOE (siglas en inglés de “proveedor de entrada de pedidos computerizado”). Fármacos y dosis son seleccionados en listas que se muestran en pantalla y una base de datos incorporada (actualizada mensualmente) lanza avisos si detecta conflictos por interacción o dosificaciones cuestionables. A pesar de este sistema computerizado por pantalla, el equipo de Rastegar descubrió que a lo largo de un periodo de un año se produjeron errores en la cuarta parte de los pacientes con VIH hospitalizados.
El grupo de estudio estuvo compuesto por pacientes adultos con VIH, admitidos entre el 1 de abril de 2004 y el 31 de marzo de 2005 para los cuales se realizó algún pedido de medicación antirretroviral. Esto comprendió a 160 personas (edad media: 42,7 años; 57% hombres), 32 de los cuales fueron ingresados en el hospital más de una vez, dando un lugar de 209 ingresos distintos. Para identificar posibles errores, se analizó la información de la prescripción y los datos de laboratorio de todos estos casos. Sólo se analizaron los errores no corregidos, fue excluido cualquier error corregido antes de que el paciente realmente recibiera la medicación. Se identificó un total de 61 errores no corregidos en 54 ingresos distintos.
¿Qué tipos de errores se cometieron?
Los errores en la frecuencia o dosificación de la medicación fueron los más comunes, observándose en 34 (16,3%) de los ingresos. En 18 de estos casos, la función renal del paciente se vio dañada, pero las dosis de fármaco no se redujeron como consecuencia de ello. Otros errores de este tipo incluyeron administrar:
- tenofovir 300mg dos veces al día, en lugar de una vez al día.
- Kaletra tres veces al día, en lugar de dos veces al día.
- atazanavir 300mg una vez al día, sin potenciar con ritonavir.
A menudo, estos errores fueron corregidos, aunque no siempre, cuando el paciente fue dado de alta.
El siguiente error más habitual fueron las combinaciones de fármacos inadecuadas (contraindicadas), prolongándose 12 de estos casos (5,2%) durante más de 24 horas. Seis pacientes recibieron inhibidores de la bomba de protones (un potente tipo de antiácido estomacal) junto con atazanavir, una interacción que puede reducir significativamente los niveles de atazanavir. Otros seis pacientes recibieron simvastatin, un fármaco para reducir el colesterol, junto con un inhibidor de la proteasa, una combinación por lo general no recomendada, dado que los inhibidores de la proteasa potencian peligrosamente los niveles de simvastatin en sangre. Sólo uno de estos errores fue advertido por el sistema CPOE.
En ocho de los ingresos (3,8%), los pacientes recibieron regímenes de menos de tres fármacos antirretrovirales (muchos más pacientes estaban ya recibiendo menos de tres ARV antes del ingreso y éstos no fueron contabilizados entre los errores). Finalmente, en siete (3,3%) de los casos, la terapia antirretroviral no fue administrada en absoluto durante al menos las primeras 24 horas tras el ingreso.
El equipo de investigadores señala que otros errores pueden no haber sido registrados en su estudio, por ejemplo errores en el tiempo de la medicación y fracasos en el cumplimiento de las restricciones alimenticias (estudios previos han demostrado que estos errores son habituales). Como se señala en el informe del estudio: “Idealmente, los pacientes que reciben TARGA que son ingresados en el hospital deberían tener una transición sin sobresaltos… sin embargo, nuestro estudio demuestra que la hospitalización puede situar a estos pacientes en un riesgo sustancial de sufrir lagunas en su terapia de alta eficacia… Hay mucho por hacer… para prevenir dichos errores y para asegurar un cuidado óptimo de los pacientes hospitalizados con infección por VIH”.
Referencia: Rastegar DA. Antiretroviral medication errors among hospitalized patients with HIV infection. Clinical Infectious Diseases 43: 933-938, 2006.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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