“Las mujeres embarazadas siguen representando una población vulnerable y las pruebas del VIH realizadas cuando la gestación está avanzada, o durante el parto, ofrecen una oportunidad adicional de evitar la transmisión de madre a hijo o de prevenir futuras transmisiones horizontales en la comunidad, así como un modo de garantizar un cuidado continuo a las mujeres que se infectan durante el embarazo”, comentan los autores.
La prevalencia del VIH entre las mujeres embarazadas de Sudáfrica se calcula que llega al 28%. Se recomienda que a todas las mujeres se les ofrezca la posibilidad de realizar pruebas y counselling de VIH voluntarios cuando acceden por primera vez a los servicios prenatales. No obstante, en raras ocasiones se facilita repetir la prueba cuando el resultado es negativo.
Esta práctica implica que las infecciones en la primera visita pueden permanecer sin detectar si, en ese momento, el recuento de anticuerpos es bajo, y que las infecciones adquiridas durante el embarazo no serán diagnosticadas a menos que se ofrezca posteriormente otra prueba.
En consecuencia, el equipo de investigadores facilitó repetir la realización de las pruebas del VIH a las mujeres que acudían a los servicios prenatales en una clínica rural y dos clínicas urbanas en las Provincia Oriental del Cabo y la Provincia del Estado Libre, entre julio de 2006 y abril de 2007. Su objetivo era determinar la incidencia de VIH durante el embarazo, así como sus factores de riesgo.
Un total de 5.233 mujeres embarazadas se registraron para recibir atención prenatal y 3.742 (79%) aceptaron someterse a una prueba del VIH. La prevalencia del virus entre esas mujeres fue del 28%.
Los responsables del estudio derivaron a 2.377 mujeres -que habían dado inicialmente negativo- a una segunda prueba entre las semanas 36 y 40 de embarazo. Un total de 1.278 (53%) hicieron esa segunda prueba.
De estas mujeres, setenta y dos (3%) tenían VIH. Se sometieron a la prueba en un período promedio de 24 semanas tras su primer examen del virus, lo que arroja una tasa de incidencia de once por cada 100 persona-años.
Se detectó una tendencia no significativa a presentar un mayor riesgo de incidencia del VIH en el caso de las mujeres atendidas en las clínicas urbanas en lugar de las rurales (cociente de riesgo [CR]: 1,37; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,86-2,17; p= 0,182).
La incidencia de VIH fue superior entre las mujeres de 25-29 años (4%) y las de 30-40 (5%) que entre las de menos de 20 (2%). También se detectó una menor tasa de incidencia (1%) entre las mujeres que habían recibido una educación terciaria que entre las que tenían un menor nivel de estudios (3%).
Las mujeres solteras y divorciadas mostraron una mayor incidencia de VIH durante el embarazo (3%) que las casadas (2%).
Sólo el 40% de las mujeres empleó preservativo durante el embarazo. Sin embargo, no se apreciaron diferencias en el uso de preservativos entre las mujeres que se infectaron por VIH y las que no.
El equipo de investigadores concluye: “A la luz de los hallazgos mencionados, deberían revisarse los programas de salud pública para garantizar que se implementa la práctica de volver a realizar la prueba del VIH en el embarazo, se refuerza la necesidad de una educación continua en torno a la prevención durante el embarazo y se amplía el uso de métodos preventivos controlados por la mujer, como los microbicidas, cuando demuestren ser bien tolerados y eficaces durante el embarazo”.
Referencia: Moodley D, et al. High HIV incidence during pregnancy: compelling reason for repeat HIV testing. AIDS. 2009; 23: 1.255-1.259.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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